Llevamos casi seis décadas tratando de lograr la libertad de Cuba y no lo hemos logrado. Después del fracaso de la invasión de bahía de cochinos y tras la crisis de los misiles nucleares en Octubre de 1962 que llevó a los tratados Kruschev-Kennedy que establecieron que a cambio de que los soviéticos retiraran los cohetes nucleares que habían instalado en Cuba, Estados Unidos se comprometió a no invadir Cuba ni a permitir ningún tipo de acción contra Cuba desde su territorio.
Se puede haber evitado la tercera guerra mundial, pero el precio lo pagamos los cubanos que hemos tenido que sufrir la dictadura marxista castrista por casi 60 años. Cuando el derrumbe del bloque soviético, los cubanos pensamos que el fin del castrismo estaba próximo, pero supieron sobrevivir y aún continúan en el poder.
Con el apoyo del bloque soviético, Cuba pudo desarrollar uno de los sistemas represivos más sofisticados del mundo, sobre todo gracias al apoyo recibido del Ministerio de Seguridad del Estado de la República Democrática Alemana (Alemania Oriental), más conocido como la STASI. En un análisis del New York Times se comentaba que la STASI era superior y mucho peor que la Gestapo en lo que se refería a la opresión de su propio pueblo.
Cuba puede tener muchísimas fallas, pero su sistema de seguridad del estado continúa siendo uno de los mejores del mundo. Eso permite al gobierno castrista a aplastar a las fuerzas opositoras, infiltrarlas y no permitirles hacer nada que pueda poner en riesgo la seguridad del estado y el poder del castrismo.
Durante las casi seis décadas de castrismo, la seguridad del estado cubano ha incurrido repetidamente en violaciones sistemáticas de los Derechos Humanos que constituyen crímenes de lesa humanidad. La seguridad del estado se ha visto involucrada en asesinatos, violaciones, torturas, encarcelamientos arbitrarios y ha impedido a los cubanos moverse libremente por su país y escoger donde desean vivir. Se ha perseguido a los cubanos por motivos políticos, religiosos o de género.
Estas atrocidades ubican a Cuba como un estado totalitario y uno de los países más represivos del planeta. Los crímenes cometidos por la seguridad del estado, quedan ubicados en lo que se conoce como “crímenes de lesa humanidad” que son perseguidos por el mundo libre y por las naciones Unidas.
Así la ONU actuó en Sudáfrica en contra de la segregación o apartheid. Para forzarlos a ceder, se tomaron fuertes medidas que incluyeron expulsar a Sudáfrica de la ONU, prohibirles que pudieran participar en ningún evento cultural, académico o deportivo, se restringió todo tipo de viajes y comercio con dicho país y esta política fue hizo cumplir. Sudáfrica se vio totalmente aislada del mundo.
Como resultado, Sudáfrica se vio obligada a terminar la política de apartheid, y a democratizar su sistema político, terminó la represión y Sudáfrica pudo volver a integrarse al mundo libre.
Cuba se encuentra en una situación similar. Hay una segregación o apartheid político y se tienen documentados numerosos crímenes de lesa humanidad. Los cubanos tenemos el derecho de exigir que de la misma forma que la ONU actuó en Sudáfrica, lo haga en Cuba y le exija al gobierno castrista que cese la represión totalitaria y permita que las personas y grupos opositores puedan expresar sus ideas y realizar sus actividades sin ser reprimidos, acosados o detenidos por la seguridad del estado.
Y si el castrismo no cede a esa exigencia la ONU deberá actuar como lo hizo con Sudáfrica. Cuba deberá ser expulsada de la ONU, deberá prohibírsele participar en todo evento cultural, académico o deportivo y si persiste en su actitud, la ONU deberá establecer un cerco naval y aéreo que impida la entrada y salida de buques y aviones, para que el gobierno castrista quede totalmente aislado hasta que ceda y cambie su política.
Y se deberá mantener un cuerpo de cascos azules que supervise y vigile el cumplimiento del acuerdo hasta que en Cuba exista un gobierno que garantice que el cumplimiento de ese acuerdo tendrá carácter irreversible.
Por eso se está integrando un movimiento para presionar una acción por parte de las naciones unidas al respecto. Todos debemos apoyar ese movimiento para que tenga fuerza internacional. Es momento de actuar.