La polémica está servida y es imposible no escoger un bando. ¿Es Fantastic Four una mala película porque el estudio metió demasiada mano en el trabajo de Josh Trank, o el estudio se vio obligado a meter la mano en un intento por salvar los muebles ante el los pobres resultados del director? Supongo que los que quedaron contentos con la ópera prima de Trank, Chronicle, estarán ahora mismo poniendo velas negras a los ejecutivos de FOX por destrozar lo que podría haber sido una gran obra. Los que pensamos, por el contrario, que ese primer trabajo tenía graves y evidentes fallos de estructura que se repiten en esta nueva película, nos imaginamos una historia diferente.
Para esta nueva versión cinematográfica del cuarteto más famoso de la historia del cómic (la tercera, si contamos la espantosa y nunca estrenada película de los noventa), la historia ha sufrido un lavado de cara para hacerla menos superheroica y más oscura. Pero no nos engañemos, esto es una película para adolescentes, tanto por lo simplón de la trama como por el rejuvenecimiento de los personajes, todos ellos unos pipiolos cuando el Reed Richards de los cómics es un señor ya entrado en la madurez. Para actualizar la historia, y con buen criterio, se ha decidido cambiar el viaje al espacio (tema de moda en los sesenta) por un viaje interdimensional como origen de los superpoderes de los protagonistas.
El gran problema de la película, como decíamos, está en una confusa estructura que hace harto complicado saber de qué va en realidad la historia. ¿Trata de un grupo de amigos cuya relación se deteriora tras traumática experiencia y terminan por reconciliarse? ¿Trata de cuatro prodigios de la ciencia y su instrumentalización a manos del gobierno? ¿O de las rencillas entre el Doctor Muerte y sus antiguos compañeros de laboratorio? Es muy complicado definir una trama principal y más bien parece que tenemos diferentes subtramas que no terminan de engarzar unas con otras.
La película nunca llega a despegar y, tras un primer acto pasable, tenemos un segundo muy poco interesante y que conduce a un clímax mal construido. La historia se desarrolla dando tumbos hasta un final que se siente torpe y apresurado, haciendo gala de una narrativa mediocre que, en mi opinión, es la marca de la casa de Josh Trank.
Las interpretaciones no pasan de aceptables teniendo en cuenta lo planos que resultan todos los personajes, casi todos definidos por un único rasgo y sin apenas una evolución palpable a lo largo de la película, pues más o menos acaban como empiezan. Carecen de desarrollo en sus personalidades y en las relaciones entre ellos. Por ejemplo, la Cosa rompe su amistad con Mr. Fantástico, al que culpa de haberlo convertido en un monstruo. Al final, como todo el mundo sabe antes incluso de que empiece la película, se reconcilian, pero nunca vemos esa reconciliación ni sus motivos. La Antorcha Humana es un rebelde, no se sabe contra qué ni por qué, y la Mujer Invisible está ahí para ser "la chica" y poco más.
El resultado de todo esto es un fracaso a todos los niveles que nunca llega a ser una película de superhéroes, de acción ni de ciencia ficción. No obstante, ni siquiera las malas cifras de la taquilla han impedido que se anuncie una secuela. Podemos ir cruzando los dedos para que la familia por excelencia del mundo del cómic caiga en manos de un director con las ideas más claras y tenga, por fin, el éxito cinematográfico que merece.