Cuba: ni infierno, ni paraíso

Leo en Internet las historias de cubanos varados en Nuevo Laredo (México),  Colombia, Ecuador, Panamá…, todos ellos en un limbo migratorio indefinido, a quienes los sorprendió en la ruta hacia los Estados Unidos la firma por Obama del cese de una política que por años estimuló la emigración ilegal de la Isla, poniendo en peligro sus vidas bajo la ilusión del sueño americano.

El pasado 12 de enero, una semana antes de salir de su cargo como Presidente número 44, Barack Obama puso fin a la llamada política de Pies Secos-Pies Mo­jados, que otorgaba estatus de residencia legal a los cubanos que llegaban al país norteño sin visa, práctica que también fomentó la creación de las redes de tráfico de personas en Centroamérica,  con riesgos de todo tipo para la integridad física de los migrantes.

Esta legislación era un memorando de la Ley de Ajuste Cubano (aún vigente) y estaba en vigor desde 1995, permitía a los residentes en Cuba que tocaban suelo estadounidense por cualquier vía permanecer de manera legal en ese país, trabajar y solicitar beneficios monetarios, sociales y médicos, así como la residencia permanente a partir de un año de su llegada.

El anuncio de Obama también derogó el Programa para Profesionales Médicos Cubanos (Cuban Medical Professional ParoleProgram), creado en 2006 por George W. Bush, que permitía la entrada de los profesionales de la salud que participan en misiones internacionales del gobierno cubano a los Estados Unidos, además de concederles visados y condición de refugiados.

Ahora, todos los cubanos desperdigados por varios países centroamericanos, ven pasar los días con la ´´esperanza´´ de que el gobierno de Donald Trump  haga una concesión y les permita entrar a la tierra prometida, solución poco probable, sobre todo después de ver los decretos y la política antiinmigrante del nuevo Presidente, que han desatado la repulsa mundial.

Cada uno de ellos tiene su historia, un por qué decidió dejar atrás a Cuba y casi todos hablan de ´´mejorar´´ económicamente, de buscar ´´oportunidades´´ y ´´libertades´´, en tanto muchos sitios digitales se encargan de satanizar a la Isla como el lugar en el que no se puede vivir y remarcan el mensaje del no regreso al país entre las opciones de esos cubanos, a pesar de la condiciones en que se encuentran.

Si bien en Cuba existe una situación socio-económica complicada, difícil, que afecta sensiblemente la vida de la población, en parte por problemas de ineficiencia interna, no sería justo ni mucho menos serio,  no mencionar el bloqueo económico, financiero y comercial de los Estados Unidos, del que este 3 de febrero se cumplieron 55 años de haber sido firmado por el presidente John F. Kennedy,  y que es el principal freno al desarrollo en la Isla, con un costo acumulado hasta el 2016 de 125 873 millones de dólares de afectaciones.

A esa política de asfixia, genocida, inhumana y violatoria del derecho internacional del gobierno estadounidense, debemos sumar también los desastres naturales que castigan a la nación antillana casi anualmente, entre ellos sequías y ciclones tropicales, como es el caso del Huracán Matthew, que con categoría cuatro, en octubre pasado devastó severamente a cinco municipios de la provincia de Guantánamo, en el oriente de la nación.

Un reporte parcial de los daños situaba los mismos en casi 1 500 millones de pesos, con unas 42 000 viviendas afectadas, serios perjuicios a la infraestructura vial, eléctrica y de comunicaciones y grandes pérdidas en la agricultura, entre otras negativas consecuencias, que han sido suplidas en parte por cifras millonarias de pesos en recursos, erogadas del presupuesto estatal para ayudar a los damnificados.

A pesar de esas y otras adversidades que debe enfrentar cotidianamente el pueblo de Cuba, podemos hablar de un país que exhibe significativos logros para el bienestar de su población, muestra de la voluntad política del gobierno por mantener la justicia social para todos:

1. Según confirma la UNESCO, Cuba es el único país que ha cumplido los objetivos propuestos para el 2015 y lo consiguió en el 2013, ellos son:

• Erradicar la pobreza extrema y el hambre.
• Lograr la enseñanza primaria universal
•  Promover la igualdad entre los géneros y la autonomía de la mujer
• Reducir la mortalidad infantil (En 2016 fue de 4.3 por cada mil nacidos vivos, por noveno año consecutivo la tasa cierra por debajo de cinco, resultados casi privativos de países desarrollados. En 1960 era de 37,3)
• Mejorar la salud materna: Combatir el VIH/SIDA, el paludismo y otras enfermedades (En 2015, Cuba se convirtió en el primer país en eliminar la transmisión de madre a hijo del VIH y sífilis)
• Garantizar la sostenibilidad del medio ambiente
•  Fomentar una asociación mundial para el desarrollo.

1. Los niños cubanos disfrutan de cobertura total en la vacunación contra 13 enfermedades infecciosas, de las cuales cinco han sido erradicas en el país (difteria, sarampión, tos ferina, poliomielitis y la forma clínica del tétanos del recién nacido)
2. Es un país casi totalmente electrificado, con más de un 99 % de ese servicio subsidiado a la población.
3. Más del 50 % de su propuesto lo destina a gastos de salud, educación (ambos servicios gratuitos) y seguridad social.

Puede que para los que han decidido emigrar estas realidades no sean suficientes en el proyecto de vida que se han propuesto construir, y mucho menos para quienes de Cuba solo ven los problemas.

Lo cierto es que esas y muchas otras conquistas están ahí, validadas por organismos internacionales, anheladas por millones de personas que sueñan con alcanzarlas y defendidas por los cubanos que SÍ agradecemos el poder tenerlas al alcance de las manos, convencidos de la necesidad de cambios para mejorar nuestro sistema social, ese que no es el paraíso, pero mucho menos el infierno que nos tratan de pintar.