Cuba repudió la intervención del subsecretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, quien al dirigirse hoy al Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas realizó críticas a un grupo de países entre los cuales se encuentra la isla.
De acuerdo con el comunicado de la cancillería cubana, entre las naciones contra las cuales lanzó ataques verbales el funcionario estadounidense destacan Venezuela, China y Rusia.
Tras mencionar los pronunciamientos contra esos tres países, el documento refiere que Blinken, en las vísperas de la visita del presidente de los Estados Unidos, dijo que Obama enfatizará sobre la importancia de que el pueblo cubano sea libre de elegir a sus dirigentes y expresar sus ideas.
Afirma la nota que tales dichos obvian el hecho de que ya el pueblo cubano decidió libremente su destino el primero de enero de 1959, y señala que curiosamente, Blinken, quién no olvidó en su discurso incluir una apología a Israel, se abstuvo de hacer mención a las serias violaciones que comete a diario Estados Unidos.
Apunta que la delegación cubana en Ginebra, encabezada por el director general de Asuntos Multilaterales y del Derecho Internacional de la cancillería, Pedro Núñez, sí lo tuvo muy presente al criticar con fuerza violaciones que comete la potencia norteña en su territorio y en su centro de detenciones de Guantánamo.
Informa el documento que el funcionario cubano resaltó en el foro la necesidad de que se ponga fin, sin demora, al bloqueo económico, comercial y financiero que Estados Unidos aplica contra Cuba, el cual es la principal violación que se comete contra los derechos humanos de todo un pueblo.
Agrega que esa medida unilateral de Washington se ha agudizado durante los últimos meses con la imposición de sanciones millonarias contra entidades bancarias y financieras internacionales, con el fin de intimidarlas y obstaculizar las transacciones económicas y financieras de Cuba.
El Consejo de Derechos Humanos debe estar destinado, en virtud de lo que establece la Carta de las Naciones Unidas, a promover la cooperación entre los países para la promoción y protección de dichos derechos, consigna la nota.
Señala igualmente que entre estos beneficios esenciales, que no deben ser utilizados de manera selectiva, politizada y discriminatoria contra países que no son afines al gobierno de los Estados Unidos, están incluidos el derecho al desarrollo, a la alimentación, a la salud y a la cultura.