1.- Cubillo y los falsos
Ha muerto Antonio Cubillo, el líder independentista del que me habló una vez un profesor en el colegio de los curas como si fuese mismamente la encarnación más mala malísima del maligno, y han salido como setas exégetas que dicen que era un gran tipo, y un prócer para la nación canaria. (Ustedes perdonen: cágate lorito). Conocí a don Antonio en el año 2001. Me pareció una persona muy culta e inteligente, que hablaba con propiedad de las cosas que hablaba, y tuve contacto con él para preparar una entrevista que le haría Carmelo Rivero en la Tele Canaria. Cuando intentamos contactar con algunos de los que ahora han llorado sus lágrimas de cocodrilo sobre/en los periódicos, la mayoría escurrió el bulto, o despejó de tacón, nacionalistas de cartón incluidos. Y ahora han sacado las medallitas, la amistad, el nacionalismo, y el sumsum corda. Falsos.
2.- La amistad y las risas
Como cada año, y ya van muchos, hemos hecho (“hemos” somos un grupo de villeros deportistas de garrafón) un partido homenaje y una comida de empresa (de empresa sin empresa porque ni trabajamos en grupo, ni muchos tenemos trabajo siquiera). Nos homenajeamos a nosotros mismos por llevar 20 años jugando juntos, y nos reunimos en el bodegón de Antonio el Morreta para comernos un par de kilos de carne de cochino bueno. Cuando terminamos de jugar y de comer nos dolía la cara -no de ser tan guapos (aunque a algunos sí)- sino de reírnos de nosotros mismos, a carcajada limpia, sin respeto ninguno y con bastante mala leche. Al final de esta cita anual, que hemos convertido en indispensable e ineludible, rejuvenecemos, aunque sea media hora. Eso es la amistad.
3.- El azar, el vértigo y la poesía
Por un azar caprichoso pero hermosísimo me he visto obligado -por mi mismo- a volver a leer poesía. Había olvidado lo necesario que es para la salud mental, y lo bien que me quedo después de algunas páginas. El azar ese tiene nombre y apellidos, y me ha dicho: “la poesía me da vértigo”. Yo tenía vértigo a las alturas y lo he superado gracias a una amiga psicóloga, que sabe mucho de eso, así que me he planteado, porque se supone que yo debo conocer algo de poesía -al menos así lo dice mi titulación universitaria- echarle un cable al susodicho azar e intentar que se suavice su vértigo. Y trabajando en esto llegué a la conclusión de que la poesía, además de ser un arma cargada de futuro, es una muy buena herramienta para pensar mejor. Me pregunto por qué la han ido eliminando de los planes de estudio…
4.- Diciembre, la mala leche y la Navidad
Estamos en diciembre…. Muchos estarán esperando aquí mi raje anual contra la Navidad. Pero este año no lo voy a dar. Es que los azares me están cambiando.
Adiós estos…