Revista Política

Cuatro años desde la guarida

Publicado el 26 noviembre 2013 por Pepecahiers
CUATRO AÑOS DESDE LA GUARIDADecía la copla de Gardel que 20 años no es nada, pues imagínense lo que puede suponer la raquítica cifra de cuatro. Pero, en realidad, esa fracción de tiempo es más que considerable para la vida de un blog que publica regularmente sus cuitas, reflexiones, opiniones y demás impulsos de un espíritu moderadamente narcisista. Aquí estamos, y hablo en plural, porque sin los demás compañeros de viaje que se asoman por aquí, los que son propietarios de sus ideas expresadas en sus propios blogs, no sería nada, apenas una triste parrafada escrita en el viento. Escribir para nadie puede ser loable, una forma de plasmar inquietudes y una demostración de nuestras capacidades, pero hacerlo aunque fuera para uno solo ya es otra cosa distinta. Es la disposición que tenemos de proponer y escuchar al mismo tiempo. De juntar palabras y de leer las de los demás, la de intercambiar opiniones, consejos y discrepancias. Eso es algo que va más allá del aislamiento intelectual, es la posibilidad de desnudarse ante los demás, desvestirnos a nuestro antojo y, sobre todo, de esperar. Esperar a ser leído, esperar a ser comprendido, esperar el desacuerdo, la felicitación e incluso la indiferencia. Y qué difícil es mantenerse, no dejarse llevar por la deriva o el abandono. El temido barbecho del blog que espera. Que permanece en letargo, acechando una idea, una continuidad, un regreso impaciente de la inspiración. Algunos no lo consiguen y terminan dormitando, aunque guardando reflexiones pasadas.

CUATRO AÑOS DESDE LA GUARIDA

Aquí empezó todo.


La espada de Damocles de todo bloguero puede ser el aburrimiento, la desidia, el sentir que ya no se tiene nada que contar o, que lo que se cuenta, poco o nada puede importarle a nadie. Otro enemigo puede ser el temor a la falta de originalidad, a no ofrecer ideas nuevas, a la incertidumbre de escribir sobre lo escrito por otros, con mayor o menor fortuna. De eso no se libra casi nadie y, a no ser que seas un genio en potencia o un descubridor innato, la historia del conocimiento es, en términos generales, una reinterpretación del pasado. Lo que importa es el estilo, la identidad propia con la que se plantean esos conceptos. Pueden ser irónicos, profundos, pedantes (como esta entrada), con sentido del humor, mordaces o cualquier otra forma en la que podamos plasmar nuestra personalidad, nuestra fachada de escritores. Dejad que el ritmo lo imponga tu propio tiempo, tu capacidad de empaparte de información o de prestar atención al mundo que te rodea. Un libro, un anuncio, un recuerdo, una conversación, un artículo de prensa, un conocimiento olvidado en apariencia, una sorpresa, una visita, un encuentro ... Son tantas las ventanas abiertas para recoger los conceptos que nos trae la vida cotidiana, que a buen seguro encontraremos en ellos un motivo para seguir en la brecha. Y toda esta parrafada viene a cuento de mi propia crisis creativa, de justificarme en parte por la, en ocasiones, molesta falta de inspiración. Y es que cuatro años no es nada y es mucho, pero es tiempo suficiente para expresar el cariño que le tengo a este lugar, un espacio impensable en el que he derramado muchas horas de mi vida. Como siempre, eternamente agradecido a vuestro tiempo, el que prestáis de forma generosa e incondicional a esta vuestra casa, La Guarida del Eremita.

Volver a la Portada de Logo Paperblog