Ser madre es algo que se elije en la vida y como tal tiene sus partes buenas y malas. NO hace falta que les diga que según la mitad de la población las buenas compensan las malas, ya sabéis la frase más usada hacia una madres es esa de “mujer son fases, de todo se sale y la de es duro pero compensa”. Dicho esto me veo otra vez en una de las fases duras de la maternidad y aunque digan que la experiencia es un grado, está claro que yo y mi maternidad bipolar no lo aplicamos como debe de ser….
Este post es un poco especial ya que cierra una de las fases más duras e iniciales de la maternidad que son el postparto, puerperio o escasa baja de maternidad. Momento duro donde los haya y doloroso para muchas madres, aunque al mismo tiempo sea una bombona de oxígeno para recuperar algo de tu antigua rutina, vida o espacio. Estoy viviendo mi última semana junto a neskatilla. Mis últimos días de verla a todas horas con lo malo y lo bueno, pero sobre empieza esa carrera de fondo donde el trabajo es ese obstáculo que va a impedir ver su primer giro de 180, sus primeras palabras, sus primeros pasos y trastadas. Voy a estar claro, pero ya no será igual y eso señores, por muy noctámbula y cansada que vaya una se echa de menos. Tengo pendiente escribir un post sobre toda tú en esencia pura, pero después de estos casi cinco meses duros, porque han sido duros, no quería cerrar esta etapa sin dedicarte un post con cariño y amor del bueno que tienen las madres.
Vamos a ser sinceras hija mía, estos cinco meses han sido todo un reto, donde en confianza te digo que has ganado de goleada, has sido un tsunami en toda regla capaz de acabar con la salud de tu madre, conseguir que tu padre sea un insomne crónico y que tu hermano de por hecho que achucharte sólo es posible cuando su majestad lo desea y que tienes una garganta potente y sobre todo que el dormir está muy sobrevalorado. A pesar de todo eso, quiero que sepas que cada mañana cuando esté en esa oficina oscura y sin aire alguno, pensaré en esa sonrisa pícara que tienes, me reiré pensando en esas cagadas radioactivas que estarás haciendo por doquier y lloraré en el baño mientras nadie me ve pensado que no puedo comerte esos dos mofletes globo que tienes. Eso sí, menos los días que te hayas despertado tropecientas veces que estaré acordándome de tu estampa.
No sé cómo va a terminar lo tuyo y lo mío, porque ya empezó desde la tripa con ciertas dificultades, pero necesito que asimiles que como le dije al pediatra si eres “un bebé de alta demanda” yo soy “una madre de baja resistencia”. A esto vamos a sobrevivir como sea, pero ten en cuenta que si sigues con este rollito que te traes yo te pongo en la mochila y nos vamos juntas de GT, piensa que es importante que me dejes volver a ser un poco normal, sólo un poco o terminaremos cual Romina y Albano… Por lo tanto vete preparándote a oír durante años que fuiste un bebe porculero, que te lo voy a recordar cada vez que te me pongas en modo adolescente. Me sabe mal hija pero como no te normalices un poco te estás gastando todo tu presupuesto de la universidad entre cremas especiales, leches anti-cólicos y osteópatas…hija mía que sólo para compensar eso ya podías dormir un poco más ¡leñe!
A mis lectores y seguidores sólo deciros que gracias por haber soportado mis ausencias, mis textos desgarradores y realistas, pero es que una es como es. Espero retomar mi blog con cierto fundamento, daros alguna sorpresa que otra y seguir disfrutando de este espacio como lo he hecho hasta ahora. Vamos que nos vamos, peineta is back!!!
Tagged: amor de madre, baja de maternidad, fin de una etapa, no ver su sonrisa por las mañanas, que duro es separarse, vuelta al curro
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