Norelys Morales.-- Delegaciones de Cuba y Estados Unidos sostendrán el 30 de noviembre próximo en Washington una ronda de conversaciones migratorias, en la cual revisarán la marcha de los Acuerdos en esa materia, e intercambiarán sobre la cooperación en el enfrentamiento a la emigración ilegal.
La Cancillería cubana en su sitio web indicó que, su delegación reiterará la preocupación por la vigencia de la "política de pies secos-pies mojados", que alienta la emigración ilegal y viola el espíritu y la letra de los Acuerdos en vigor. También, su rechazo al "Programa de Parole para Profesionales Médicos Cubanos", que priva de recursos vitales a Cuba y afecta la cooperación con otros países, así como a la Ley de Ajuste Cubano.
Quizás haya llegado la ocasión de resolver el asunto satisfactoriamente, dado el numeroso grupo de cubanos que hoy están en tránsito a Estados Unidos, para acogerse a los beneficios que la Ley y las políticas ofrecen a los isleños, más por consideraciones políticas que humanas, puesto que ese corpus legal fue diseñado para agredir, fracasó y va a seguir fracasando.
Cuba insistirá en su preocupación por el incremento, bajo dicho estímulo, de la emigración ilegal, insegura y desordenada de quienes salen legalmente de Cuba y entran de la misma forma al primer país de destino, desde donde continúan de manera irregular hacia los Estados Unidos, señaló además, el Ministerio de Relaciones Exteriores de la Isla.
Lo anterior es pertinente, puesto que no se trata de un pronunciamiento circunstancial, sino de vieja data y muchas veces reiterado por el gobierno cubano, que ve el peligro para sus ciudadanos, más que el temor a represalias o presiones de Washington.
RAZONAR LA BATERÍA MEDIÁTICA ENFILADA CONTRA CUBA
La relación migratoria entre Cuba y Estados Unidos, daría un libro blanco, que aquí no es el caso para esa larga historia, incluso antes de 1959. Sin embargo, en lo que ha sucedido en Costa Rica hay que detenerse y razonar las motivaciones de la batería mediática enfilada a la Isla.
Son cubanos, precisamente a los cuales se les puede añadir que “huyen del régimen” y sirve de reality show, y aunque, lo excepcional para ellos no puede ser obviado, sí mueve emociones, que obviamente no se enfilan contra Washington, sino contra Cuba. Ello tiene el añadido de campaña psicológica hacia lo interno del pueblo cubano, con valores solidarios indiscutibles, que hacen mella en el imaginario colectivo. De ahí la insatisfacción con los medios públicos de la Isla, cortos en la argumentación y la presentación objetiva de los hechos, que han permitido convertirse en blanco de ataques despiadados.
Otro elemento, nada desdeñable, es la actuación de Costa Rica, que se ha enfrascado en lo que irónicamente algunos llaman el otro deporte nacional: litigios con Nicaragua, antes que lograr entendimiento. Los primeros cubanos en arribar a esa nación alrededor del 13 de noviembre, llegaron procedentes de Panamá. El gobierno costarricense, tenía acuerdos para deportar a inmigrantes hacia Nicaragua, pero ahora faltó diálogo y pretendió pasarle un contingente en aumento. No los devolvió a Panamá, de donde procedían, porque no querían dificultades con el gobierno de Istmo, que claramente dijo no aceptarlos por estar en condición de ilegales.
El presidente Luis Manuel Solís ha tratado de ser conciliador, pero sus diplomáticos no han escatimado en agresiones verbales, y victimización. Incluso, una funcionaria tica, se lamentaba de no poder devolver los cubanos a la Isla, porque Cuba no los aceptaba, algo falso, y que no está en la mente de los cubanos, que antes presionaron en Panamá cerrando por la fuerza la carretera Intercontinental, e hicieron lo mismo en Costa Rica, el domingo 15 de noviembre por el paso fronterizo de Peñas Blancas. Las autoridades costarricenses que se vieron precisadas a comunicarles que aplicarían sus leyes al respecto. Nicaragua les impidió el ingreso a su territorio.
