de Susana Hernández.
Título: Cuentas pendientes.Autora: Susana Hernández.Editorial: Alrevés, 2015Páginas: 288
SINOPSIS.
La vida de la subinspectora Rebeca Santana quizá no difiera tanto de la de cualquiera de nosotros. De vez en cuando surgen problemas con la pareja y algunas amistades y, cómo no, tiene algunos conflictos laborales. Pero Santana, que se crió en el popular barrio del Carmelo, en Barcelona, tiene un pasado doloroso que no puede —y no quiere— olvidar y que se ha cobrado un alto precio en la relación con sus padres y entorno más próximo.
Mientras Santana y su compañera Miriam Vázquez intentan desmantelar una red de tráfico de menores, que a la postre reabrirá antiguos casos que se creían ya cerrados, los demonios del pasado y del presente perturbarán sus vidas. Por si fuera poco, un asesino que consiguió huir de Santana tiempo atrás parece haber regresado a Barcelona, y su madre, recién salida de la cárcel, es secuestrada.
Entretanto, su pareja, Malena, lleva un caso muy delicado y con trasfondos personales en su nueva condición de fiscal.
IMPRESIÓN PERSONAL.
Comencé a leer esta serie de novelas allá por el 2015 y me enganché a las dos policías que las protagonizan, Rebeca Santana y su compañera Miriam Vázquez, así como a sus respectivos entornos familiares y sociales, seguramente porque en estas novelas la autora nos muestra a dos mujeres de carne y hueso, que compaginan su vida profesional y su vida familiar sin tanto melodrama como suele ocurrir en otras muchas series policiales. Cuentas pendientes es la tercera entrega que leo y la verdad es que no puedo más que aplaudir el saber hacer de la autora no solo con las protagonistas sino también con las tramas y la ambientación que entremezcla en cada pasaje de la novela.
En esta ocasión, aunque hay varias tramas que se suceden en paralelo, la que más destaca es la que investiga la subcomisaria Santana sobre el secuestro y tráfico de niños, una trama que te pone los pelos de punta cuando observas con qué facilidad desaparece un niño a los ojos de sus padres y no se le vuelve a ver, salvo por error grave de los secuestradores. Junto a esta trama conviven varias subtramas como la desaparición de la madre de Santana o las presiones que está recibiendo Malena, su compañera, como fiscal de un caso que afecta a los hijos de un hombre muy poderoso amigo de su propio padre.
La novela tiene un buen ritmo porque salta de una trama a otra y te va dejando sin respiración del tal manera que todo va tan rápido que es difícil desconectar de una u otra trama y liarse con cada una de ellas. Todo sucede rápido pero muy claro de tal modo que todas las tramas acaban interesándote por igual y todas se mezclan a la perfección con la vida cotidiana de todos los protagonistas de tal manera que estos momentos son los que te dejan algún respiro a la hora de leer.
En definitiva, ya os lo digo, aunque sea una serie, considero que es una serie muy bien construida y aunque es bueno leerla desde el principio cada caso es autoconclusivo y se podrían leer por separado. No lo recomiendo porque si por algo es buena la serie es por sus protagonistas. A mi me encantan todas estas mujeres que aparecen, cada una en su papel: las dos policías, la fiscal compañera de una de ellas y hasta la madre de la subinspectora empieza a estacar en eta novela.