Todos hemos dicho en estos últimos meses y años que las cosas en el mercado laboral tal y como las conocíamos han cambiado, es decir, que ya no volverá a la opulencia fácil de antes. Sin embargo, a mi me surge una inquietante pregunta ¿Qué habéis hecho vosotros para adaptaros a esta nueva situación? La respuesta no es fácil, sin embargo, no hacemos nada con decir que las cosas han cambiado si seguimos haciendo lo mismo de antes a pesar de no obtener ningún resultado satisfactorio.
La seguridad de antaño hoy es efímera porque de un día para otro cualquiera podemos pasar de una aparente estabilidad laboral a la dura experiencia de encontrarse sin trabajo para ver de qué forma reinventarse. Además no esperéis que nadie os vaya a solucionar vuestros problemas porque los principales interesados en ello sois vosotros y por ello debéis de asumir el protagonismo.
Muchas personas se han quedado sin trabajo y esperan encontrar algo similar a lo que tenían antes sin pararse a pensar si realmente ahora se necesitan personas para ese tipo de trabajos. También siguen buscando trabajo de forma mecánica usando formulas caducas y poco exitosas en estos tiempos.
Lógicamente no todo el mundo vale para emprender un negocio, sin embargo, todos tenemos la capacidad para emprender o comenzar nuevos proyectos profesionales o personales, es decir, comenzar unos nuevos estudios, retomar los estudios abandonados, reorientar la carrera profesional, aprender un idioma, etc. Para conseguirlo se requiere ganas e interés y tener la actitud para seguir adelante. Lo único es que para conseguirlo se requiere tiempo, dedicación y sacrificio. Para ellos debéis preguntaros ¿Estáis dispuestos a invertir ese tiempo para emprender esos nuevos proyectos? Y en caso de que la respuesta sea negativa os lanzo la contra pregunta ¿Entonces qué vais a hacer para intentar volver al mercado laboral?
Igualmente, las personas que dirigen las empresas deben estar dispuestas a hacer las cosas de otra forma para que las personas que las conforman puedan adquirir mayor protagonismo y tengan el peso específico necesario. A las personas se les debe dejar su espacio y mayor libertar para desempeñar su trabajo, es decir, debe importar más el resultado final y dejar flexibilidad en el proceso para conseguirlo.
En la actualidad se habla que las relaciones laborales por cuenta ajena tradicionales tienen los días contados y esto causará una revolución para ambas partes. Todas las personas somos cada vez más prestadores de servicios y a la vez somos dueños de unas competencias determinadas que nos marcan y que cada vez deberemos acentuar más y flexibilizarlas en igual media. Las empresas requerirán a partir de ahora personas con unas competencias muy concretas de cada tipo de servicio o área requerida. Esto requiere que los trabajadores y los empresarios se preparen y comiencen la transición y esto requiera cambios de estructuras reales y mentales. La pregunta que nos debe hacer reflexionar es ¿Cuántos empresarios y personas están preparadas para este nuevo escenario laboral?
Ambas partes aun están ancladas en las características del sistema actual de relación laboral que aun prevalece pero que ya está dando visibles síntomas de agotamientos por excesivos costes en muchos sentidos.
El sistema productivo rígido y opaco hace aguas como estamos viendo de forma indefinida. Existe multitud de talento disponible en el mercado y escasas oportunidades de colocarse y para muchos de ellos el emigrar es la única posibilidad a medio plazo al menos. Así que debemos de solucionar la escasez de casación entre los perfiles profesionales salientes todos los años y las necesidades de nuestro mercado laboral. Por otro lado, se debe dejar esa doble moral existente en España, es decir, dejar de afirmar por ejemplo que existe discriminación para acceder al mercado laboral por edad y después aplicarlo en los casos propios en que tocaría demostrar que en sus casos concretos no es así. No olvidemos que la realidad se demuestra con hechos concretos y no con palabras volátiles y frágiles que se pierden y olvidan con rapidez.
Los cambios necesarios nos harán dudar y en más de una ocasión arrepentirnos porque añoraremos los hábitos anteriores no porque sean mejores sino porque son a los que estamos acostumbrados. Cuanto antes comencemos a girar nuestra mentalidad por muy leves que sean los grados de cambio antes llegaremos al giro de 180º necesario para desaprender lo inservible y volver a aprender cosas nuevas necesarias.
Ante todo debemos creer en las personas, en su talento y la capacidad de adaptación que se ha demostrado a lo largo de las diferentes épocas para salir al final reforzado por que somos capaces de muchas cosas. El problema es que a veces no somos conscientes de todo lo que podemos alcanzar porque actuamos de forma mecánica y dejamos de tener fe en nosotros mismos. Para poder conseguir nuevas cosas y metas en primer lugar debemos estar seguros de nuestras posibilidades y creer en nuestras opciones. Las personas transmitimos nuestras percepciones propias a los demás sobre lo que hacemos y eso hace que estas crean o no en nosotros.
En vez de preguntaros constantemente qué habéis hecho vosotros para merecer esto, os deberíais formular la pregunta de qué podéis hacer para merecer otra cosa. Pueden parecer preguntas similares, sin embargo, el planteamiento es radicalmente distinto.