Pedro Ladislao Guerra, un exiliado cubano que reside en la ciudad de Miami por hace más de 20 año, el pasado mes de septiembre intentó visitar a su familia en Santiago de Cuba, pero el gobierno de la isla no le permitió continuar su viaje.
Al llegar al aeropuerto de Santiago, le exigieron su pasaporte le llenaron un formulario de "Orden de retiro" y lo pusieron de regreso en el mismo avión en que llegó.
Guerra confesó que el sabía que no lo iban a dejar entrar pero aún así se dejó convencer de sus familiares y amigos, que le decían que la situación en Cuba estaba cambiando.
El directivo del Partido Demócrata Cristiano de Cuba dice que su historia reafirma que nada ha cambiado en la isla.

