Una antigua conseja afirma que ninguna estrella fílmica debe aparecer al lado de niños o perros si no quiere ser opacada por algún precoz escuincle o un simpático can. Richard Gere no ha hecho caso y, temerario, protagoniza Siempre a Tu Lado (Hachiko: A Dog’s Story, EU-Japón, 2009), una emotiva película sobre la inquebrantable fidelidad que le guarda un perro japonés akita a su generoso amo.
Sobre la película japonesa Hachikô Monogatari (Japón, 1987), basada a su vez en un hecho real sucedido en el Japón de los años 20,Siempre a Tu Lado presume las presencias de Gere como el profesor que recoge al perdido chucho llamado Hachi (el carismático “Forest”) y de Joan Allen como su escéptica mujer que “no quiere perros en la casa”, además de una fluida dirección del especialista en melodramas sutiles Lasse Hallström.
La película es casi idéntica a la cinta nipona original aunque, Hollywood obliga, esta versión es menos oscura y más sentimental que el filme japonés dirigido por el desconocido en México Seijirô Kôyama.
La película japonesa inicia en Odate, en la prefectura de Akita, en diciembre de 1923, con el nacimiento del protagonista, el cuadrúpedo perro akita que será enviado por tren al respetado ingeniero agrónomo Ueno (Kaoru Yachigusa) quien, a su vez, se lo regalará a su hija Chizuko (Mako Ishino). Como suele suceder, muy pronto la muchacha tendrá mejores cosas que hacer que cuidar al citado chucho, así que el profesor Ueno será el encargado de ver por él y el animal, por supuesto, le corresponderá con creces.
Lo que hace superior la película japonesa a la americana es que lo que le sucede a la familia de Ueno –empezando por cierto matrimonio inesperado- tiene más sentido de la realidad que la edulcorada trama del filme estadounidense. También el sufrimiento del chucho de 1987 parece más real: a diferencia de su contraparte del 2009, Hachi no siempre encontrará la solidaridad de los seres humanos que le rodean.
Incluso la toma con la finaliza la cinta de 1987 es muy diferente al idílico epílogo de la películade 2009. Es cierto, el desenlace de Hachikô Monogatari es muy chantajista pero, también, efectivo, realista, crudo. Algo que no se puede permitir una cinta hollywoodense de esta naturaleza.
De cualquier forma, y volviendo a Siempre a tu Lado, el especialista Hallström dirige con el buen gusto de siempre, Gere negocia muy bien sus varias escenas con el akita de 2009 y la eficaz cámara de Ron Fortunato –la única aportación interesante de esta nueva versión- nos transmite la visión del mundo del fiel perro solitario y desolado que, por su increíble devoción, debo confesar que me terminó provocando una lagrimita. Y eso que siempre he preferido a los gatos.