Cuatro días más tarde

Por Hogaradas
Es tiempo de cumpleańos. Diciembre es así, el mes festivo por excelencia, no solamente por las Navidades, sino porque es nuestro mes, el de nuestros cumpleańos, y hoy, cuatro días más tarde, es el mío, y la breve distancia que nos separa a Carlos y a mí para volver a compartir edad, ya se ha esfumado.
Me gusta celebrar mis cumpleańos; un ańo más creo que tengo motivos suficientes para hacerlo, para agradecer a la vida todo lo que me ha dado, para hacer balance y comprobar que hasta el día de hoy he sido muy afortunada, para volver a reflexionar sobre la importancia de todas esas pequeńas cosas que son las que realmente nos hacen felices, para saber apreciarlas y disfrutarlas sin perderme ni un solo segundo.
Esas pequeńas cosas son, sin ir más lejos, todos y cada uno de los pequeńos detalles del día de hoy, desde las felicitaciones de quienes solamente me conocen a través de esta pantalla, hasta la presencia en mi mesa de mis invitados de hoy, familia y amigos a quienes quiero, corazones generosos que siempre responden a mi llamada. Creo que poco más se puede pedir, únicamente, y si fuera posible, que esta mesa se llenara todavía de más afectos, porque seremos todos los que estamos, pero no estaremos todos los que somos, o al menos no todos quienes me gustaría que hoy, compartieran este día conmigo. Pero son precisamente esos afectos y los lazos invisibles de la amistad quienes consiguen esto, que de alguna manera estén presentes, porque forman parte de mi vida y también los siento muy cerca.
Ya está todo preparado. Me gusta cuidar los pequeńos detalles, y me gusta cuidar a la gente que quiero. La casa ahora está más silenciosa que nunca, pero no tardando mucho se llenará de alegría, de risas, del ruido de las copas al brindar, de música, de vida, porque eso es lo que quiero, vida y más vida, y momentos como estos para saborearlos todos juntos.
Hoy no quiero que nadie esté triste, olvidémonos aunque solamente sea por un día, por unas horas, de todo, de todo lo que pueda conseguir desdibujar la sonrisa de nuestro rostro, y riamos, riamos a carcajadas, dicen que no hay mejor terapia, así que practiquémosla, dejemos que nuestros ojos se llenen de luz y reflejen toda la dicha que hay detrás de una sonrisa.
Gracias, gracias a todos quienes sé que hoy me desearéis lo mejor, gracias por vuestro afecto, por vuestro carińo, por vuestra amistad, por cuidarme, por quererme y por haber sido tan generosos de permitirme entrar en vuestras vidas.
Es tiempo de cumpleańos. Disfrutemos de él.