Durante bastante tiempo he afirmado sin equivocarme que el hecho de tener dos hijas no me suponía gran cosa a nivel económico, de repente ha dejado de ser así...
Sí es cierto que cuando nace un bebé nos volvemos locos comprando un montón de cosas (muchas de ellas si volviéramos atrás las dejaríamos en la tienda sin dudarlo), pero cuando nació la bruja mayor no sólo fue la primera hija, sino también la primera nieta, la primera sobrina, la primera niña del grupo de amigos, la primera de todo y todos se empeñaron en que algo le tenían que regalar y como la menda desde hace tiempo que es muy práctica tenía una lista para cuando le preguntaban, así que nosotros gastar gastamos poco.
Cuando nació la pequeña prácticamente todos los gadgets fueron reutilizados y habiendo vivido muy poco tiempo atrás lo que sucede con un bebé que crece muy muy rápido acepté cualquier préstamo por parte de otras mamás. Le tuve que comprar ropa de primera puesta porque de febrero a junio la diferencia metereológica es abismal, pero ya aprendida compré lo justo y tirando mucho de outlet.
Hasta ahora la pequeña ha heredado muchísima ropa, tanto de su hermana como de las amigas de su hermana, todavía para este verano tengo muy poquito que comprarle, pero esto ya se está acabando, estos días cuando he empezado a recoger algunas cosas de invierno he descubierto que la bruja mayor ya deja todo muy trillado y la gran parte de su vestuario estará para trapos en poco más de un mes, así que ahora ya compramos casi todo de dos en dos. Además voy a ser sincera, me da penita que por ser la pequeña no pueda elegir lo que a ella le gusta...
Con la comida viene a pasar algo muy similar... Mis hijas que son de poco comer no me suponían apenas ningún aumento de cantidad a la hora de hacer la comida, prácticamente de lo que hubiera hecho sólo para papá y para mí comíamos los cuatro si hacía algo más de ensalada o nos comíamos dos frutas de postre. Ahora ya nada de nada. Tengo que volver a calcular las cantidades para procurar que no sobre pero que tampoco falte. Por ejemplo si algún día compro pizza precocinada (nos gusta hacerlas caseras pero no siempre hay tiempo) con una ya no sirve, si compro pechugas de pollo o pinchos morunos con una bandeja ya no nos llega, antes hacía siempre medio paquete de pasta ahora tres cuartos,... y así con mil cosas más. Así que más nos vale ir con la lista y no salirnos y comparar, comparar y comparar.
Pero si en algo sobre todo lo he notado es en el tema de ocio. La pequeña ya paga en todos los sitios a los que vamos y cuatro entradas es ya un presupuesto a tener en cuenta. Si vamos a comer o cenar tenemos que pedir como si fuéramos tres adultos y así con todo. He estado estos días buscando alojamiento para irnos un par de fines de semana y
el precio de los hoteles se dispara en cuanto meto a las dos niñas y eso que a nosotros nos vale con una habitación con dos camas que se puedan juntar, como si normalmente no durmiéramos hacinados!! Al final he tenido que optar por coger un bungalow en el que entramos perfectamente los cuatro, nos llevamos nuestra comida y tienen un precio asequible, si nos gusta probablemente acabemos repitiendo en más ocasiones.
Ahora me diréis que ya veré cuando empiece el cole la pequeña... pues eso es en septiembre, y sólo de hacer cálculos hiperventilo, así que mejor lo hablamos en unos meses...