Revista Economía

Cubaznar.

Publicado el 22 diciembre 2014 por Torrens

Si, José María Aznar nos ha cubaznado. Una más de las varias e inmensas barbaridades del desastroso ex presidente nos está pasando factura ahora y probablemente nos la va a pasar más todavía en el inmediato futuro.

Gracias al gran esfuerzo llevado a cabo en los 80 y 90 por empresas hoteleras y turísticas españolas en Cuba, España podría estar representando en este momento un papel preponderante, probablemente solo superado por los propios USA, en la transición que se inicia en el país, y en vez de eso, y a pesar de algún intento atolondrado de Mariano Rajoy, vamos a tener un papel muy secundario y además mal visto por el régimen cubano y algún que otro miembro de la U.E. Todo gracias al señor que según él mismo dice en sus memorias, fue mandado por Dios para solucionar los problemas de España, pero que en mi opinión, y creo que la de muchos españoles, si Dios quería realmente solucionar los problemas de España se tenía que haber quedado con Aznar para El solo, o haberlo mandado a Oriente Medio donde hay mucho trabajo que hacer.

El país y el pueblo cubano han pasado por muchas décadas de penurias y grandes dificultades, pero su situación habría sido muchísimo peor de no haberse producido el gran salto de la industria hotelera y turística cubanas en los años 80 y 90. El turismo ha proporcionado a Cuba los ingresos en dólares que necesitaba para que su situación no fuese catastrófica, y los cubanos, castristas o no, gobernantes o simples ciudadanos, lo saben bien.

El gran desarrollo de la industria hotelera cubana fue el logro de compañías privadas españolas y canadienses que ya a finales de los 70 empezaron a revitalizar con nuevas inversiones las zonas turísticas clásicas de la isla, que ya eran importantes antes de la revolución, a las que añadieron nuevos destinos de la isla que hasta entonces no habían sido explotados por el turismo. Por aquellos años colaboré con grupos hoteleros catalanes que construyeron hoteles en la zona turística de Cayo Coco en el centro de la costa del norte de Cuba.

Gracias a aquel desarrollo e inversiones, el boom turístico cubano fue espectacular, multiplicándose su volumen en muy pocos años, y Cuba volvió a ser una de las más importantes ofertas en los mostradores turísticos. De haber seguido por aquella línea, hoy día los grupos turísticos españoles y nuestros empresarios en general serían de los más bien colocados para sacar el máximo provecho del futuro de Cuba, pero en esas llegó José Maria Aznar con ordenes muy concretas de Dios, y tiró a la cloaca todo el inmenso trabajo realizado hasta entonces por las empresas privadas.

En 1996, para desgracia del país, José Maria Aznar ganó las elecciones, y cuando todavía no se había sentado después de jurar el cargo ya empezó a atacar el régimen cubano. Hasta entonces la U.E. había tenido una postura irregular en relación con Cuba, en ocasiones realista y pragmática y en ocasiones dura y critica, pero poco a poco se iba imponiendo el pragmatismo, e incluso Cuba estaba propuesta para formar parte de los países ACP (Asia, Caribe, Pacífico), lo que supone beneficiarse de varios e importantes programas de ayuda al desarrollo. Pero pocos meses después de ser elegido Presidente, Aznar, apoyado por los que ya empezaban a ser sus buenos amigos nazis norteamericanos, que dicen defender los derechos humanos, la libertad y la democracia, pero hay del pobre y desgraciado pueblo que caiga en sus manos, propuso lo que se ha llamado la posición común europea, que no es otra que la oposición frontal y la crítica continua al régimen cubano, y los papanatas de la U.E. para no romper la tradición de cagarla siempre que se pueda, lo aceptaron.

