Revista Opinión

Cuba desmonta otro pretexto de EEUU para imponer nuevas medidas de agresión

Publicado el 24 julio 2019 por Santamambisa1

Resultado de imagen para ataques acusticos Cuba

Por Dianet Doimeadios Guerrero

“Tras dos años de mucha especulación y poca información y cooperación, sigue sin aparecer una sola razón que sustente el cierre de los servicios consulares, la expulsión de los diplomáticos cubanos de Washington, las alertas engañosas de viajeros y todas las medidas injustas que Estados Unidos ha tomado con el pretexto de que sus funcionarios en Cuba corren algún tipo de peligro”, dijo este martes Johana Tablada, subdirectora de la Dirección General de EE.UU., en la sede del Ministerio de Relaciones Exteriores.

La diplomática cubana se refirió al nuevo estudio de la Universidad de Pensilvania que asegura haber encontrado diferencias entre neuroimágenes de diplomáticos estadounidenses, que reportaron afectaciones cuando trabajaban en La Habana, y las tomadas a una muestra de personas que nunca estuvieron en la Isla.

El texto, publicado horas antes en la Revista de la Asociación de Medicina Estadounidense (JAMA), da seguimiento a una investigación realizada por encargo que, en marzo de 2018, describía el cuadro clínico de los funcionarios.

Comité de Expertos: Resultados médicos publicados en JAMA son más confusos y contradictorios

En nombre del Comité de Expertos cubanos, el Doctor en Ciencias Mitchell Joseph Valdés-Sosa, director General del Centro de Neurociencias de Cuba, expuso criterios preliminares sobre los resultados del nuevo estudio de la Universidad de Pensilvania.

Hoy se dio a conocer un nuevo estudio, de la Universidad de Pennsylvania,  en la revista JAMA, donde se comparan imágenes del cerebro de personal diplómatico estadounidense que reportaron afectaciones cuando estaban estacionados en La Habana con las de un grupo de personas control. El estudio concluye que hay diferencia en las imágenes cerebrales de los diplomáticos y los controles. Este trabajo es la continuación de un artículo que describe el cuadro clínico de esos diplomáticos en esa misma revista, en marzo de 2018.

Aunque no es usual comentar con tanta celeridad sobre un artículo científico, dada la repercusión mediática que ha tenido el mismo y para prevenir interpretaciones erróneas,  damos a conocer los criterios preliminares del grupo de expertos:

  1. Los propios autores del trabajo reconocen que el estudio no es concluyente y no tienen explicación para sus hallazgos.
  2. Los cambios descritos son pequeños, muy diversos abigarrados, difusos,  y no se corresponden a un cuadro coherente. Esto no es solo opinión del grupo médico cubano sino de expertos reconocidos en el tema de neuroimágenes que ya han declarado hoy que no tienen consistencia interna estos resultados.
  3. Es frecuente que los estudios de neuroimagen como en otros campos médicos, se encuentran pequeños efectos obtenidos en muestras pequeñas que no son replicables. Pueden originarse por el azar. Alguno de los cambios fueron ligeramente hacia lo anormal pero otros ligeramente hacia lo hipernormal.
  4. No se muestran en el trabajo el grado de superposición de los datos de los dos grupos.
  5. Las diferencias entre diplomáticos y controles, de existir, pueden deberse a cómo se seleccionó el grupo control. Cualquier enfermedad preexistente en un grupo de los diplomáticos que estuvieron ausentes en los controles (y  viceversa) podrían dar origen a una diferencia en las imágenes.
  6. Las medidas de redes de conectividad funcional utilizadas son muy inespecíficas y se alteran por el estado psicológico de la persona, según reconoce el propio artículo y la comunidad científica.
  7. No hay relación discernible entre las alteraciones descritas en las neuroimágenes y los síntomas referidos de los diplomáticos.
  8. No hay correspondencia entre los resultados de este artículo y el trabajo anterior. Por ejemplo, en el artículo anterior del mismo grupo investigador de la Universidad de Pennsylvania se describían alteraciones de las funciones ejecutivas en pruebas neuropsicológicas. En este trabajo no se encuentran alteraciones de conectividad funcional en la subred ejecutiva.
  9. Las alteraciones en las neuroimágenes, de existir, pueden haberse originado antes de estar en  Cuba o por una enfermedad sin relación ninguna con los fenómenos “direccionales” de sonidos extraños y otras sensaciones descritas por los diplomáticos.
  10. A pesar de que en título se hacer referencia a unos llamados “fenómenos direccionales”, en el trabajo no se demuestra ninguna relación entre los hallazgos de las imágenes y estos supuestos fenómenos.  Esto tiene importancia, dado el descrédito generalizado en la comunidad científica de las teorías de ataques sónicos o de microondas.

Concluyendo:

El artículo no permite llegar a conclusiones científicas claras finales.

Podría  decirse que el cuadro de resultados médicos es más confuso y contradictorio, más aún que las numerosas críticas de la comunidad científica internacional no se han respondido satisfactoriamente.

No  demuestra, contrario a lo que se ha especulado, y lo que se planteaba en el artículo anterior, que se había producido un daño cerebral en un grupo de diplomáticos durante su estancia en Cuba.

Reiteramos que no negamos que puedan existir individuos enfermos pero sí reclamamos la necesidad de avanzar hacia explicaciones coherentes desde el punto de vista científico.

La única forma de esclarecer el estado de salud de los afectados es mediante la discusión científica transparente y los intercambios de información diáfana y  desprejuiciada


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