No es obligatorio, pero cuando en un hogar prevalece un estilo decorativo, el conjunto es más armónico.
El punto de partida del post de hoy es este pequeño piso de segunda mano de 37 m² de un edificio con décadas de antigüedad construido para los trabajadores de Gotemburgo, Suecia.
Podemos apreciar los años en los acabados, la carpintería o el exterior, pero eso no es impedimento para una imagen renovada y actual.
La cocina se renovó en 2017 y el baño también se renovó y amplió en 2012, por lo que los revestimientos, electrodomésticos y muebles, salvo alguna excepción, son nuevos.
A su dueña le gustaba el estilo rústico francés, en blanco, con griferías curvas y porcelana de relieves, con panelados en madera blanca, estanterías que incluyen forja y textiles y cerámica en colores blancos y cremas y así lo dispuso.
Lo combinó con el estilo nórdico y el resultado no puede ser más agradable y acogedor, parece que estemos en una cocina en plena campiña y no en el centro de una gran ciudad.
Llama la atención como eligió electrodomésticos en colores crema, (horno y campana extractora el resto están integrados, color poco habitual en la mayoría de las marcas. Por cierto que si os habéis quedado prendidos de esa campana, parece que ya no se fabrica, es un modelo descatalogado ya de Ikea :(.
¿Qué os parece este estilo? ¿Os gusta la combinación estilo nórdico con rústico francés? ¡Feliz jueves!