El superfavorito Japón arrancó su andar en el grupo B del IV Clásico Mundial de Béisbol con una victoria ante Cuba, en un partido que el manager caribeño Carlos Martí dio por perdido antes de que se lanzara la primera pelota y que pudo haber ganado antes de que cayera el out 27.
Cuestionable la estrategia de Martí de reservar a sus mejores lanzadores para los juegos ante China y Australia y sólo después de que se complete el calendario de la primera ronda se verá si dio o no resultados.
Cuba abrió con el derecho Noelvis Entenza, un hombre que durante la gira de preparación previa al certamen fue utilizado únicamente en función de relevo.
Como era de esperarse, Entenza duró poco en la lomita, dando paso a un desfile de otros cinco serpentineros, cualquiera de ellos más inefectivo que el anterior.
Rara vez alguno de los seis tiradores utilizados por Martí logró sobrepasar las 90 millas por hora y casi todos dependieron de envíos de rompimiento.
El problema de los lanzamientos rompientes es que si no se tiran con control, se quedan colgados en medio del plato y así sucedió muchas veces, lo cual fue aprovechado por los toleteros japoneses para castigar duro la pelota.
Entretanto, durante los dos primeros tercios del encuentro, los antillanos fueron incapaces de descifrar los veloces envíos del abridor Ayumu Ishikawa y del primer relevista nipón, Takahiro Norimoto.
Sin embargo, en los tres episodios finales, la ofensiva cubana despertó ante Norimoto, liderada por el veterano Alfredo Despaigne y el jovencito Yoelkis Céspedes, medio hermano de Yoenis Céspedes, lo cual despertó las consabidas dudas sobre qué habría pasado si Martí hubiera abierto con sus mejores lanzadores.
Cuando los bates cubanos despertaron, el mal ya estaba hecho y los anfitriones exhibían una ventaja de 7-1, gracias al ataque de su tercera base Nobuhiro Matsuda, quien se fue de 5-4, jonrón incluido y cuatro impulsadas.
Martí olvidó la máxima beisbolera de que el juego no se acaba hasta que se acaba.
Las cosas pudieron ser más dramáticas, pues con pizarra 11-6, los cubanos llenaron las bases con dos outs en el noveno, pero Despaigne, que ya había disparado un cuadrangular, se ponchó, para el último out.
Ahora Cuba tiene toda la presión sobre sus hombros, obligada a vencer a chinos y australianos, en el papel equipos menos exigentes.
Pero basta mirar lo sucedido en las dos primeras jornadas del grupo A, que se está jugando en Seúl, la capital sudcoreana.
Allí, el debutante Israel ya tiene prácticamente en el bolsillo su boleto a segunda ronda, luego de vencer en menos de 24 horas a las más calificadas selecciones de Sudcorea y China Taipei.
Con información de ESPN Deportes.
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