Revista Diario

¿Cuánto viven los gatos?

Por Belen
Adoro a los animales. Desde niña siempre he compartido hogar con gatos, ¡y hasta con un par de pollos! He aprendido a cuidar a animales de granja, de niña me encargaba de alimentar a los gatillos que había en el barrio, recogía pajarillos heridos. En fin, no concibo la vida sin un animal cerca. Y si pueden ser más, mejor. No en vano en mi familia somos seis: tres humanos y tres gatas :) 

¿Cuánto viven los gatos?

Compartiendo juegos el verano que Sally llegó a casa


Rayo adora a todas ellas, pero su vínculo especial lo tiene con la gata Sally, cuyo nombre es en honor a la 'novia' de Rayo McQueen en Cars, no podía ser de otra manera. Sally llegó a casa hace más de cuatro años. Contaba con apenas un mes, era una bolita de algodón blanca y preciosa. La encontramos una mañana de agosto en un jardín cercano. Estaba solita y era tan pequeña. En cuanto vio a Rayo no se separó de él, y mi hijo acostumbrado a los mimos gatunos -ya teníamos dos en aquel entonces- dijo que se la quería llevar a casa. No podía dejarla allí, no estaba su madre, estaba sola, pasaban coches. Y me la llevé. Sally es especial, es una gata sorda a la que hemos aprendido a entender, pues en ciertas cosas no es como los demás gatos. Rayo y ella se adoran, su relación es diferente, única. Y me encanta que así sea. 
Anoche hablaba con su padre sobre unos cachorros de labrador marrón que regalaban en facebook, siempre hemos querido tener perro, pero el vivir en un piso nos frena. Hablabamos sobre lo estupendo que sería contar con un poco más de espacio para que un perrito formara parte también de esta familia. Rayo no estaba en la conversación, pero como siempre, se enteraba de todo. Antes de irse a la cama nos preguntó: 
Rayo: ¿mamá cuánto viven los gatos? Mamá: unos 15 o 18 años, los gatos caseros, si están bien cuidado pueden tener una vida muy larga. Rayo: ¡Ah! no está mal..... y.... Sally tiene 4 años, ¿no? Mamá: Sí, a Sally le queda mucha vida por delante.  Rayo: Menos mal, mamá.

¿Cuánto viven los gatos?

Los besos y abrazos de cada noche al acostarse


Y se fue a su cuarto inmerso en sus pensamientos. El pobre debió pensar que el perro llegaría cuando faltara su gata querida, y se empezó a preocupar. Con 4 años tuvimos aquella dura etapa donde le tocó a aceptar lo que significaba la muerte. A día de hoy ya no es un trauma, lo asume pero como cualquier ser humano, sufre ante la posibilidad de la muerte de un ser querido. Cuando certificó que Sally es aún una jovenzuela, comenzó a hablar animadamente de la posibilidad de un perrito, de un nuevo compañero. Por ahora es sólo un proyecto, pero como me gustaría que Rayo pudiera disfrutar del cariño y la compañía de un nuevo animal en la familia. 

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