El actual intento de manipular y utilizar a la comunidad LGBTI para enfrentarla a las autoridades cubanas por la no autorización de una marcha contra la homofobia y la transfobia no es un hecho aislado; existen antecedentes de pretensiones similares en el pasado reciente que, se insertan en la política de hostilidad de EE.UU. hacia Cuba.
La construcción mediática de un supuesto hostigamiento y persecución policiaca a los miembros de dicha comunidad ha sido una de las direcciones de estas campañas difamatorias contra Cuba en las que se han involucrado ciudadanos norteamericanos vinculados a contrarrevolucionarios internos.
La visita del estadounidense Michael Petrelis en enero de este año a Cuba constituye un claro ejemplo de este tipo de actividades que, generan los servicios secretos norteamericanos contra la Isla.
Petrelis, después de ser advertido por las autoridades migratorias de que había ingresado al país con visa de turista para realizar actividades que no se correspondían con esa condición migratoria, algo que ya había ejecutado en ocasiones anteriores, se acercó al CENESEX, donde se presentó como una persona sanamente interesada en la promoción y defensa de los derechos de los que integran la mencionada comunidad; recibiendo un trato amable y cooperativo. Esto le facilitó el moverse por el país y contactar personas libremente.
Posteriormente quedó demostrado que, esa fue solo la fachada que utilizó para aproximarse y lograr la colaboración de dicha institución, mediante el engaño de sus funcionarios, buscando un apoyo que le permitiera desarrollar las actividades provocativas y de influencia nociva que tenía planificado realizar dentro del citado sector de la sociedad.
A pesar del tratamiento respetuoso y las alertas recibidas por sus violaciones de los términos de estancia; el estadunidense ha pretendido cubrir las mismas con un manto de inocencia, imitando la conducta asumida por su coterráneo el “contratista” Alan Gross cuando fue sorprendido en sus actividades ilegales dentro de Cuba.
La verdad:
El “activista” Michael Petrelis mantiene vínculos con conocidos contrarrevolucionarios cubanos que, reciben becas y dinero del Departamento de Estado norteamericano como Isbel Díaz Torres; periodistas asalariados y entrenados en Centros desde los que se planifican y ejecutan planes y acciones de subversión político ideológica contra Cuba como Maikel González Vivero y Juana Mora Cedeño, esta última ha sido invitada a foros de la desprestigiada OEA, donde ha lanzado falsas e infames acusaciones contra el gobierno cubano por supuestas violaciones de los derechos humanos.
En este contexto se conoce que, Petrelis coordinó desde el exterior con estos apátridas la realización de provocaciones frente al Capitolio Nacional sede de la Asamblea Nacional del Poder Popular, así como que, les suministró apoyo material para la convocatoria realizada el 5 de enero en el Parque John Lennon, en la que participó la conocida contrarrevolucionaria Tania Bruguera.
Las autoridades migratorias cubanas a partir de todas las violaciones de los términos de estancia cometidas por el estadunidense durante su último viaje a la isla decidieron prohibirle su entrada al país, ante lo cual el mismo ha insistido en obtener una respuesta sobre los motivos de esta decisión, los cuales dice no entender y desconocer de manera hipócrita y deshonesta.
Existen evidencias de que, los mencionados vínculos de Petrelis son los organizadores de la marcha “independiente” que realizaron contra la homofobia el 11.05.19. Eso demuestra la presencia enemiga en esta actividad que, intenta manipular los sentimientos de las personas que integran la comunidad LGBTI en función de espurios intereses políticos.
Más que defenderlos al pretender utilizarlos como instrumentos contra un proyecto social inclusivo y humano los denigran, máxime si sus supuestos “benefactores” responden a un gobierno extranjero xenófobo y homofóbico como el de Donald Trump.
(PostCuba)