Revista En Femenino

Cuatro horas

Publicado el 24 febrero 2014 por En Casa Con Mamá @encasaconmama

Hoy os pido un ejercicio de imaginación. Sí, es lunes, pero prometo algo sencillito. Con la media neurona que te ha quedado después del madrugón, es suficiente.
Imaginad: un amigo te llama y te pide consejo. Viene de paso unas horas a tu ciudad, y, a parte de verte, querría que le indicaras en qué podría emplear el tiempo libre que tiene.

Son unas cuatro horas, pero se te ocurren cantidad de cosas. Parques por los que merece la pena pasear, pastelerías en las que charlar y arreglar el mundo frente a un exquisito trozo de tarta, pasarte por esa exposición que están a punto de clausurar, visitar el mercado (después de la obra es agradable deambular por los puestos), acercarte a la playa a respirar el olor a sal mientras tus hijos juegan en la arena, pasar a saludar a la librera que hace tiempo que no ves, acercarte al cine y comer palomitas, llevar a tu hijo a patinar, regalarte ese masaje que tanto te hace falta…

Párate a pensar y apunta qué harías tú, porque cuatro horas se pueden aprovechar más que bien.

4Horas

Ahora, compara tu estupenda lista con esto, que se seguro que se asemeja bastante a lo que hiciste realmente con tu tiempo el sábado:

“Tienes un vídeo genial de tu hijo corriendo detrás del gato. Se lo vas a enviar por WhatsApp a tu hermana. Comprimiendo….ups, cómo tarda el chisme éste. Conectando… jo, otra vez la conexión. Te acercas más al router, que la antena del iphone falla día sí y día también. Venga, lo intentas de nuevo. Nada, que no quiere. Piensas en escribirle para preguntarle cómo está, y decirle que en un rato le mandas un vídeo de su sobri. Puebas de nuevo…Oye, que no hay manera de conectar.

Modo avión – modo normal, ese truco es infalible, ahora fijo que funciona.
¿Cómo es posible? Venga, apagas el wifi y te lanzas con el 3G….Pues estamos en las mismas. Jo, qué rabia, con lo chulo que es el vídeo. A ver, tu padre es de Android, intentas enviárselo a él. Sigues igual.

Tu cari te hace saber que a él tampoco le va. ¿Será tu compañía? La incertidumbre puede contigo. Pero, ahí está tu amigo en Facebook preguntando si alguien más tiene problemas con WhatsApp.
Bueno, parece que no estais solos…uf, pero esto pinta mal.

¿Fallo técnico en tu ciudad? Corres a Twitter, donde las noticias vuelan y lees algo…No, no me fío, piensas. Buscas fuentes fiables. y das con algo que te deja helada. Inimaginable. WhatsApp se ha caído.

Pero ¿se sabe cuánto tiempo vamos a estar así? Eres bastante conservadora, pero la angustia puede contigo, y te lanzas a descargarte Telegram. No te gusta, pero es que ¡esto es una emergencia! Eres optimista…Instalar… ¿Tampoco funciona? Va a ser que tienes chorrocientas aplicaciones ocupando memoria. Borras la de visitar Noruega, ésa que te hace una ruta para correr y la de canciones de cuna. ¡Ahora sí!, piensas esperanzada. Nada, miles de imbéciles como tú han pensado en la misma posible solución, y va a ser que tampoco es la correcta. ¿Qué te queda? ¿Esperar?

Compruebas la aplicación cada quince minutos, mientras buscas noticias frescas. Jo, parece que es a nivel mundial. Sudor frío. Ya llevamos cuatro horas ¿Hasta cuándo va a durar esta pesadilla?

¿Te suena? Sí, vale, he dramatizado un poco los acontecimientos, que si no no tenía chicha suficiente para un post completo, pero el que lea esto y no se sienta un poco identificado, miente vilmente. Reconócelo, tú también estás enganchado al móvil.

Y ahora que ya lo has admitido, ¿qué piensas hacer para cambiarlo?

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