"Se mercadea con cosas que se tocan y con cosas intangibles, con cosas puras y sucias, con personas, objetos y conceptos. A los habitantes les gusta mercadear. Son felices mercadeando. No conciben otro modo de vida que el mercadeo. Todo es susceptible de ser mercadeado, incluso el propio habitante.
El valor de las transacciones se estipula mediante acuerdos reglados hasta el detalle; no hay lugar para la improvisación. Los acuerdos nunca se contemplan en términos de justicia o de injusticia, sino de verosimilitud. Un acuerdo se cierra cuando es verosímil. Si dos o más personas creen en algo, lo hacen verosímil, por lo que ya es susceptible de convertirse en acuerdo, en transacción y en mercadeo."
No sé porqué comencé leyendo “Cuatro por cuatro” convencida de que era la primera novela publicada por esta autora madrileña afincada en Sevilla (sí conocía varios libros de relatos anteriores, que además fueron sus comienzos literarios), pero no, ahora sé que no es así. Me interesa mucho la obra de Sara Mesa, por ello he indagado y comprobado que su primera novela fue “El trepanador de cerebros” (en 2010), y al año siguiente, en 2011, la segunda, “Un incendio invisible”, que además fue su primer éxito importante y su primera novela premiada (con el Premio Málaga de Novela, editada por la Fundación José Manuel Lara). Así que “Cuatro por cuatro” es la tercera, publicada en 2012 que fue Finalista del Premio Herralde de Novela ese año. Después llegaron las demás, todas leídas y disfrutadas por una servidora: “Cicatriz” (2015), “Cara de pan” (2018), “Un amor” (2020) y “La familia” (2022).
La trama a grandes rasgos sin spoiler
La historia trascurre casi por entero en el Wybrany College, un internado de lujo para chicos pudientes, hijos de ministros, políticos, empresarios, actores, incluso mafiosos, una alternativa para ricos a los orfanatos y campos de acogida de la época. El Colich, como todos lo llaman, rige su educación en un estricto sistema basado en la “segregación”, donde los profesores son también “Orientadores” una especie de psicólogos para adolescentes, guías espirituales, mentores o supervisores de la convivencia. A los alumnos les está limitado salir y los adultos hacen turnos de guardia para poder tomarse un respiro en sus días libres e irse con los suyos si es que tienen a donde ir.
—¿Pero qué es eso de la segregación? Porque yo no me entero…—El sistema educativo del Wybrany. El hecho de que los niños y las niñas estudien por separado. La protección y la seguridad frente a la libertad, y si hay posibilidad hoy día de elegir, y hacia dónde se inclina la balanza en cada caso. —¿Es mejor vivir libres y desprotegidos o vivir controlados y protegidos?
Amurallado para impedir la entrada y la salida al libre albedrío, y rodeado de un inhóspito y peligroso bosque, el Wybrany divide sus estancias en dos módulos diferenciados, el de “Los Especiales” y el de “Los Normales”. Los especiales son los becados, los que no tienen a nadie poderoso ni rico, pero que por méritos propios o su excepcional inteligencia, se han ganado el privilegio de poder vivir allí, con sosiego, y al abrigo de la inmundicia que rige afuera, la degradación social que impera en el mundo exterior. Sus padres son trabajadores del colegio que viven también en el recinto: chóferes, cocineras, limpiadoras…, etc.
Por vez primera, Celia empieza a sentir la salvación, un agradecimiento tenue, el miedo de que se le acabe el privilegio. No desea olvidar, pero se le disipan los deseos de fuga. Los sentimientos exaltados por la distancia dan paso a la rutina de lo ya visto, y a la incomodidad por volverlo a ver una vez más. Las transacciones, entonces, comienzan también a perder su sentido y se convierten en carne desollada, en pura víscera.
Porque la ciudad mas cercana, Cárdenas, es ahora caótica y peligrosa, y está atiborrada de gente, sucia y ruidosa, hasta arriba de basura, miseria y corrupción, con robos frecuentes y patrullas policiales, plagada de ratas, gamberros, grafitis y jeringuillas.
