Patio en Via Caradosso
Vuelvo a enseñaros más imágenes de mi viaje a Milán la pasada Semana Santa, en este caso de nuestro tercer día. La idea era visitar, pero también descansar, así que este día fue mucho más relajado que los anteriores: nos levantamos tarde y nos dirigimos sin prisa a la iglesia de Santa María delle Grazie.
Santa María delle Grazie
Como ya os comenté en entradas anteriores, sabíamos que no podríamos ver La última cena de Leonardo da Vinci, que se encuentra en esta iglesia, ya que es necesario reservar las entradas con al menos dos semanas de antelación, y el viaje surgió en el último momento.
Chiostrino delle Rane
A pesar de ello, no queríamos desperdiciar la oportunidad de ver la iglesia, y fue un acierto porque, independientemente del fresco de Leonardo, es una iglesia preciosa que puede visitarse de forma gratuita. Nosotros entramos por un pequeño claustro llamado Chiostrino delle Rane por las ranas que hay en la fuente central, un pequeño remanso de paz en medio del bullicio de Milán.
Interior de Santa María delle Grazie
La iglesia fue construida entre 1463 y 1490 por Guiniforte Solari, y dos años después, Ludovico El Moro le pidió a Bramante que la convirtiera en un mausoleo familiar. Por ello, dentro de la iglesia conviven dos estilos muy diferentes: contrasta la parte de Solari, de estilo gótico lombardo y el ábside renacentista de Bramante.
Fachada principal de Santa María delle Grazie
La fachada de ladrillo de la entrada princial es de Solari, aunque la puerta fue diseñada por Bramante. Además, en esta fachada puede verse una pintura de Leonardo da Vinci que representa a la Vírgen entre Ludovico y su esposa Beatrice d'Este.
Residencia Atellani
En la misma calle donde se encuentra Santa María delle Grazie, en el Corso Magenta, podemos ver la residencia Atellani, la casa donde Leonardo da Vinci vivió mientras pintaba La última cena.
Corso Magenta
El Corso Magenta está lleno de edificios históricos y se respira un ambiente mucho más relajado y joven que en otras zonas de Milán, ya que cerca se encuentran la Università Cattolica y el instituto San Carlo, los precios son también mucho menos prohibitivos por aquí.
Interior de San Maurizio
En esta misma calle está San Maurizio, una iglesia con un exterior muy austero del que sorprende su interior ricamente decorado con pinturas murales. La iglesia comenzó a construirse en 1503, y la mayor parte de la decoración pertenece a Bernardino Luini, quien pintó los frescos de las paredes.Torre di Ansperto
Junto a San Maurizio, otro edificio al que vale la pena acercarse es el Civico Museo Archeologico, por los objetos que expone y porque en su interior pueden verse los restos de la antigua muralla romana de Maximino, de la que se conserva la Torre di Ansperto.Interior de la Torre di Ansperto
El museo expone objetos encontrados en diversas explotaciones arqueológicas desde la edad de bronce, pasando por la época romana, sin dejar de lado algunas interesantes piezas etruscas.Ruinas romanas en Via Brisa
Siguiendo el recorrido, terminamos en Via Brisa, donde podemos ver unas ruinas romanas que se cree que formaban parte del palacio imperial de Maximino. Estas ruinas aparecieron gracias a las excavaciones realizadas tras los bombardeos de 1943. En Milán se han conservado poquísimos restos romanos, así que vale la pena ver lo poco que queda.Naviglio Grande
De aquí nos movimos a una de las zonas de Milán que más ganas teníamos de ver: los Navigli. Se trata de los antiguos canales de la ciudad que hasta el siglo XIX estuvieron en funcionamiento con tráfico de barcos y mercancías, siendo el distrito portuario de Milán. Las obras del canal Naviglio Grande comenzaron en 1177, seguidas de los canales Pavia, Bereguardo, Martesana y Padermo. Actualmente se conservan solo el Naviglio Grande y el Pavese, ambos conforman el barrio de los canales, una de las zonas más animadas y bonitas de la ciudad, a la par que tranquilas, perfecta para pasear o ir en bici.Naviglio Grande
Pasear por los Navigli es como transportarse a otra ciudad, nada tiene que ver con el ajetreo y el tráfico del centro de Milán. A lo largo del Naviglio hay bonitos bloques de edificios típicos en amarillo milanés con preciosos balcones.
Naviglio Grande
En los Navigli el ambiente es muchísimo más relajado, con infinidad de
restaurantes y trattorias de buen precio y deliciosas, vale la pena venir a comer o a cenar en cualquiera de ellas, o a tomar algo en alguna de sus terrazas frente a los canales, para disfrutar de las vistas del agua y de los patos.Naviglio Grande
Volviendo al tema de los canales, estos funcionaban antiguamente gracias a un sistema de esclusas que permitían que los barcos pudieran navegar entre los canales en diferentes niveles. De este modo fue como se transportó el mármol de Candoglia en el siglo XIV que sirvió para la construcción del Duomo, y en los años 50 los materiales necesarios para la reconstrucción de la posguerra.
