France Stratégie -organismo de pensamiento, especialización y
consulta dependiente del primer ministro de la República de Francia- publica un
análisis acerca de la economía llamada "circular", de cara a reducir
nuestro consumo de recursos naturales y sus impactos medioambientales, así como
los empleos que pueden afectarle.
Por ilustrar el concepto, y según fuentes como
Wikipedia o la Ellen MacArthur Foundation -una de las organizaciones que han
impulsado mundialmente esta estrategia de cambio, estableciéndola en el orden
del día de los responsables de empresas, gobiernos y académicos, creando un
programa de innovación en el ámbito global “Economía Circular 100 (CE 100)”- diremos que la economía circular es una
filosofía de organización de sistemas inspirada en los seres vivos, que
persigue el cambio de una economía lineal (producir, usar y tirar) hacia un
modelo circular, tal y como ocurre en la naturaleza. La economía circular proporciona múltiples mecanismos
de creación de valor no vinculados al consumo de recursos finitos.
En una
verdadera economía circular, el consumo solo se produce en ciclos biológicos
eficaces; por lo demás, el uso sustituye al consumo. Los recursos se regeneran
dentro del ciclo biológico o se recuperan y restauran gracias al ciclo técnico.
Dentro del ciclo biológico, distintos procesos permiten regenerar los
materiales descartados, pese a la intervención humana o sin que ésta sea
necesaria. En el ciclo técnico, con la suficiente energía disponible, la
intervención humana recupera los distintos recursos y recrea el orden, dentro
de la escala temporal que se plantee. Mantener o aumentar el capital supone
características diferentes en ambos ciclos. Por definición, la
economía circular es reparadora y regenerativa, y pretende conseguir que los
productos, componentes y recursos en general mantengan su utilidad y valor en
todo momento. Este concepto distingue entre ciclos técnicos y biológicos. Tal
como la imaginan sus creadores, la economía consiste en un ciclo continuo de
desarrollo positivo que conserva y mejora el capital natural, optimiza el uso
de los recursos y minimiza los riesgos del sistema al gestionar una cantidad finita
de existencias y unos flujos renovables. Además, funciona de forma eficaz en
todo tipo de escala.
Para ello, divide los componentes de los productos en dos grupos
generales: nutrientes biológicos y técnicos (biological and technological
nutrients). Los nutrientes biológicos son biodegradables se pueden introducir
en la naturaleza después de que su valor de uso ya no sea rentable. Ejemplos de
nutrientes biológicos podrían ser tejidos de algodón, materiales plásticos
biodegradables (ácido poliláctico, PLA), ésteres orgánicos (jabón), etc. Los
nutrientes técnicos hacen referencia a los componentes tecnológicos que son
poco aptos para los seres vivos y, por ello, son reutilizados una y otra vez
sin entrar en la naturaleza. Estos componentes se diseñan para poder ser
ensamblados y desmontados un gran número de veces, favoreciendo la
reutilización de materiales y el ahorro energético.
La noción de economía circular ha sido
introducida en el derecho francés por la ley de transición energética para el
crecimiento verde del 17 de agosto de 2015, que contempla "sobrepasar el modelo económico lineal consistente en extraer,
fabricar, consumir y tirar apelando a un consumo sobrio y responsable de
recursos naturales y de materias primas primarias". La Comisión
europea ha confirmado este objetivo en su "paquete económico
circular" presentado en diciembre de 2015. ¿Cómo evaluar sin embargo que una economía se
vuelve más circular? La reducción de impactos medioambientales ligados al
consumo podría ser medida por una huella ecológica por habitante, pero los
indicadores buscando sumar estos impactos crean debate. En cuanto al consumo de
recursos, incluyendo la economía circular de cara a "cerrar el
círculo", el análisis tropieza igualmente con la heterogeneidad de las
materias consideradas, ya se trate de primeras materias o salidas de residuos.
Por tanto, movilizando una batería de indicadores parciales ya disponibles,
esta nota sugiere que queda camino a recorrer para lograr la desvinculación del
crecimiento económico francés y la del consumo de recursos que induce, así como
a disminuir su impacto medioambiental.
Esta nota de Análisis nº 46 de France Stratégie también se propone abordar la economía circular vía un
indicador -nuevo- de empleo. La transición hacia una economía más circular
implica en efecto reasignaciones sectoriales de empleo entre las actividades intensivas
en materias y aquellas que contribuyen a economizarlas. En primera línea están
las "eco-actividades", que participan directamente en la preservación
del medio ambiente, pero también numerosos sectores como el alquiler,
la reparación, y el reempleo o la reutilización que alargan la duración de vida
de los bienes y reducen la producción de residuos. Llevada por la revolución
numérica, una mutación tal podría acompañarse de una modificación radical de
los modelos de negocios económicos. Después de haber definido el alcance de
estas actividades, la nota evalúa el volumen de empleo hoy concerniente a
800.000 empleos equivalentes a tiempo completo.
Ver más en Note d'analyse 46 - L'économie circulaire, combien d'emplois ? (PDF -
1.63 Mo )Fichiers sources - L'économie circulaire, combien d'emplois ? (XLSX - 0.2
Mo )
Auteur(s) Cécile Jolly,
Pierre Douillard
Revista Coaching
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