Por Randy Alonso Falcón/Tomado de Mi Cuba por Siempre
Por estos días. El Nuevo Herald y otras auras mediáticas, se regodean pintando un oscuro escenario cubano de retorno a los días más difíciles del Período Especial. Se trata de sembrar entre los nuestros la incertidumbre, la zozobra y la desconfianza; de cara al mundo, se busca ensombrecer expectativas y admiración por Cuba.
Como reconocía el General de Ejército Raúl Castro en la reciente sesión de la Asamblea Nacional, el país está enfrentando dificultades temporales derivadas de restricciones financieras externas, por una baja en los ingresos provenientes de las exportaciones y limitaciones que enfrentan varios de los principales socios comerciales de Cuba por la caída de los precios del petróleo.
A ello se añade una contracción en los suministros de combustibles acordados con Venezuela.
En ese contexto, señaló el Presidente cubano, “… comienzan a aparecer especulaciones y augurios de un inminente colapso de nuestra economía con el retorno a la fase aguda del período especial que nos enfrentamos a inicios de la década del 90 del pasado siglo y que supimos superar gracias a la capacidad de resistencia del pueblo cubano y su confianza ilimitada en Fidel y el Partido. No negamos que puedan presentarse afectaciones, incluso mayores que las actuales, pero estamos preparados y en mejores condiciones que entonces para revertirlas”.
¿Qué diferencia a la economía cubana de hoy de la de 1990, que la pone en circunstancias más ventajosas para enfrentar las dificultades? Apunto algunos elementos que me parecen significativos:
•En 1990 el comercio exterior cubano se concentraba en más de un 80% en el intercambio con la URSS y los países de Europa del Este – lo que provocó una estrepitosa caída de nuestras exportaciones e importaciones tras el colapso del socialismo por aquellos lares– (1); hoy este está más diversificado por países y regiones, pese a los obstáculos que aún enfrenta. Venezuela tiene un peso relevante, pero hay significativos intercambios con Canadá, China, Rusia, España, Brasil, Angola y otros países.
•En el 90 Cuba se quedó sin fuentes de crédito – por la ruptura de los socios tradicionales, el no pago de los servicios de la deuda desde 1986 y el recrudecimiento del bloqueo; hoy se ha logrado renegociar ventajosamente las deudas con el Club de París y otros acreedores, en términos que permiten acceder a nuevos financiamientos proporcionales a los pagos de débito que se hagan.
•Si la Inversión Extranjera era entonces apenas camino iniciado (simbolizada en la inauguración del Hotel Sol Palmeras el 10 de mayo de 1990) y no nos dotamos de una Ley de Inversión Extranjera hasta 1995; llegamos a la etapa actual con una legislación actualizada en el 2014 (más atractiva y flexible), con la definición conceptual de que la Inversión Extranjera es componente imprescindible de nuestro desarrollo, con una Cartera de Oportunidades que va creciendo y estableciendo prioridades nacionales claras para la inversión y con una promisoria Zona de Desarrollo Especial del Mariel, que empieza a poblar sus espacios y multiplicar la actividad de su puerto.
•Si en 1990 el turismo, que empezaba a verse como esfera económica promisoria, apenas contaba en el año con 340 mil visitantes extranjeros y 243 millones de dólares de ingreso, hoy es la segunda rama generadora de divisas del país y cerró el 2015 con 3 millones 524 mil 779 visitantes del mundo e ingresos brutos por 2 818.6 millones de CUC. Las perspectivas de continuar creciendo en esta rama son claras.
•La exportación cubana de servicios apenas hacía pininos a inicios de los 90; hoy constituye la mayor fuente de divisas del país (2), gracias a la labor de médicos, maestros y otros profesionales en decenas de naciones del mundo. Como Fidel había predecido en los días de la Batalla de Ideas, el país comienza a vivir de su inteligencia cultivada.
• Si en el 90, la Biotecnología y la Industria Farmacéutica, impulsadas en la década pasada por Fidel, mostraban los primeros indicios de su prometedor camino, al finalizar el 2015, esta rama científico productiva es una de las mayores exportadoras del país, halada por el empuje de centros emblemáticos como el CIGB y otros nacidos en pleno Período Especial como el Centro de Inmunología Molecular. Lo producido por el Grupo BioCubaFarma en el 2015, le ahorró a Cuba en importaciones más de 1 940 millones de dólares, según se informó en la más reciente sesión de la Asamblea Nacional (3). Se trabaja en unos 450 productos que responden al programa de investigación–desarrollo de esta entidad científico–empresarial.
