Revista Libros

Cuéntame una noctalia, de Mónica Gutiérrez (reseña de Hungry Reader)

Publicado el 30 enero 2013 por Isi

Hoy cedo mi espacio a Hungry Reader (que en realidad es mi padre enrollao) para que nos cuente sus impresiones sobre Cuéntame una noctalia como parte de la lectura conjunta. Aquí os lo dejo.

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Hace poco he oído que cuando alguien explica algo y a mitad de explicación introduce un “pero”, nada de lo que se ha dicho antes tiene valor.

Esta consideración me parece apropiada para esta reseña del libro de Mónica Gutiérrez - Cuéntame una Noctalia, y por este motivo, en lugar de empezar la reseña con algunos comentarios más o menos positivos hasta llegar al “pero”, comienzo por lo más incómodo: El libro no me ha gustado.

Happy fall woman

Dos observaciones antes de explicar los motivos: después de leer las anteriores reseñas y comentarios sobre el libro, todos ellos elogiosos y francamente motivadores, me siento un poco mejor al hacer el mío, bastante crítico y negativo, porque es posible que al ser una única opinión disidente, esté equivocado. Por otra parte, debo decir que nunca he entendido la expresión “crítica constructiva”, que a mi modo de ver es contradictoria (igual que “inteligencia militar”, por ejemplo), y por eso creo que ésta tampoco lo es. Sin embargo me agradaría dejar sentado que la hago de buena fe, sin intención de descalificar. Tan solo doy mi opinión sobre la obra.

Para empezar, en mi opinión la historia está incorrectamente ubicada, lo que le resta credibilidad. Me parece más apropiado cualquier pueblo de Albacete o de León para ubicar una historia de personas que se presentan como entrañables y, sobre todo, cercanas, que las remotas tierras transilvanas con sus lobos, sus cárpatos y todo eso.

Los personajes son tópicos en exceso. Comenzando por los abuelos y continuando por el padre, la hermana, el niño rubio y el resto de los habitantes del pueblo. Demasiado previsibles y, sobre todo, demasiado idealizados y, si se me permite, perfectos. En definitiva, irreales.

El ambiente que trata de recrear el libro me recuerda mucho a la serie de televisión “Doctor en Alaska”, aunque le falta su autenticidad. El protagonista de la serie es un médico procedente de una universidad de postín que es destinado “provisionalmente” a un remoto pueblo de Alaska donde se topa con unos vecinos, todos ellos personajes “auténticos”. ¿Alguien le encuentra relación, cambiando algunos puntos? Desde luego, la radio del libro es una copia literal de la serie, pero sin la intensidad “filosófica” de ésta.

No he conseguido entender de dónde viene la fascinación que ejerce el militar en la protagonista del libro. La relación entre ambos pasa de la nada al todo pero sin motivación, comentarios, ni acción: hombre oscuro, ojos oscuros, espalda oscura, intenciones oscuras, (¿es negro?), hombre de hierro, sombra amenazadora, etc. Sí, de acuerdo, pero ¿por qué eso afecta a la “prota”? Me lo he leído varias veces y nada, no encuentro ni una explicación, todo se da por sobreentendido, como si uno tuviera que adivinar los resortes ocultos que mueven a la narradora y al militar. Sin embargo, en todo momento y desde un principio, los dos saben que están hechos el uno para el otro. Y, finalmente, utilizando ese código oculto entre ellos, que nadie se atrevió a explicarme, la protagonista le enseña al militar una casa semiderruida y todos nos damos por enterados de que es el lugar ideal para vivir … juntos los dos. Por cierto, la primera vez que aparece en el libro el militar viene con la pistola desenfundada. ¿Alguien se puede creer que el jefe de un escuadrón de marines baja del helicóptero con la pistola desenfundada en un pueblecito remoto, para enfundársela al encontrarse a los tres vecinos del pueblo que acuden al campo de heno donde han aterrizado para ver qué pasa?

En cuanto a la forma de narrar, el eterno tiempo presente en el que se desarrolla la mayor parte de la acción se me hace interminable y poco apropiado para contar sucesos. En muchos pasajes del libro la forma verbal me resulta incompatible con lo que se está contando.

La estructura se me antoja forzada. Comienza el libro con un episodio del que ya me había olvidado cuando lo vuelve a retomar. Según un comentario de la autora a una reseña anterior, alguien le aconsejó iniciar la narración con algo impactante porque en amazón se hojean los libros por el primer capítulo, que es gratuito. A mí no me impactó y ni siquiera me resultó intrigante. Y cuando lo retoma más adelante se me antoja fuera de lugar. Da la impresión de que este pasaje se había escrito inicialmente en el lugar que cronológicamente le correspondía y posteriormente se insertó en el principio del libro, en la errónea creencia, según mi criterio, de que le daría intriga a la narración. Los saltos en las narraciones tienen que obedecer a una estructura narrativa concreta.

mapa

Es evidente que el nombre del pueblo ejerce una enorme fascinación sobre la autora, porque lo repite una y otra vez durante todo el libro. En todo caso, desde mi punto de vista se nombra en exceso, al igual que el comentario de que el pueblo no aparece en los mapas o que apenas aparece en los mismos. Por otra parte, resulta extraño este ninguneo al que se somete a la localidad en los mapas porque, según se cuenta en el libro, fue morada, en tiempos, nada menos que del conde Dracull (nuestro querido conde Drácula, cuyo personaje histórico fue conocido con el cariñoso apelativo de Vlad el empalador, por su gusto en hacerles el honor a los otomanos a los que derrotaba en nombre de la cristiandad) y, además, en la actualidad el pueblo tiene la fábrica de la mejor cerveza negra del país. Debería aparecer, al menos, en las guías turísticas.

Demasiadas lágrimas en el libro. Los personajes tienden irremediablemente a llorar en cualquier situación y, si no lo hacen abiertamente, se les empañan de lágrimas los ojos al mínimo recuerdo o expresión de afecto. Por cierto, pocas veces (¿ninguna?) de alegría.

Y, finalmente, me parece que incluye demasiados adjetivos junto al nombre (generalmente inmediatamente antes), muchos de ellos repetidos demasiadas veces. Resulta innecesario.

En fin, es evidente que no es el libro que yo recomendaría leer a nadie… aunque también es el libro que le gustó y me recomendó Isi, por lo que merece mis respetos. Y también es el mismo libro que está leyendo Ana, mi mujer, en este mismo momento e igualmente me asegura que le está gustando.

Y por último quiero decir que este es el tipo de comentario que nunca desearé me hagan a mí por el primer libro que en su día escriba.

En cualquier caso, Mónica, mi más sincera enhorabuena por el libro, por haberlo escrito, por haberlo publicado. Hace falta tener bastante coraje para ello. Algunos todavía no hemos reunido el suficiente para hacerlo…

Y a por el próximo.

rakin21


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