Aquella imposición de la ideología y los gustos personales de Aznar por encima de despreciables intereses de país y de empresas españolas, tuvo una grave repercusión negativa sobre la bien ganada posición de privilegio de nuestras empresas turísticas en Cuba, que poco a poco fue apagándose hasta el extremo que más de un hotel cambió de manos, traspasado a empresas no españolas bajo presión de los cabreados castristas; postura privilegiada que se perdió sobre todo porque el boom del turismo cubano ya estaba consolidado y los muy interesados en Cuba ya eran muchos más que los hoteleros españoles y canadienses. Para empeorar las cosas hacía pocos años que se había empezado a desarrollar el sector auxiliar de la hostelería, suministros hoteleros, escuelas de hostelería, etc. Fueron muchísimas las oportunidades perdidas y los grandes esfuerzos que se malograron justo cuando se empezaban a recoger los frutos. De hecho la importancia de la hostelería española todavía hoy en Cuba, a pesar de las burradas e idioteces de Aznar y la U.E. son una prueba del daño causado y un indicador de cual podría ser su posición hoy si nadie hubiese hecho el burro. Por supuesto que muchos empresarios turísticos españoles piensan que Aznar podría meterse sus cruzadas donde le quepan.

Después de Aznar y en relación con Cuba, el inútil Zapatero fue eso, inútil, y Mariano Rajoy, aunque quizás sin chillar tanto, ha continuado la cruzada de Aznar contra Cuba.

Por supuesto que esta posición común de confrontación con Cuba en la U.E. ha pasado por altibajos y ha estado varias veces a punto de modificarse, pero siempre que su fin ha estado cercano Aznar ha puesto en marcha sus armas para evitarlo, desde FAES a los nazis norteamericanos. Pero finalmente en febrero de este año la U.E. decidió iniciar conversaciones con el régimen cubano para normalizar las relaciones, pero entre la parsimonia cubana y la estupidez a paso de tortuga de la U.E., cuando Cuba y los USA deciden reanudar sus relaciones diplomáticas, la U.E todavía está iniciando la negociación.

Aunque eliminar definitivamente el bloqueo no será fácil, es muy probable que gracias al interés de las empresas USA, para las que el bloqueo es un obstáculo que empeora su competitividad, finalmente acabe triunfando el sentido común, y cuando desparezca el bloqueo espero que la U.E. no esté todavía negociando.

Es probable que alguien no esté de acuerdo en que José Maria Aznar fue un Presidente tan desastroso porque se haya creído lo de “España va bien”, pero yo siempre he completado la frase “España va bien dirigida hacia el barranco”, y las pruebas son varias:

1.-   Aznar impuso dos leyes catastróficas cuyas consecuencias estamos pagando ahora y desde hace tiempo. Primero la Ley del Suelo, que actuó como inmenso hinchador de la burbuja inmobiliaria. Segundo la Ley del sector eléctrico que estableció las bases para que las compañías eléctricas nos puedan estafar con total impunidad hasta el extremo de ser el principal impedimento a la completa mejora de nuestra competitividad por culpa de los costes de la energía y a pesar de la reducción de salarios. Por cierto, la semana pasada nuestra indescriptible vicepresidenta Sáenz de Santamaría, en el Parlamento y en pleno ataque del virus “y tú más” achacó esta Ley al gobierno Zapatero. Ya ni se aclaran.

2.-   Muy probablemente debido a otra de las cruzadas ordenadas por Dios directamente a Aznar, impuso en el PP el acoso a Catalunya en todos los frentes, con el consentimiento silencioso del PSOE, y ahora tenemos un enorme problema que el PP ha demostrado de sobras no saber solucionar.

3.-   Participó en el trío de las Azores y metió a España en el peor error occidental de la era contemporánea, y encima es el único del trío que no ha reconocido su error.

4.-   El accidente del Yak 42 en Turquía y las inmensas barbaridades cometidas por el gobierno Aznar antes y después del accidente, incluido el vergonzoso proceso judicial, que hacen del desastre la peor demostración de indecencia e inmoralidad política y pública de la historia reciente de este país.

5.-   El caso Gurtel, que a pesar de afectar a muchos miembros del partido y el gobierno de Aznar, y que los directamente implicados eran del circulo cercano de amistades de Aznar, él no tuvo nada que ver, y yo voy y me lo creo, sobre todo después que el único condenado hasta ahora ha sido el juez que inició el caso.

6.-   La sarta de increíbles mentiras, presiones enfermizas e invenciones ridículas con que reaccionó de manera indecente al 11-M.

¿Alguien quiere que repita?


CUBAZNAR.
CUBAZNAR.

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