Revista Cultura y Ocio

Cuarentena Literaria. Relatos y poesías escapados del encierro. Más allá del libro publicado por Editorial Sial Pigmalión, es ya un movimiento literario.

Publicado el 18 agosto 2020 por Nerysantosgomez

“La más noble función de un escritor es dar testimonio, como un acta notarial y como fiel cronista, del tiempo que nos ha tocado vivir”. Camilo José Cela

“Literaria busca cuarentones para pasar la cuarentena” escribe jocosamente Lidia Corcione en el chat de whatsapp de los cuarenta autores. “Mis cuarenta ladrones de corazones” escribe Bella Clara Ventura posteando después un poema nuevo. Mientras los científicos y las farmacéuticas pasan los días con sus noches de corrido buscando la vacuna para acabar con el virus, los poetas y escritores usan la ciencia ficción, los versos y hasta el humor para entretener el alma, aquietar el espíritu y exorcizar los males. Ya se ha dicho que la literatura salva y en este momento necesitamos de ella más que nunca.

Ayer llego a mi móvil la historia metafórica del puente sobre el rio Choluteca construido por la más moderna ingeniería japonesa en Honduras, Centroamérica. Una maravilla moderna de diseño para tolerar las poderosas fuerzas de la naturaleza en un territorio propenso a huracanes y tormentas. El puente se inauguró en el 1998 y ese mismo año llego el huracán Mitch con toda su devastación. Cuando la región se desmoronaba, el puente resistió. Pero no contaban con que el rio Choluteca se hincharía y cambiaria de rumbo. El puente intacto pero inservible quedó en tierras secas. Esta historia viene con un mensaje para estos tiempos en que la palabra “reinventarse” esta cobrando auge. Vislumbrar las nuevas corrientes y los cambios de rumbo del mundo es imperativo. Debemos tender nuestros puentes elevadizos y transportables a donde quiera que encontremos un rio que se interponga en nuestro camino. Esto es lo que ha hecho nuestra editorial Sial Pigmalión: Adaptarse y tendernos puentes a nosotros sus autores y por supuesto a los más importantes, los lectores. Nuestras obras ahora se están reproduciendo en libros electrónicos, y en formatos auditivos. Conferencias y presentaciones virtuales se adaptan a esta nueva sociedad.  Además la editorial española se ha dado a la tarea de elaborar proyectos tan hermosos como “Cuarentena Literaria, relatos escapados del encierro”, “Poesía de interior, Cuarentena poética”, Madrid- territorio Literario, Cali- territorio Literario,  un Festival internacional de poesía,  entre muchos otros libros y planes, que nos salvan y nos unen.

En el tercer mes del 2020, cuando el temido virus había escapado ya de su cuna asiática y se extendía por el mundo, el presidente de la editorial Sial Pigmalión me dio una llamada invitándome a coordinar este sublime proyecto. Cuarenta autores de diez nacionalidades distintas y abarcando tres continentes fueron convocados con plena libertad de expresión para que plasmaran según su mirada artística un retazo de lo que estaban viviendo. Recibimos cuarenta obras, desde poemas, memorias, cartas, artículos periodísticos, cuentos, una canción y hasta un Haikou (Roberto Gil de Mares) que ahora conforman este libro. Participaron novelistas consagrados, cuentistas enamoradizos, poetas inspirados, pintores que colorean sus versos (José Luis Marín Aranda), un famoso director de cine (Víctor Gaviria), un cantante  (Álex Flórez) que hizo poesía o una poesía que él hizo canción y hasta un monje del monasterio de silos hogar de los cantos gregorianos (Bernardo García Recadero). Fotógrafas que retratan tan bien como escriben (Lidia Corcione), Un afamado actor de teatro y académico (Daniel Miguelañez) entre otros artistas de diferentes expresiones y con mucho talento. Cuarenta miradas de un acontecimiento aterrador que sucede en el mundo entero y que lo ha paralizado. Pero que no ha podido con la creación, el arte, la poesía, la introspección y el crecimiento espiritual.

Como nos recita Berta Lucia Estrada en su colaboración para Cuarenta Literaria: “Cada vez que el hombre se irguió, cada vez que miró al horizonte creyéndose amo y señor del mundo, cada vez que creyó salir del desierto, un microbio lo arrodilló. Arrodilló al mundo no una vez sino varias veces.”

Cuarenta autores en cuarentena fueron convidados a formar parte de un libro que hoy en día a derivado en todo un movimiento literario. “Cuarenta artistas como cuarenta soles (o lunas) que nos iluminan en esta larga noche de temores, aflicción, privaciones y sufrimientos compartidos” Así lo describió Rodríguez Cañada que se ocupó del precioso prólogo del libro.

