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Cuba: sin novedad en el frente

Publicado el 22 agosto 2016 por Tomarlapalabra

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Cuba es un país que no cambia. Si usted abandonó la isla hace 5, 10, 15, o más años, lo único que verá de nuevo son los espacios dejados por los edificios que se derrumbaron. Sin embargo, y siempre de acuerdo con los intereses del clan Castro, el país funciona a las mil maravillas.

Es por eso que no escribiré una cansina crónica sobre mi viaje en la que cuente lo que todo cubano sabe, sino, un pequeño resumen de lo que pienso sobre el futuro del país.

Veamos.

El cubano ha aprendido a mentir mirando a los ojos y sin sonrojarse

Todo el mundo sabe que el sistema es una porquería, pero todos también aprendieron qué es lo que se debe decir de cara a las galerías. Si le preguntan a alguien su opinión sobre Fidel Castro, el sistema por él implantado a sangre y fuego en 1959, y su 90 aniversario de vida, seguramente responderá que el nonagenario es lo mejor que mujer alguna ha parido, que hay que defender “hasta la última gota de sangre” el proyecto socialista, y que le desea al comandante 90 años más. Poco le importa al entrevistado que ese día no sepa qué comerá o que sus bolsillos estén más vacíos que los de un muerto. Dirá lo que “hay” que decir y punto.

Esa doble moral es la verdadera responsable de la permanencia del régimen, y mientras exista existirá el régimen. Los tontos útiles son ahora más útiles que nunca.

“El imperialismo, como siempre, nos quiere devorar, solo que ahora con risas y abrazos”

Los medios cubanos al servicio del régimen, que son todos, no se cansan de repetir el sainete. Estados Unidos sigue siendo “el enemigo”. No importa que el presidente Obama haya visitado Cuba, que entre a puerto cubano un crucero cargado de gringos una vez a la semana, o que Madonna haya celebrado su cumpleaños paseando sobre un cacharro de los años 50 por la Habana.

Tampoco importa que detrás de la escena los empresarios cubanos de alto rango, siguiendo indicaciones de los mandarines de más alto rango, se estén dando la lengua con las empresas yankis. Lo importante es mantener a la gente bajo el bombardeo ideológico de siempre. El gobierno no le ha sacado el pie al acelerador de la muela “antimperialista” y el Granma sigue siendo el mismo periodicucho que tan buenos servicios ha prestado al cubano cuando falta el papel sanitario.

Si le quitamos la variable “imperialismo” a la ecuación ideológica cubana, los líderes históricos cubanos se morirían de tristeza.

“Cuba está cambiando a gran velocidad”

Esta es, por derecho propio, la mentira más cruel que se esparce por el mundo. Algunos creen que la presencia de carretilleros, la venta de casas por sus dueños, o la visita de Obama, cambiaron en algo la vida del cubano cuando ¡nada ha cambiado en realidad!

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ida del cubano de a pie, que es la inmensa mayoría del pueblo cubano, sigue igual que antes. Para no decir peor. No hay dinero que alcance en ese país, la escasez continúa, y la falta de perspectivas, omnipresente como ha sido, sigue en pie. No por gusto irse del país es la prioridad # 1 para millones de cubanos.

Un encuentro totalmente inesperado

Caminando por los alrededores del hotel Habana Libre me encontré, laptop en mano y sentados en una escalera lateral de dicho hotel, con Yoani Sánchez y su esposo Reinaldo Escobar. Estreché las manos de ambos con mucho placer. “Ahora ya sabes cómo actualizamos nuestro blog“, me dijeron. Al parecer estaban en el radio de acción de uno de los puntos wi-fi que se ven en algunos lugares de la ciudad. Tuve la tentación de tomarme una foto con ellos, pero no quise distraerlos. Así que seguí mi camino bastante sorprendido por ese encuentro casual que, por qué no decirlo, me dejó estupefacto. Si ellos leyeran esta nota o alguien se la hace llegar, estoy seguro que recordarán ese momento.

Sin novedad en el frente 

Me gustaría decir que Cuba está cambiando, pero ello equivaldría a mentir. El sistema (siempre de acuerdo con los intereses del clan Castro), continúa funcionando a las mil maravillas. Todo está bajo control y aparentemente lo estará por mucho tiempo más. La inercia “revolucionaria” mantiene el sistema de cosas intacto y nada indica que esté cerca un verdadero cambio dentro del país. Y lo peor: la gente tampoco parece interesada en cambios habida cuenta de la enorme resignación que caracteriza a la población de la isla.

Cuba es un país dentro de otro. La élite partidista sigue viviendo a todo tren mientras la gente continúa pasando mucho trabajo para vivir. Mantengo mi posición de que solo Los Grandes Funerales serán el comienzo, tal vez, del camino hacia verdaderas reformas a favor de la gente. Nada sustancial va a cambiar mientras Fidel, Raúl, y los satélites que los rodean, estén ahí. Hay mucho compromiso ideológico envuelto en miedo y guataquería como para que casi 58 años de régimen sean borrados de un plumazo, ya sea por visitas presidenciales, turistas americanos, destupidores de fosas o desmochadores de palmas autorizados.

La realidad es otra, mis queridos amigos. De nada sirve decir que Cuba está cambiando ni que pronto “se caerá” la dictadura. Lo cierto es que no está sucediendo lo primero, ni lo segundo va a suceder por obra y gracia del Espíritu Santo.

Lo demás es paisaje.

Vice

Estados Unidos.


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