De todos modos, aun convencido de que una elección como ésta no puede ser exhaustiva ni dar al lector (que las desee) las claves del autor, al componer el volumen me he dado cuenta de que la empresa no me iba a salir tan económica. No se trata de algo superficial ni gratuito, no es un juego de sociedad. Curiosamente, me he sentido más expuesto al público, más descubierto, al practicar esta selección que al escribir mis propios libros. A medio camino, me he sentido desnudo, y bajo las impresiones opuestas del exhibicionista, que desnudo se encuentra bien, y del paciente en la camilla a la espera que el cirujano le abra la barriga; o más bien, en acto de abrírmela yo mismo, como Mahoma en el noveno círculo dantesco según la ilustración de Doré, en la que, por otra parte, la complacencia masoquista del condenado resulta evidente.
No habría previsto, ciñéndome al trabajo, que entre los autores preferidos no se hallara ni un farsante, ni una mujer, ni alguien perteneciente a culturas no europeas; que mi experiencia en los campos de exterminio pesara tan poco; que los magos prevalecieran sobre los moralistas, y éstos sobre los lógicos ¿Qué le vamos a hacer? Explicar el porqué de todo ello ya no es cosa mía. El lector que tenga ganas podrá atravesar el umbral y echar una ojeada al ecosistema que se aloja en mis tripas sin levantar sospechas: saprofitos, pájaros diurnos y nocturnos, mariposas, grillos y moho.
Primo Levi La búsqueda de raíces
" data-orig-size="638,745" aperture="aperture" />Primo Levi
La búsqueda de las raíces
Traducción: Miguel Izquierdo,
Arantxa Martínez y Elena Melchiorri
El Aleph Editores
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No obstante, la página más importante del libro es el gráfico inicial que sugiere «cuatro posibles itinerarios a través de algunos de los autores en juego». El esquema tiene forma de elipse o esfera y presenta en uno de sus polos el Libro de Job, que abre la antología: el drama del «justo oprimido por la injusticia» es el punto del que parten las primeras preguntas. (Diría que es justamente la presencia de Job en la apertura de esta «búsqueda de las raíces» aquello que nos recuerda que el itinerario de Primo Levi pasa por el campo de Auschwitz).
El polo opuesto de la elipse no se presenta menos denso de negatividad: son los «agujeros negros» (aquí el texto elegido es un artículo de Scientific American), que nos recuerda que «en el cielo no existen Campos Elíseos, sino materia y luces distorsionadas, comprimidas, dilatadas, rarefactas en una medida que supera nuestros sentidos y nuestro lenguaje». Entre estos dos polos, que representan un desafío a las fuerzas del hombre por parte de un universo que no se preocupa de nosotros ni mucho ni poco, Levi tiende cuatro meridianos, cuatro líneas de resistencia contra toda desesperación, cuatro respuestas que definen su estoicismo.
Italo Calvino
La búsqueda de las raíces
Traducción: Miguel Izquierdo,
Arantxa Martínez y Elena Melchiorri
El Aleph Editores
Foto: Primo Levi