Después de publicado el libro, abrimos nuestra página en Facebook. Nos comunicamos a diario en los medios, nos escuchamos, compartimos convocatorias, promovemos el libro en ferias virtuales, nos retamos a componer nuevos poemas y hasta participamos en un juego literario creado por la escritora Ruby Becerra. En un cofrecito Ruby depositó los cuarenta nombres de los escritores del libro y cada día con la ayuda de su hermosa hijita Amaranta, una tierna y dulce bebe de diez meses, que soplaba y con palmaditas de alegría contagiosa extraía en suerte el nombre escritor del día. Luego con ayuda del resto de la familia de Ruby, sacaban una parte del relato con el que ese autor colaboró para el libro. El fragmento se publicaba en su página de Facebook y en la de Cuarentena Literaria. El juego acaba de terminar pero su testimonio queda en Facebook.

Muchos de nuestros autores convocan y recuerdan dentro de sus creativos y sentidos escritos a artistas que han dejado huellas. Citan a grandes de todos los tiempos. Tal es el caso de Cecilia Castro Lee.  Ella evoca en su escrito  a poetas como César Vallejo, Rosalía de Castro, Federico García Lorca, Francisco de Quevedo, Juan Ramón Jiménez, José Asunción Silva y Gabriel García Márquez. Igual nos pasa con el autor Carlos Vásquez-Zawaski, presidente del Pen Club Colombia que nos regala un bellísimo poema  en el que cita a Van Gogh, a Zaratustra, a Shakespeare, a Cervantes, a Chopin y a Ulises. El cuento “Lubina a la Cuarentena” de Jesús Herrero del Cura también nos trae un paralelismo muy interesante con el autor latinoamericano Juan Rulfo en su obra Luvina.

Ridha Mami, el presidente de los Hispanistas árabes, nos trae un poema que retrata los momentos vividos de forma conmovedora. “Solo los suspiros y el dolor intenso se convierten en aplausos nocturnos desde las ventanas abiertas, para romper el estruendo y cruel silencio que nos envuelve y nos une: ¡contemplad cual frágiles somos los humanos!

Eliana Maldonado Cano también retrata este tiempo. “ Afuera solo caminan los que no quieren morir de hambre, llevan canastas de dulces colgadas del cuello y las ofrecen a los transeúntes imaginarios mientras sonríen. Adentro estamos confinados los que comemos con los ojos y con la boca aquello que compramos hace meses”… Los cuarenta escritores han dejado legados profundos e insignes, pero para eso los invito a leer el libro y disfrutarlos enteros. Palabra por palabra, para descubrirnos, para ver en frases lo que sentimos, para leer explicado el tormento que nos espanta. Para encerrarnos con el relato de José Luis López amigo a hacer el amor mientras todos mueren, o Contagiarnos con un beso infiel como en el relato de Fabio. O Experimentar un extraño destierro como Ma. De los Ángeles Cantalapiedra y hasta conversar con la Guardiana del Hades con María del Pilar Cavero Montori. Hasta experimentar el amor con “Ella” de Ruby Becerra, Viajar con la palabra con el increíble poema “Pandemica” de la venezolana Amarú Vanegas, Despertar la punta de la lengua de Ángela Penagos que “hospeda cuentos, poemas y cantos”, “De las cosas vivas”.

Nos promete Gloria Nistal “Al menos nos queda la vida interior contra esta guerra que nos viene dada” Y Carmiña Navia Velasco nos muestra “Una luz en la distancia”, “algún canto lejano mantiene el horizonte promesa de otros días, promesas de un abrazo”. Luz Stella Millán Grajales nos ofrece su corazón como la canción de Fito Páez, “Como un documento inalterable”. Rossana Méndez Arenas   nos muestra como hemos resignificado los espacios de la casa en un “Mejor Plan” y estamos más conscientes del valor de un balcón, de un comedor que se transforma en oficina familiar o una cocina que se ha convertido en un escape placentero. Socorro Mármol Brís nos trae “Tres apotegmas tristes de un mismo encierro”, Cuyos títulos nos hablan, “Testamento vital de una poeta”, “Apocalipsis” y “Luz en el túnel”.  José Luis Marín Aranda nos deleita con un interesante cuento de un caballo humanizado que ansia la libertad. Y Pauline Le Roy desde Chile nos pide “Cuarenta días para refugiarte en lo que queda”. Guillermo Hinestrosa nos trae una crónica periodística con “Tribulaciones bancarias”. Álvaro Hernández se confiesa infectado con un virus desde hace años, infectado por el contacto prolongado a los libros. Por su parte, Laura Hernández Muñoz desde México denuncia la injusticia, el hambre, la violencia, contar historias para despertar conciencias. Bernardo García Recadero desde Silos nos trae una interesante historia de una avispa y el romance del coronavirus, “Nuestro enemigo común se presento muy ufano, al Creador y le dijo: “Las iglesias te he cerrado”. Nuestro padre celestial replica sonriendo al diablo: “Yo en cada hogar una iglesia les he abierto a los humanos”. Álex Flórez además de su canción la reina de Oriente nos trae el poema “Los decentes somos más”. Marisol Esteban desde España con “Encuentros” nos trae esperanza: “Había olvidado que nunca estará sola y aunque la incertidumbre sobre el futuro sea mayor que nunca, en el confinamiento a encontrado su luz”. Dévora Dante con su “carta en Cuarentena” nos incita a resistir. “Resiste, resiste y espera que todo va a pasar, que seremos mejores seres y pueda ir a abrazarte”. Lidia Corcione nos trae la conmovedora historia “Y va cayendo el silencio”  y en “Guardemos distancia” destaca la bella frase: “Necesitamos el medicamento que haga florecer el amor en pausa.”