Son dos partes y un epílogo (imprescindible su lectura) las que dan forma a la trama:✔ La primera se titula "Nunca más de doscientos" (número máximo de internos admitidos), e intercala dos subtramas que no corren paralelas en el tiempo, la de las chicas “Especiales”, narrada en primera persona por Celia y la de los chicos “normales” contada en tercera persona por un narrador omnisciente. ● Con capítulos cortitos, la subtrama de las chicas comienza con el intento de fuga de cuatro niñas que pretenden llegar a Cárdenas, donde vive la madre de Celia, la cabecilla e instigadora del grupo. Pronto son atrapadas y devueltas a la institución. Además, Celia nos cuenta como es su vida en el colegio desde su punto de vista, y su relación con el Guía, su psicólogo-orientador que le ofrece un pacto: llevarla a la ciudad a ver a su madre cada cierto tiempo, a cambio de una serie de favores sexuales, que ella, por supuesto, acepta.
● La trama de los chicos nos habla de Ignacio, un niño cojo y amanerado de 12 años sometido a burlas y malos tratos constantes por parte de sus compañeros. A pesar de haberse convertido en el favorito del Director, Ignacio se siente un excluido y ve el cielo abierto con la llegada de Héctor, la oportunidad de llegar a ser su “protegido” a cambio también de un trueque humillante. Héctor es el recién incorporado al curso, repetidor y un año mayor que todos los demás de la clase, por lo que se siente poderoso.
El Zoquete lo agarra más fuerte y lo golpea en el estómago mientras le pregunta qué mierda hace él allí, si acaso los espía, si acaso es un chivato de la Culo. Los golpes no suenan, pero duelen. Ignacio cae al suelo y se protege con las rodillas y los brazos. Lo golpean rutinariamente, rítmicamente, por turnos, cada día, cada tarde. Le escupen a la cara, le roban la comida, los útiles de clase, el dinero. Le quitan las sábanas y las mantas y se pasa la noche acurrucado y temblando sobre el colchón pelado.
✔ La segunda parte, "Diario de un sustituto", adopta un estilo totalmente distinto. Es el diario personal de Isidro Bedragare, un escritor frustrado que finge ser profesor para usurpar el lugar de su ex-cuñado y poder darle el dinero a su hermana, que también reside en Cárdenas.
El esfuerzo del fingimiento es agotador, pero también imprescindible en esta etapa de mi vida. Si yo estaba usurpando el papel de mi ex cuñado, mi hermana debía de ser entonces mi ex mujer.
Isidro nos cuenta sus comienzos en el colegio y su extraña relación sexual con Gabriela, la limpiadora, que además le pone al día de chismes y oscuros rumores que corren por el internado. Según pasan los días, empieza a sospechar del verdadero funcionamiento del centro, del sistema educativo, en ese microcosmos cerrado de mutismo, engaños y transacciones indecentes que va descubriendo. Además, por mas que pregunta, nadie sabe explicarle lo que le sucedió al profesor al que él está sustituyendo, un tal García Medrano.✔ El epílogo titulado “Héroes y mercenarios, los papeles de García Medrano” es eso, un total de una docena de páginas escritas por García Medrano que Gabriela le pasa a Isidro a escondidas, para que los lea e intente descifrar esa especie de cuento que describen un mundo imaginario y gentes con un modo de vida bestial y despiadado centrado en el mercadeo, donde hay héroes y también mercenarios. Un epílogo que dará sentido y explicará de forma metafórica todo lo leído.
Los puntos fuertes de la novela
✔ Riqueza y variedad de personajes: del grupo de las chicas Especiales, destaca Celia, que tiene 15 años y es la respondona e inconformista del internado. Fue becada por poseer un coeficiente intelectual fuera de lo normal, ya que no tiene padres o como si no los tuviera, solo una madre para nada recomendable. A ella el colich le viene grande y no quiere estar allí. Se autoproclama la protectora de la Poquita, que es del grupo de las “normales”, una chiquilla que bizquea, debilucha, flaca y enferma que padece el síndrome de Turner, moquea y tose todo el tiempo, es más pequeña que las demás, flaca y pálida, pero muy lista. ¿La quiere de verdad? ¿o la ve como una mascota a la que pueda manipular, como al gato Lux o la mastina Cayetana, otros dos personajes de la novela? También destaca Valen, la gordita bulímica hija de Gabriela la limpiadora
—¿Qué hay, Poquita? —le digo. Nada, no hay nada, nunca hay nada. La Poquita es la persona más aburrida del mundo. Me lanza a través de las gafas una mirada húmeda y suplicante, su mirada de siempre. Yo no quiero perder a la Poquita. Aunque me cruza un pensamiento insano: si tuviera un gato ya no la necesitaría a ella. ¿Es la Poquita mi mascota? ¿Por eso la quiero?
