Revista Salud y Bienestar

¿Cuanto vale la dignidad? Por un camisón digno #PACA

Por Saludconcosas @manyez
¿Cuanto vale la dignidad? Por un camisón digno #PACA


El tema de la dignidad de los pacientes hospitalizados y los camisones abiertos que suelen llevar ha vuelto a salir a la luz gracias a un reciente post de Ana de Pablo, que propone crear la PACA (Plataforma Anti Camisones Atados). Un problema que no parece ser exclusivo de nuestro país, ya que es un clásico en muchos sistemas sanitarios (este reciente artículo de JAMA Internal Medicine es un buen ejemplo). Para poner un poco de luz sobre el tema, hemos decidido recopilar cierta información técnica sobre el tema de la ropa de pacientes en nuestro entorno.Habitualmente los pacientes ingresados en hospitales llevan tres tipos de ropa: pijama tradicional (con pantalón y chaquetilla), camisón cerrado con botones (por delante generalmente) y camisón abierto por detrás (con cintas). Este último es el que suele presentar problemas dado que no es fácil cerrarlo bien y suele provocar que media espalda vaya sin tapar, con las molestias que ello supone. Para que sepáis de que hablamos, aquí tenéis dos imágenes: una del abierto por detrás con cintas y otro del abierto por delante con botones.

¿Cuanto vale la dignidad? Por un camisón digno #PACA¿Cuanto vale la dignidad? Por un camisón digno #PACA
El abierto por delante con botones no suele usarse con pacientes encamados dadas sus dificultades para cerrar, por lo que en este tipo de pacientes es habitual utilizar camisones abiertos por detrás. Pero, ¿y el resto de pacientes que no tienen problemas de movilidad? ¿Por qué se usa para ellos el camisón abierto por detrás con unas cintas difíciles de atar? Hay varias razones, aunque seguro que en los comentarios daréis alguna más: la costumbre (siempre se ha comprado ese camisón), los botones se rompen enseguida y además cuesta abrocharlos, el tiempo de quitarse la ropa es menor con el de las cintas, etc. Pero lo que si es cierto, es que en casi todos los hospitales existen tanto camisones abiertos como cerrados.

Para hablar de la costumbre, hemos acudido a licitaciones de ropa recientes para comprobar qué se compra y a qué precio. En el Acuerdo Marco de homologación de ropa para el SAS (AM 4002/2013) se incluía la compra de los siguientes tipos de camisón:- Camisón cerrado con botones (parte delantera abierta hasta la cintura y cerrada con 4 botones).- Camisón abierto cruzado. Según el pliego, con "Cierre por la espalda con una cinta que sale del costado y enlaza con otra que está situada a la altura de la cintura en la espalda (izquierda). Ambas cintas de 25cms. rematadas con una presilla".- Camisón abierto con botones. Abierto totalmente por delante con 7 botones. En otros servicios de salud, el abierto por detrás lleva una única cinta en el escote, dejando al aire toda la espalda. En otros, la cinta sale del costado por la cintura, con una descripción de este tipo: "Cierre por la espalda con una cinta que sale del costado y enlaza con otra que está situada a la altura de la cintura en la espalda (izquierda)".Para conocer la tipología, podemos acudir al pliego o al Catálogo de Bienes y Servicios del SAS. Como veis, el cierre de la espalda en el abierto varía en el número de cintas, pero el estilo es similar. Y la gran pregunta es: ¿por qué no utilizar los de botones para los pacientes con movilidad completa y así evitar situaciones bochornosas? ¿Es por la diferencia de precio? Si existen de los dos tipos en el almacén, ¿por qué usar para pacientes sin problemas de movilidad los camisones abiertos?En el concurso del SAS que hemos revisado, el camisón cerrado con botones tiene un precio de 2'55 euros, el abierto con cintas 2'30 euros y el abierto con botones 2'39 euros. En otros centros, el precio sube a más de 4 euros, con una diferencia entre el abotonado y el abierto de 28 céntimos. Otro día hablaremos de las diferencias de precio, de la potencia de los concursos centralizados, de los problemas de los proveedores únicos, etc. Así que si alguien nos viene con el rollo del precio, la respuesta es clara: la dignidad cuesta menos de 30 céntimos. No obstante, esperamos que nadie sea tan cruel como usar ese argumento del precio.Pero, ¿qué modelo es mejor? Tras revisar en twitter las conversaciones que hay sobre el tema, la conclusión es sencilla: todas las posibilidades conocidas, o al menos las más utilizadas, presentan problemas. Botones que se pierden o rompen, cintas que se enganchan, ojales pequeños, nudos que se atascan, velcros que se llenan de suciedad y no son útiles, etc. Parece que la solución abotonada es la mejor para mejorar la dignidad del paciente, pero también presenta problemas además de la dificultad para algunos pacientes a la hora de abrochar y desabrochar los botones. ¿Algún diseño útil o innovación al respecto?El NHS tuvo una brillante idea: encargar en 2010 a un diseñador de moda un nuevo modelo de pijama para paciente. Ben de Lisi fue el elegido, y presentó varios modelos del que iba a ser el nuevo pijama de pacientes. La solución es un camisón abotonado por los brazos, como podéis ver en esta imagen. Pero, ¿es cómodo? ¿cuantos clicks requiere? Hemos buscado información sobre el uso por parte de los hospitales del NHS de este nuevo camisón, y sólo hemos encontrado tres peticiones oficiales de información del año 2012, y en los 3 casos los hospitales manifestaron no utilizar este nuevo modelo (Doncaster Trust, North Cumbria y County Durham). 

