Cubanos residentes en Estados Unidos dialogaron con asesores de legisladores norteamericanos para abordar la realidad de su país natal y acercar posiciones, pese a la hostilidad que mantiene hoy la administración de Donald Trump.
El grupo que acudió recientemente al Capitolio, integrado por dos hombres de negocios, un consultor de seguridad e higiene del trabajo, una trabajadora social y un geólogo, se refirió al impacto del bloqueo estadounidense contra la isla caribeña.
Procedentes de los estados de Virginia, Pensilvania y Connecticut, y del Distrito de Columbia, los cubanos expresaron a siete consejeros su oposición a las restricciones impuestas a los norteamericanos para viajar a Cuba y el cese de las visitas de cruceros a ese país.
Las relaciones entre Cuba y Estados Unidos sufrieron otro golpe hace una semana con la controvertida decisión del Gobierno de Trump de imponer nuevas trabas a dichos viajes.
A los estadounidenses les está vetado ir a la cercana nación como turistas, y solo pueden hacerlo bajo 12 categorías, incluidas las visitas familiares, apoyo al pueblo, y actividades periodísticas, religiosas o educativas.
Como parte de la reversión del proceso para normalizar los nexos bilaterales, en noviembre de 2017 la Oficina de Control de Activos Extranjeros, perteneciente al Departamento del Tesoro, modificó la licencia general de las actividades educativas pueblo a pueblo y eliminó la autorización de viajes individuales.
Washington decidió el 4 de junio recrudecer aún más esas limitaciones, pues también prohibió los viajes educativos grupales pueblo a pueblo, los más empleados por los estadounidenses para trasladarse a Cuba.
Unido a eso, las medidas que entraron en vigor un día después de su anuncio pusieron fin a la que se convirtió en la vía de viaje de más rápida expansión entre los estadounidenses para dirigirse a la nación antillana: los recorridos en crucero.
Los cubanos pidieron a sus interlocutores el apoyo hacia un proyecto de ley que promueve el senador demócrata Patrick Leahy a favor de que los norteamericanos tengan toda libertad para viajar a Cuba.
También, buscaron el respaldo para la autorización de créditos no gubernamentales a las exportaciones de alimentos y otros productos de la agroindustria norteamericana hacia el país antillano.
Entre los temas abordados estuvieron además los efectos del cambio climático, la fortaleza de la colaboración para enfrentarlos, las energías renovables, la industria farmacéutica y el potencial económico para empresas estadounidenses de Virginia, Pensilvania y Connecticut en Cuba.
Uno de los cubanos asistentes a las reuniones del 6 y el 7 de junio, y a otras anteriores de similares características, destacó a Prensa Latina la importancia de esos encuentros.
En el Capitolio estadounidense existe mucha desinformación sobre la verdadera realidad de Cuba y muchos legisladores buscan opiniones con los representantes y senadores cubanoamericanos como el republicano Marco Rubio, opuestos al acercamiento de los dos países, comentó.
Tratamos de aclarar dudas, agregó, y entregamos encuestas y documentos que muestran que la gran mayoría de los cubanos, dentro y fuera de la isla, quieren vínculos normales con Estados Unidos.
Los cubanoamericanos del Congreso, a los que desafortunadamente Trump presta atención, insisten en representar la voz de todos los cubanos, y eso no puede ser así, expresó.
(CubaSi)
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