Naviglio Grande
En el siglo XV, Ludovico El Moro mejoró la red de canales con la ayuda de Leonardo da Vinci, quien rediseñó el XX, en los años 30, algunas secciones de los canales que antes se extendían a lo largo de 150 kilómetros se rellenaron con tierra y en 1979 cesó totalmente la navegación, quedando únicamente dos canales que hoy en día ya no se usan para la navegación.Antiguo lavadero
En el llamado camino de sirga, por donde las barcazas eran arrastradas por caballos o bueyes para facilitar su navegación, todavía pueden verse los antiguos lavaderos, con techos de madera, donde las mujeres iban a lavar la ropa.
Viale Gorizia
La zona está bastante cerca del centro histórico de la ciudad y muy bien comunicada tanto por metro como por tranvía. Además, como podéis ver, se pueden alquilar bicis para dar una vuelta por la zona.Naviglio Pavese
El otro canal, algo menor, es el Naviglio Pavese. Aquí se conservan algunas grandes barcazas que, a falta de navegación, se han convertido en clubes y restaurantes.
Si en el Grande se concentran la gran mayoría de restaurantes y terrazas, el Pavese es el lugar ideal para acercarse de noche a tomar unas cervezas o unas copas sin los formalismos de otras zonas de Milán. Aquí los locales son muchísimo más distendidos, no miran la vestimenta, ni hay porteros, ni listas de entrada (como sí sucede en los locales snobs y pijos del centro). Además, hay varios locales de rock y blues con música en directo que nos gustaron muchísimo.Naviglio Pavese
En el Naviglio Pavese pueden verse aún los antiguos sistemas de esclusas de los que os hablaba antes, que facilitaban la navegación al nivelar el agua de los canales.En la zona suelen montarse mercados y mercadillos, tanto de ropa o antigüedades, como de comida, como es el caso del día en que paseamos por ellos, todo con una pinta y un colorido buenísimos.
Naviglio Grande
Todas las ciudades cambian y tienen un encanto especial por la noche. Los Navigli, también. Además de que, como he contado, es una zona muy animada para salir a cenar, tomar unas cervezas o unas copas y escuchar gratis música en directo. La pena es que justo esa noche le dio por llover, aún así no podíamos dejar de conocer el Milán nocturno.Candados en uno de los puentes del Naviglio Grande
La moda de los candados del amor ha llegado también hasta Milán, donde en uno de los muchos puentes que cruzan el Naviglio Grande encontramos estos pocos candados en los que no me había fijado durante el día.
Duomo
Galleria Vittorio Emanuele II
Si los Navigli son preciosos de noche, son espectaculares el Duomo y la Galleria Vittorio Emanuele II de noche. Ya que llovía y era algo inevitable, decidí aprovechar para experimentar y hacer algunas fotos "con" y "sin" lluvia, creo que el efecto ha quedado bastante curioso, y casi me gustan más las imágenes con esas gotas de lluvia transformadas en puntos de luz.
Como veis, hay que pasearse por esta zona de la ciudad tanto de día como de noche, los edificios iluminados tienen un encanto especial, la pena, como digo, que lloviera muchísimo y tuviéramos que estar continuamente con el paraguas, pero había que aprovechar, ya que era la última noche en la ciudad.
A diferencia de otros viajes que hemos hecho a países donde la Pascua se celebra con más colorido y dulces (por ejemplo, Viena), en Milán, al igual que en España, la Semana Santa se celebra de una manera más religiosa. Aún así, no me resistí a fotografiar esta espectacular tienda donde el chocolate y los huevos de Pascua sí que tenían su protagonismo, para dejar constancia de que estábamos en Semana Santa.
También hicimos un recorrido nocturno por las calles de las tiendas que vale realmente la pena, al ser peatonales y estrechas, y al tener solo tiendas de ropa, están prácticamente desiertas por la noche, y es toda una experiencia caminar por las calles de una ciudad tan bulliciosa en completo silencio y sin nadie alrededor, iluminados tan solo por la tenue luz de las farolas y los luminosos escaparates.
Y hasta aquí llega nuestro tercer día en Milán, más relajado como habréis podido ver, pero del que disfrutamos mucho: comimos muy bien, dimos largos paseos y por la noche tomamos unas cervezas y vimos un concierto de versiones de grupos clásicos de rock en los Navigli. Espero que os hayan gustado las fotos y el recorrido por Milán, en breve os traeré las fotos del último día. ¡Feliz fin de semana!