•Si en 1990 Cuba apenas produjo 670 000 toneladas de petróleo en el año e importó el 98% del combustible que necesitaba; ahora tiene una capacidad productiva de unos 4 millones de toneladas anuales de petróleo equivalente (4) e importa el 59% de las necesidades.
•En el 90, la generación eléctrica era a base totalmente de combustible importado y casi únicamente producida por termoeléctricas (lo que nos llevó a los largos apagones generalizados cuando dejamos de recibir el combustible soviético); el panorama actual (cimentado en la Revolución Energética), muestra un sistema electroenergético basado en buena medida en el combustible nacional para mover las termoeléctricas y las modernas plantas generadoras a partir del gas acompañante. Además de la incorporación desde principios de este siglo de baterías de grupos electrógenos en todos los territorios y unidades individuales en centros priorizados, que generaron en el 2015 4 398,8 gigawatts hora, una quinta parte de la generación anual del país. A ello se suma el creciente uso de fuentes renovables de energía, contando ya con 4 parques eólicos, varios parques fotovoltaicos y pequeñas minihidroeléctricas. Se comienza la ejecución de plantas bioeléctricas en varias provincias y el país aspira a tener en el 2030 un 24% de generación a partir de las fuentes renovables (5)
•Si a principios de los 90 se paralizaron total y/o parcialmente numerosas inversiones, sin posibilidades para su completamiento y puesta en marcha; ahora el país cuenta con la capacidad de preservar el financiamiento de las inversiones planeadas en los sectores estratégicos para el desarrollo nacional como el turismo, el níquel, la construcción y las energías renovables, en montos que superan los 6 mil millones de pesos en ambas monedas.
•El empleo sufrió un duro golpe en los 90, cuando la casi totalidad de los trabajadores eran estatales y miles se quedaron sin contenido de trabajo, recibiendo una parte del salario, y otros tantos tuvieron que ser reubicados. Hoy la composición del empleo en el país es diferente, con el impulso del trabajo por cuenta propia y cooperativo. Al cierre del 2015, el 29% de los trabajadores laboraban en el sector no estatal de la economía.
No hay dudas de que tenemos y tendremos dificultades en los próximos meses. Una economía abierta como la cubana, con importante dependencia de sus intercambios extrafrontera, está expuesta a los avatares poco halagüeños de la economía y el comercio internacionales y a las dificultades de sus principales socios. Sumémosle que el bloqueo estadounidense sigue ahí en sus esencias y continúa provocando daños.
Pero de ahí al nerviosismo, la parálisis y el desasosiego con que fuentes interesadas cuentan nuestros días, va un buen trecho. Que no cunda el pánico ni dejemos que los que nos quieren enterrados nos siembren el desaliento. No permitamos que imperen oportunistas, aprovechados, especuladores y manipuladores de oficio. El país tiene hoy elementos ventajosos respecto a los 90 para enfrentar las dificultades. Las alternativas buscadas a los problemas durante los más peliagudos momentos del Período Especial – cuando en el mundo no creían que la Revolución sobreviviría -, y la actualización paulatina de nuestro modelo económico en los últimos años, nos han abierto caminos labrados con nuestro propio esfuerzo. Y tenemos la experiencia táctica y estratégica de todos estos años.
Trabajo, esfuerzo, ahorro, inteligencia, unidad, confianza en nuestras capacidades son las claves del momento para transitar el rumbo adecuado. Que una oscuridad momentánea no desvía nuestra vista de la luz que se enciende por allá en el futuro. De eso hablamos los cubanos en estos días en diversos debates sobre el modelo de sociedad al que mayoritariamente aspiramos.
Notas
1)Entre 1990 y 1993 las importaciones de Cuba se redujeron en un 70% (Ver “La Economía Cubana en el Período Especial 1990 – 2000”, Banco Central de Cuba)
2)En el 2014, el Gobierno informaba que los servicios contratados en el exterior del personal de salud cubano generaba anualmente unos 8 mil millones de dólares de ingresos.
3)Ver en Cubadebate: “BioCubaFarma ahorró a Cuba mil 900 millones de dólares”, 6 de julio de 2016
4)La producción de petróleo equivalente tuvo una leve caída en el 2015 al extraerse 3 891 000 toneladas
5)Para el 2030 el país prevé contar con 19 bioeléctricas, 13 parques de energía eólica, 74 pequeñas hidroeléctricas y 700 MW producidos en parques de energía solar, en emplazamientos distribuidos en todo el país.
***Todos los datos de los 90 son tomados del informe “La Economía Cubana en el Período Especial 1990 – 2000”, del Banco Central de Cuba. Los datos de 2015 son tomados del Anuario Estadístico de 2015 de la ONEI.
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