¿Cuanto vale la dignidad? Por un camisón digno #PACA

Si no os queda claro, el vídeo es muy útil para conocer mejor la propuesta del NHS:

No obstante, en el propio NHS hay más propuestas como la que hizo Fatima Ba-Alawi, que recuerda a la de Ben de Lisi:
¿Cuanto vale la dignidad? Por un camisón digno #PACA

¿Soluciones? Vamos a enumerar los pasos que deberíamos dar para conseguir un camisón decente:- Conocer nuestras necesidades. Además del pijama tradicional, ¿dos camisones (uno para encamados y otro para el resto de pacientes? o un camisón digno único?- Si hay que rediseñar el camisón abierto por la espalda habitual, antes de lanzarnos a coger lápiz y papel, mejor buscar entre todos los fabricantes por si alguno ya fabrica algo que nos sirva. O incluso buscar si hay algún invento registrado al respecto, para no volver a inventar la rueda. - Si no lo hay o no nos convence, es el momento de diseñar un nuevo modelo, escuchando a los profesionales y a los expertos en ropa (diseño y lavado). El nuevo modelo debe ser sencillo, funcional, no muy caro y además resistente al uso y a los lavados agresivos habituales de este tipo de ropa. Y la clave: hay que ponerse de acuerdo en el tipo de cierre, que no parece sencillo a priori.- Una vez diseñado y aceptado, es el momento de elaborar una descripción técnica muy clara para que cualquier centro sanitario (o servicio de salud) pueda incluir esas nuevas especificaciones en sus pliegos. Esta parte es muy importante, ya que si se define mal lo que buscamos, nos venderán algo que no responde a nuestras necesidades.

Por cierto, ¿acaso nadie en plena fiebre innovadora se ha lanzado a mejorar este problema? Una búsqueda en la Oficina Española de Patentes y Marcas nos ofrece diversas propuestas:

- Camisón hospitalario (2004), de Teresa Montero.
- Camisón hospitalario (2009), de Digna Royo.
- Sistema de apertura u ojales parciales o totales para ropa de lencería de enfermos (2007), de José Tomas Castell. Precisamente, hace unas semanas Es Tu Sanidad entrevistó a este inventor (también cirujano en La Paz). Según IDIPAZ (Instituto de Investigación Hospital La Paz), actualmente están buscando un socio (licenciatario o inversor) para poner el producto en el mercado.

Nota: las imágenes iniciales son de la web de Emilio Carreño, proveedor habitual de ropa hospitalaria. Entendemos que este tipo de empresas fabrican la ropa que suele venderse. Así que si un servicio de salud pide otra ropa, seguro que se fabricaría y se incluiría en el catálogo habitual de productos.

Más lecturas sobre el tema:

- "La dignidad de los pacientes: el efecto camisón" (2011). Blog Tribulaciones de un cirujano.

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