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Cuarentañeras

Publicado el 11 febrero 2011 por María A. Ayuso @MariaysuMundo
Regina Román vuelve a la carga con 'Cuarentañeras', de la editorial Círculo Rojo. Si un 'Féretro en el tocador de señoras' marcó la salida de la autora malagueña al gran público, 'Cuarentañeras' seguro que llega a la meta como medalla de oro.
Cuarentañeras
La protagonista es Lola Beltrán: tiene 39 años, un hijo de 10 y trabaja en una agencia de pulbicidad. Está divorciada pero es igual, ella es feliz... al menos hasta que la despiden. Luego nos encontramos con sus dos (chifladas) amigas: Rita, una artista trasnochada que vive prácticamente de las rentas, y Felicia, que al incio de la novela descubre que su marie es infiel. Ante este panorama Lola tiene que tirar hacia delante y ¿qué hace?, pues se va a Italia ella sola para intentar poner orden en su cabeza, al menos es lo que creía porque cuando regresa todo se pone patas arriba: pasa a trabajar en una telenovela (con el mosqueo adicional de Rita) y el italiano que se liga durante las vacaciones vuelve a buscarla. Luego están los amores y desamores de Felicia, sus amigas veinteañeras y el director de su serie. En fin, frentes abiertos por todos los lados...
Cuarentañeras
No voy a desvelar más porque perdería la gracia y si no, no la leéis. Creo que Regina le ha dado una vuelta a su estilo aunque manteniendo la esencia que su escritura ofrece. En mi opinión, se parece muy poco a 'Un féretro en el tocador de señoras', y eso es bueno.
A mis ojos de lectora veo ( o leo) una novela más madura y refinada que la anterior, aunque creo que esta evolución es lógica en todo escritor. Regina vuelve a hacer gala de un estilo fresco y desenfadado que caracteriza su manera de escribir. Y me encanta porque ha conseguido no repetir respecto a su anterior libro y eso es realmente difícil de conseguir y más en el Chik-lit, que tiene los patrones o estereotipos tan marcados.
Pero, por encima de todo, 'Cuarentañeras' es un canto a la felicidad y a los no complejos. Lola no se avergüenza de su edad, ni de sus arrugas, ni tampoco de comer un bocadillo de nocilla. Es feliz, eso es lo que de verdad importa y de eso va este libro: de aprender a aceptarnos con nuestras coas buenas y malas, aceptar a los que nos rodean como son (con sus histerias y grandezas) y quererlos, porque nadie es perfecto. Por cierto, lo mejor de todo: el epílogo. Un 10.

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