El post de hoy va sin fotos... texto puro y duro. Creo que no hace falta ilustrar lo que voy a desarrollar a continuación y, de hecho, para ser consecuente con uno de los consejos que os traigo, es mejor que no haya mucho jaleo visual ni bonitismos adjuntos.
Muchos de vosotros me decís que " target="_blank">mis posts sobre organización, responsabilidad y disciplina os motivan mucho pero que no acaban de calar. Lo primero que me viene a la cabeza cuando leo estos comentarios es que cada uno tiene que querer hacer el trabajo, es un viaje personal y yo lo único que puedo hacer es daros herramientas o motivaros, pero poco más, al menos desde aquí.
Hoy he pensado que si os doy algunas ideas un poco más prácticas quizás podáis ponerlas en marcha y ver que realmente funcionan pero, como con todo, no puedo estar con una vara de avellano dándoos en el lomo para que hagáis las cosas, es cosa vuestra. Así que señores, tomen impulso que querer es poder.
No os voy a hablar de tener una motivación y agarraros a ella y esas cosas, asumo que esa parte nos la sabemos. Estos consejos tienen más que ver con cómo tener una mente y un entorno que faciliten el mantener esa motivación.
Estos son lo que yo considero los cuatro pilares básicos, desde aquí hay muchas otras prácticas y estas ideas del post que tenéis aquí abajo se pueden desarrollar mucho más, pero si lo hago sería un libro, no un post... así que ahí va.
Mantenerse en el momento presente
Cuanto más presente estés más capaz serás de dedicarte a lo que realmente te interesa y acometer las tareas que tienes planeadas. Cuanto más estés enredando en tu mente por delante o por detrás del ahora más inmediato, más posibilidades tienes de que pierdas el tiempo, la motivación y la concentración y te des a la pereza como modo de huida.
Ejercita la presencia en el ahora: observa tu respiración, genera desapego por tus chácharas internas, practica yoga y aprende a meditar.
Estar presente se practica continuamente, no sólo 10 minutos al día y ya has cumplido. Intenta estar aquí, ahora, con la realidad más inmediata en cada cosa que hagas.
Entiendo que hay preocupaciones muy reales a las que hay que prestar atención, eso no significa que haya que estar todo el día dándole vueltas al tema. Eso significa que te sientes, te concentres en el tema en cuestión y si tienes algo que hacer para conseguir solucionarlo, hazlo, si no tienes nada que hacer y sólo puedes esperar, desconecta porque no te sirve absolutamente de nada enredarte y te estás montando pelis que, o te llevan a los mundos de yupi o te bajan al dramón innecesario.
Así que muévete despacio, respira y date de cuenta de que el momento presente es lo único real y desconectar de él es una trampa chunga, chunga.
Evita la multitarea y ten prioridades claras
La multitarea per se no es “mala”, pero si eres una persona propensa a la desconcentración y no tienes ni un buen sistema ni autodisciplina, hay una gran probabilidad de que termines haciendo la mitad en el doble de tiempo o que incluso se te queme el gratén en el horno porque te has puesto a limpiar “mientras tanto” y se te ha ido el santo al cielo.
Así que, hasta que tu práctica del mindfulness (atención plena y sin juicios en el momento presente, Roberto lo explica muy bien aquí) no sea un hábito, yo te recomendaría que evitases la multitarea.
Si tienes muchas cosas que hacer y poco tiempo lo que hay que hacer es priorizar.
En general hay cinco pilares de los que nos queremos encargar: salud, familia, relaciones, hogar y trabajo. Ten claras cuáles son tus prioridades en cada una y organízate acorde con tus objetivos más inmediatos y a medio plazo.
A nivel práctico, haz una lista de cosas que hacer, en qué orden las quieres hacer y cuánto tiempo les quieres dedicar (no cuánto vas a tardar, porque hay muchas cosas que nunca se sabe). Y ataca el plan sin miedo y sin excusas mientras a cada momento le prestas la atención más absoluta.
Huye del exceso de estímulos
Todos sabemos esa paz que se siente cuando nos escapamos al campo y decimos “oh el silencio!”. Tienes la posibilidad de estar en silencio aquí y ahora, al menos en casa, al menos un momento, practícalo.
Si quieres concentrarte, estar presente, escuchar la locura interna de tus pensamientos, la velocidad con la que las emociones cambian, la necesidad de huida y todas esas cosas que te alejan de la autodisciplina, una de las cosas que te recomiendo es que evites exponerte a un montón de estímulos todos los días. Ya sean visuales o acústicos.
Utilizas música o un programa de televisión o radio para hacerte compañía durante el día?
Cuántas pestañas tienes abiertas en el ordenador mientras trabajas, estudias o estás investigando contenidos? Cuántas veces abres Facebook mientras estás supuestamente concentrado en esas tareas?
Cuántas cosas tienes a tu alrededor y, de todas ellas, cuáles están ordenadas de un modo práctico y visualmente equilibrado?
Creo que queda clara la idea.
Haz más por los demás pero no te dejes en un segundo plano
Todos hemos tenido la experiencia de tener más fuerza de voluntad cuando nuestras decisiones afectan a otros. Nos levantamos más temprano porque hemos quedado con alguien o preparamos una comida más rica porque tenemos invitados a cenar. Nuestro cuerpo se vuelve más fuerte y nuestra mente más calmada cuando alguien nos necesita en una emergencia… cosas así (seguro que puedes recordar algo de tu propia cosecha)
Ejercita el hacer las cosas por el impacto que tienen en los demás. Y no hablo de ponerte mono para alguien en una cita (que también, por qué no?). Asume la responsabilidad de que lo que haces importa y decide cómo quieres afectar a tu entorno hoy.
Y como digo, no te dejes en un segundo plano. Es absolutamente necesario que te dediques tiempo cada día, a ti, sólo a ti. Aunque sea 10 minutos de yoga porque te duele la espalda o un paseo porque necesitas reorganizar tu cabeza.
Espero de corazón que algunas de estas cosas resuenen de un modo significativo en vuestras cabezas. Que os pongáis las pilas porque la vida puede ser un viaje maravilloso, donde las preocupaciones no son tan dramáticas como parecen y donde todo puede fluir con una sensación de tener bien agarradas las riendas.Ser disciplinado es una virtud que se puede desarrollar, no hay casos perdidos, sólo hay excusas.
Y ahora... vuelve al principio y léelo otra vez con un poquito más de atención. ;)
Feliz domingo a todos!
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