La popular página Airbnb, donde cualquiera puede ofrecer su casa como posible lugar de alojamiento, acaba de anunciar la disponibilidad de estos servicios en Cuba. Según la empresa, más de 1.000 hospedajes se encontrarán disponibles en la isla.
Por el momento sin embargo, esta oferta está reservada solo a ciudadanos estadounidenses, aunque la empresa dice que espera poder ampliar el servicio a otras nacionalidades.
No obstante, desde que en enero el Gobierno de Barack Obama flexibilizara los viajes, para los que ahora solo hay que calificar en una de las 12 categorías permitidas -como viajes religiosos, de negocios, educativos o culturales- sin tener que solicitar, como antes, un permiso específico cada vez, las visitas a la isla se han multiplicado.
Así lo ve Airbnb, que dice esperar “una demanda significativa de alojamientos cubanos desde EE UU” desde los cambios de política anunciados en diciembre. De hecho, la compañía asegura haber registrado en estos meses un aumento del 70 % de las búsquedas de usuarios estadounidenses para alojamientos en la isla, que ya es uno de los destinos más buscados en América Latina. En 2015, “más estadounidenses buscan (alojamiento en Cuba) que en Río de Janeiro, Buenos Aires o Ciudad de México”, según Airbnb.
Como revela Kay Kuehne , el director de Airbnb en España y Portugal, “Creemos que Cuba podría convertirse en uno de los mayores mercados de Airbnb en Latinoamérica”. Se trata entonces de aumentar las posibilidades de la empresa fundada por Brian Chesky en 2008, algo especialmente interesante para aquellos extranjeros que estén interesados en utilizar sus servicios.
No obstante, el negocio basado en ofrecer alojamiento de casas privadas es algo que ya se lleva realizando desde hace casi una década en Cuba, por lo que esta medida puede fomentar aún más esas prácticas.
Airbnb beneficiaría a los cubanos con el tema de la moneda. La empresa gestora de alquileres de viviendas por corta duración operaría en dólares, moneda que recibirían directamente los arrendadores cubanos y éstos pagarían sus impuestos en pesos convertibles, quedándose con la moneda fuerte.
