Anayansi Rodríguez Camejo, Embajadora de Cuba ante Naciones Unidas, ofrece declaraciones en la sede de la Misión cubana en Washington.
Norelys Morales Aguilera.-- Ya ningún analista duda de que Estados Unidos pretende ofrecer la zanahoria a Cuba, con el fin declarado de cambiar el sistema político isleño: nuevos métodos pero los mismos viejos y cacareados fines.Pero, Cuba, este 31 de marzo, expuso a Estados Unidos sus preocupaciones relacionadas con las garantías y la protección de los derechos humanos en la nación norteña, durante el primer diálogo bilateral sobre el tema, celebrado en Washington.
Se trata de un en un giro sorprendente a instancias de la Isla que no pudo eludir la potencia norteña. Hay pocos antecedentes de que otras naciones pusieran mesa de por medio para conversar estos asuntos, demasiado manipulados y muchas veces pretextados por EE.UU. para las variadas injerencias, intervenciones o guerras. Un camino interesante con el que la Isla da el ejemplo, aunque sepa del ofrecimiento de la zanahoria simbólicadel imperio, cuando ha admitido que fracasó con el garrote.
Diplomacia sí, pero de iguales a iguales. A las declaraciones de los funcionarios de la Administración Obama, la respuesta soberanísima de la Isla ha sido proponer un diálogo, donde Estados Unidos no puede llevar la delantera respecto a Cuba, ni a ningún otro país al que acuse por no ser de su agrado, especialmente en América Latina, que no han dejado de considerar su patio trasero, aunque declaren lo contrario.
Trasladamos inquietudes por patrones de discriminación y racismo en la sociedad norteamericana, la agudización de la brutalidad policial, los actos de tortura y ejecuciones extrajudiciales en la lucha antiterrorista y el limbo jurídico de los prisioneros en la cárcel de Guantánamo, precisó a periodistas el jefe de la delegación de la isla, Pedro Luis Pedroso, de acuerdo con el informe de Prensa Latina.
En una rueda de prensa para ofrecer detalles acerca de la reunión, el subdirector general de Asuntos Multilaterales y Derecho Internacional de la cancillería agregó que la parte cubana también señaló preocupación por las limitaciones de los derechos laborales y las libertades sindicales.
De acuerdo con Pedroso, pese a las marcadas diferencias de concepción y ejercicio de los derechos humanos, el encuentro en el Departamento de Estado transcurrió en un ambiente de respeto y profesionalidad.
Tratamos asuntos de interés para ambas delegaciones, dijo el funcionario, quien destacó que el diálogo inédito evidenció "que es posible relacionarse civilizadamente, a partir del reconocimiento y respeto a las diferencias".
Asimismo, añadió, la reunión desarrollada por iniciativa de Cuba ratificó la disposición de La Habana a debatir cualquier tema sobre la base de la igualdad y la reciprocidad.
Ante una pregunta del enviado Waldo Mendiluza, Pedroso informó que la isla presentó en el breve tiempo disponible algunos de sus avances en materia de protección y promoción de los derechos humanos.
Respecto a futuros intercambios de criterios en torno a esta cuestión, no descartó su realización.
El diálogo sobre derechos humanos se suma a otros temas de interés bilateral analizados de forma paralela al proceso de restablecimiento de relaciones diplomáticas y apertura de embajadas, derivado de los anuncios del 17 de diciembre de los presidentes Raúl Castro y Barack Obama, de avanzar hacia la normalización de vínculos.
Para los que consideran que Cuba renunciará a sus principios y abandonará las causas que la han distinguido como nación solidaria y socialista, en pocas palabras, ahora la zanahoria gringa está sazonada.