Lagos de Covadonga es el puerto de categoría especial quizás más mítico de la Vuelta a España, últimamente venido a menos por ser escenario de pocas gestas y por el auge de otros nuevos. Entre éstos emerge sobre todos los demás el Angliru, también asturiano, hollado por primera vez en 1999 y que obliga a los que lo suben a meter el tercer plato y a serpentear como condenados. A los aficionados les gusta trepar por donde antes subieron sus ídolos, haciendo lugares de peregrinación de estos puertos, y también de otros bastante explotados como La Pandera (Jaén), Calar Alto (Almería), Navacerrada-La Bola del Mundo (Madrid), La Covatilla (Ávila)…
Aquí les proponemos un reset con nuevos puertos, ni mejores ni peores que los citados. Sencillamente, puertos no tan conocidos que asoman por España y que, entendemos, reúnen todas las condiciones para ser colosos en un futuro próximo. Agradecimientos por adelantado a los compañeros de altimetrías, así como otras web consultadas
Ancares. La Vuelta ha encontrado un puerto-mito, y este se llama Ancares. Lo ha hecho tras la edición de 2014, donde terminó en alto y no fue puerto de paso como en anteriores (y contadas) ocasiones. Hasta cuatro vertientes leonesa-lucenses tiene esta montaña, tan aislada de la gran ciudad y donde se produce orujo. Les proponemos la subida por Pan do Zarco, nada menos que la burrada del 9,25% durante 12 kilómetros. El paisaje empieza con la frondosa vegetación del Bierzo y termina en una zona lunar que podría ser el escenario de una novela de Juan Benet. Dicen que se parece al temible Mortirolo italiano.
La Ragua. ¡Qué puertazo! En pocos lugares pueden hacerse tantos kilómetros salvando tanto desnivel (2.041 metros). La Ragua une el Marquesado del Zenete, en el llano próximo a Guadix, con la Alpujarra granadino-almeriense a través de un puerto con una variedad paisajística que deja con la boca abierta: conexión natural entre el Poniente almeriense y el interior, es una de las zonas más tranquilas de Sierra Nevada a pesar de cierto trasiego de camiones. Nos decantaremos por empezar desde el pueblo alpujarreño de Cherín (Granada), 25 kilómetros al 6%, para terminar al otro lado, con una visita al castillo de La Calahorra preferentemente. En teoría asequible, la subida exige una constancia infinita y llama a gritos a la Vuelta para ser emplazado en una gran etapa. Dicen que no tiene nada que envidiar al Col de La Madeleine.
Pico de Las Nieves. Un clásico para los aficionados al ciclismo canarios, el Pico de las Nieves, en el centro de la isla de Gran Canaria, ya ha coqueteado recientemente con la organización de la ronda española para su inclusión, posibilidad finalmente abortada quizás por el trajín organizativo que implica llevar la Vuelta al archipiélago. Pero cualquiera lo puede descubrir apuntándose a la marcha cicloturista que se organiza cada año o por sus propios medios. Desde Carrizal, son casi 27 kilómetros rozando el 7% que engañan porque hay tramos de repechos de más del 20% y descansillos auxiliadores. Preciosa vista en el mirador en el que se hace cumbre del Roque Nubio con el Teide (en otra isla) al fondo. Dicen que es muy, muy duro.
Puerto de San Glorio. ¿Les suena un movimiento que pide una estación de esquí en la Cordillera Cantábrica, entre León, Palencia y Cantabria? Pues además de un proyecto por ahora frustrado, San Glorio es un antiquísimo acceso de la zona norte a la meseta y un puerto largo y tendido que se subió en la Vuelta por primera vez en 2014. Algo extraño dada su beldad. Aconsejamos la salida desde el corazón de Picos de Europa, la localidad cántabra de Potes, rumbo a tierras leonesas después de ascender 27 kilómetros a algo menos del 5%.