CUANDO LA NOTICIA ES EL LITIGIO DE NICARAGUA Y COSTA RICA
La reunión del Sistema de la Integración Centroamericana (SICA) el 24 de noviembre, concluyó con que cada país decidiría de manera soberana, reconoció la responsabilidad de Estados Unidos en relación con los cubanos, y nicaragüenses y costarricenses, continuaron “el deporte” de no ponerse de acuerdo, escuchándose de parte y parte, respetuosamente, con lo que los medios se han cebado.
Para el revuelo mediático, la única noticia destacable es que Nicaragua bloquea el paso a los cubanos y las acusaciones mutuas, pero pocos señalan dos argumentos del gobierno sandinista que deberían tomarse en consideración.
Uno de ellos es, que tanto derecho tienen los cubanos a un “corredor humanitario”, como otros ciudadanos centroamericanos que corren todo tipo de peligros y mueren en el afán de llegar a Estados Unidos.
Y, otro, que a los cubanos que llegan al sueño americano, no se les devuelve, ni se les encierra en campamentos llamados de “resguardo y espera” sin “ninguna estima o consideración humanitaria o de lazos familiares”, cuando son devueltos por diferentes vías. En este preciso momento están detenidas cientos de personas en la frontera de México con EE.UU. y hay una demanda legal contra el gobierno estadounidense de organizaciones de derechos humanos.
La administración Obama, hasta el 2014 había deportado, una cifra récord de más de dos millones de inmigrantes indocumentados, según la Unión de Libertades Civiles de América (ACLU, por sus siglas en inglés). Obviamente, los cubanos ilegales son privilegiados. A lo cual hay que añadir, que al arribo de los cubanos ante las autoridades de Inmigración, el guion es decir que son perseguidos, por las leyes exclusivas para ellos, aunque no apliquen como refugiados políticos, de acuerdo con lo que establece la ONU y el derecho internacional.
LOS CUBANOS ENTRE DOS AGUAS
Lo que digan los entrevistados por los medios de Miami volcados en la crisis, no hay que tomarlo al pie de la letra, porque a ninguno se le ocurriría enemistarse con el país que los acogerá con beneplácito político.
De todas formas, estamos en presencia de un drama humano de muchos latinoamericanos, y los cubanos varados nos importan, claro que sí, y también las familias que en la Isla sufren por ellos en la incertidumbre.
Pero, muchas de las personas que están allí, que jamás escucharían un “bienvenido a América” de algún funcionario de la embajada de Estados Unidos en La Habana, ahora tienen la esperanza de cumplir su sueño, gracias a que han sido sobre visibilizados, interesadamente por la canalla mediática.
Llama la atención, que Estados Unidos, tan presto a mostrarse “preocupado” por cualquier incidente con un charlatán de sus asalariados en la Isla, no haya dicho ni pío. Solo la embajadora en Managua, Laura F. Dogu, dijo que su Gobierno dará permiso de vivir en ese país a los inmigrantes cubanos que están varados en Costa Rica, “si llegan a su destino”. Y lo más ilustrativo, que evidencia la presión que tiene el gobierno costarricense por salir del embrollo: “…ahora ellos –los cubanos- están en otros países y estos tienen la responsabilidad de cuidar a esos migrantes que están pasando por su territorio”.
Esperemos, que la reunión del 30 de noviembre, negocie una buena solución. La mejor sería que hubiese Ley de Ajuste para todos los indocumentados latinoamericanos y caribeños, explotados y abusados en territorio estadounidense, y que la cubana sea una migración legítima y segura, y no, un manejo político de baja catadura o intentos de presión a Cuba, como ha sido hasta hoy.
http://www.cubahora.cu/politica/cuba-usa-ojala-negocien-una-buena-solucion-para-cubanos-migrantes