Luz Ángela Caldas nos hace vibrar con “Esencia Vital”, “Yo me paralizo, empiezo a sentir la contradicción entre  filosofo y artista, la contundente diferencia del pensamiento y el proceso sensible expuesto desde las vísceras”. Justo Bolekia Boleká desde Guinea Ecuatorial con “Los íncubos atrapados”, “Vuelve otra vez esta situación —dijo la centenaria mujer—. Los espíritus no tienen cara, y no pueden ser reconocidos. Creo que nosotros tampoco debemos tener cara. No salir de nuestras casas seria la muerte, porque tenemos que ir al bosque a buscar comida. Que cada uno se ponga una careta para que los espíritus no vean ni sus ojos ni su boca” y Rodrigo Arguello detona una idea: “La muerte no va delante de nosotros, ni detrás de nosotros. La llevamos al lado. Por eso es interesante aprovechar su posición para establecer con ella un buen dialogo” . Por su parte Adriana Solano con “El Edén”,  trata de contestar una pregunta, “¿crees que con lo que nos ha acontecido la gente cambie para mejorar?”. Bella Clara Ventura con su poema “Pieza de ajedrez” le da un “jaque mate a todas las pandemias” y María Vilalta desde Argentina “Galopa desolada el alma y soy todos los nombres crucificándose en el altar de los espejos”. Luisa Ballesteros Rosas en “Banalidades de una Cuarentena” desde Paris nos cuenta: “… justo antes de que fuéramos conscientes de que este bicho curioso y que veíamos lejano, como algo propio de los chinos, pudiera atreverse a romper fronteras hasta llegar a profanar ciudades como París, Madrid, y Roma y obligarnos a tomarlo en serio”.  y por último Pilar Pedraza Pérez del Castillo con “Pandemia en tiempos proselitistas”,  “¡El virus es un invento del gobierno para ganar las elecciones! ¡No acataremos la cuarentena!

No puedo, sin embargo, dejar algunas de las palabras de Basilio Rodríguez Cañada como prologuista, “Cuarentena literaria es una declaración de intenciones, un alegato contra la enfermedad y un valioso estímulo anímico para los lectores, un arsenal de la mejor literatura en español para combatir las modernas plagas y una manera provechosa de avituallar el enclaustramiento y de sobrevivir a sus efectos, una excelente iniciativa para promocionar la lectura y aplicar las cualidades terapéuticas y curativas del arte, en general y de la literatura en concreto”.

El libro que ya se encuentra en venta en la librería Nacional por todo el territorio colombiano así como en las páginas de la editorial Sial Pigmalión, ha despertado interés. Las autoras Devora Dante y Ángela Penagos de Medellín ha llevado a través de estos meses, uno por uno a los cuarenta autores a su programa “Alma de artista” por canal zona 6 TV de Medellín  y ha sido reseñado en diversos diarios nacionales e internacionales. El periodista Gustavo Tatis lo reseñó en el periódico El Universal de Cartagena, Dulce María Ramos en el Universal de Venezuela, Recibió otra nota periodística en Cúcuta dedicada a la autora Rosana Méndez Arenas. Ha estado en programas televisivos en Argentina con Nanci María Vilalta.Y en España con Alex Flórez en “Entre Mujeres”.

Fabio Martínez también autor de esta antología publicó un maravilloso artículo el 20 de mayo  en su columna en “El tiempo” “Cuarenta escritores en cuarentena”. Así mismo fuimos invitados a la feria latinoamericana del libro de Cartagena de Indias, dirigida por Walter Caicedo y estamos invitados a las siguientes ferias de Medellín y otras que pronto se abrirán. Apenas estamos comenzando.

Dice el autor Jesús Herrero del Cura en el interesante colofón del libro, que el cuarenta, un número tan presente ahora en nuestras vidas como el período de aislamiento preventivo, es un número mágico. Aparece en la biblia en más de cien ocasiones. Y no solo en la religión judía o cristiana sino también en la musulmana y otras. Herrero del Cura cierra el libro con las siguientes palabras: “El sentido religioso del número cuarenta es de renovación, de crecimiento, de cambio a mejor. Esperemos que después de esta cuarentena cobre sentido dicho significado y maduremos en una mejor sociedad”.  Y como el águila en mi relato para el libro, con la ayuda de la literatura, levantemos el vuelo muy alto, tan alto que podamos elevarnos por encima de la tormenta.


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