El protagonista principal de los chicos, es Ignacio, cojo y afeminado que sufre bullying y se deja manipular por Héctor, el nuevo, el macho alfa de la manada, a quién admira en secreto. Tenemos también al Director, que es el único con esposa que le visita de vez en cuando, a la subdirectora, La Culo, que también visita al Director en su dormitorio cuando no lo hace su esposa, y al Guía que tiene un rollo con Celia.
✔ Se exploran las relaciones personales en un lugar cerrado, cercado por muros, donde se presuponen ciertas normas de convivencia y cierta libertad y se carece al completo de ella. En un mundo aislado, regido por relaciones de poder y la diferencia de clases, un mundo de personalidades enfrentadas y marcadas por los contrastes: el débil frente al fuerte, el sumiso frente el que somete, el dominado frente al dominador, el que se rebela y que acaba mal, frente al que ni se lo plantea y conforma, el manipulado frente al manipulador, los excluidos frente a los que excluyen. Lo que viene siendo un reflejo de la vida misma.
Ignora que en todo juego de estrategia siempre hay una pieza débil que puede llegar a ser sacrificada sin más contemplaciones, y que la mayor debilidad reside en la propia ignorancia de ser débil.
✔ La base de todo lo que sucede en el Wybrany es el miedo a la supuesta desprotección exterior, pero resulta que, curiosamente, en el interior, las cosas que ocurren son aún peores. El mercadeo (ver párrafo del principio, al lado de la cubierta del libro) el sometimiento, y las transacciones como forma de vida, yo te doy esto a cambio de esto otro, sea lo que sea, con tal de poder seguir ahí, aspirando a la salvación.
Los dos comercian con el amor, con el deseo, amoldan su cabeza a esos esquemas, deforman sus impulsos naturales hasta volverlos monstruosos.
✔ Este es el quinto libro que leo de Sara Mesa y me sigue fascinando e impresionando con sus argumentos. Vale que “Cuatro por cuatro” no es el que mas me ha gustado de todos y que comparando, si me apuras, se puede percibir cierta inmadurez literaria que no hace el texto menos apetecible a mis ojos, ya que su prosa y su contenido sí me resulta muy atrayente y familiar. En esta lectura se comprueba que la autora ya apuntaba maneras, se presiente esa oscuridad literaria de la que hará gala en el futuro, se constata ese salirse de la norma inventando mundos claustrofóbicos y argumentos tan poco convencionales a los que nos tiene ahora acostumbrados, esa violencia inherente en sus escritos que o bien está ahí, a la vista, o latiendo en las profundidades de las mentes de sus personajes, todos esos detalles característicos que no a todos los lectores convencen por igual.
El silencio es turbador, no exactamente espeso, sino espesante, como si me convirtiese a mí mismo en un ser más lento, o más pesado. Hay una cualidad anómala en las sombras. Una temperatura enfermiza, como de destemplanza.
✔ El final, ese epílogo de obligada lectura, es de los que, aunque algo hayas intuido a lo largo de la lectura, te deja con los ojos como platos, con su característico toque macabro y la certeza de haber tenido entre manos algo verdaderamente peculiar y espeluznante.
Resumiendo: “Cuatro por cuatro” es a mi parecer otra genialidad mas de la autora a través de la cual nos abre una ventana a ese internado de alto standing y nos permite colarnos dentro, aspirar su turbia atmósfera, e intuir poco a poco lo que allí se cuece, haciéndonos participes de la corrupción y podredumbre moral de la comunidad que lo habita.
Todos fingimos y lo único que nos define son los distintos matices del fingimiento.
¿Os recomiendo leer esta novela? por supuesto, porque como ya sabéis, me flipa el universo literario de esta autora, y me engancha casi de forma adicta, esa sensación de desasosiego y desconcierto que suele dejarme, nada fácil de conseguir en mi caso. Os cuento que la recomiendo con entusiasmo en la biblioteca, todos sus libros, pero no a todo el mundo, claro, porque no es apta para todos los paladares y soy consciente de ello. De hecho mas de un@ me ha contado en la devolución, haber sido incapaz de disfrutarla, me ha ocurrido concretamente con “Un amor”. Yo por mi parte voy a seguir leyéndola, la próxima creo que será “Un incendio invisible”. Ya os contaré. . . .
Mi nota esta vez es la máxima, para variar, dicho sea irónicamente: