Algo está cambiando en Cuba. Desde el pasado abril, son muchos los comentarios que hemos oído sobre las diferentes medidas que ha adoptado el presidente Raúl Castro. Unas medidas económicas y sociales que alcanzan las 313 reformas aprobadas en el último documento presentado en las sesiones del congreso. Son muchas las iniciativas recogidas en ese proyecto pero entre ellas me gustaría destacar principalmente dos.
La primera hace referencia a la posibilidad que tendrán los cubanos de poder viajar al extranjero a hacer turismo. Algo prohibido desde hace 50 años. ¿Se imaginan ustedes lo que tiene que haber sido pasar toda tu vida en un mismo sitio sin poder salir de el? Y ya no por turismo sino por cualquier razón. Aún las medidas no están del todo claras pero estando Fidel Castro vivo no descarten que esas iniciativas pasen por atarle un cordoncito a la pierna a cada cubano que desee salir e ir soltando el carrete conforme se vayan alejando para que no vayan muy lejos.
Otra de las ideas propuestas seguro que pasaría por colocar un temporizador con cuenta atrás unido a una batería que diera descargas eléctricas cada 5 minutos a aquellos que terminaran el tiempo de estancia en el exterior concedido por el régimen. Y es que en pleno siglo XXI no se entiende como aún tenemos que oír hablar de abolir la esclavitud del ocio que han sufrido todos los cubanos. Medio siglo de represión es mucho tiempo.
La otra medida a la que hacía referencia al comienzo, es aquella que dará la posibilidad a los cubanos de comprar y vender coches y casas entre particulares. Claro que si pensamos en cómo está el mundo y la crisis que padecemos, no quiero ni pensar como lo pueden estar pasando en un país como ese del que poco se sabe. Eso sí, esta medida me parece esperanzadora. Sí, porque dará libertad a los cubanos pero ahora será cuestión de ver quién del pueblo llano tiene dinero para comprar nada a nadie.
Sea como fuere, habrá que estudiar a fondo esas 313 medidas que dicen, mejorarán la situación económica del país, y aunque sea poca la libertad que se les de a los cubanos a través de ellas, ya habrá tiempo de ir ganándole terreno al régimen y a la revolución, porque está claro que cuanto más rico es el país y más humilde son sus gentes, menos hacen sus gobernantes por ellos. Y la verdad que de una vez por todas, me apetecería ver por fin, una Cuba Libre.
Esta es la crónica habitual, de un día como otro cualquiera…