La leyenda del estudiante sin cabeza
Rosario Cárdenas Téllez
Imagine un estudiante sin cabeza o con dos, sentado en su cuarto. O mejor, para no perderlo tanto desde el principio, supongamos que tiene dos cuerpos y dos cabezas, hechas un nudo. Digamos que se trata de un estudiante de matemáticas o de física. No puede saberse si es un hombre o una mujer. Sobre el escritorio hay una carta (quizá una “carta robada” a lo Edgar Allan Poe, pero sin tanto psicoanálisis!). Contiene un dibujo por encargo que ha hecho hace un par de días (un hombre se balancea en un columpio en forma de soga mortal...)
Se prepara para una fiesta de disfraces de su Universidad. Se ha vestido de gala, con un traje a lo Moonwalker de Michael Jackson. Quiere ganar el premio al mejor vestido de la noche: un retrato hecho por la pintora checa Mara Veriowitz, la madrina de todas las celebraciones en la Universidad. Una mujer que suele retratar para la eternidad a sus “aves de paso” (como dice Sabina)...
Pero, ¿en qué consiste realmente su disfraz? Divaguemos un poco. ¿De qué podría disfrazarse alguien sin cabeza o con dos? Lo único que puede hacer es disfrazarse de una persona normal. Es decir, tener la cabeza en su sitio por una noche. No es tarea fácil. Primero tiene que elegir cual de las dos cabezas va a escoger para el evento. ¿La del lado derecho o la del lado izquierdo? Todo depende de lo que quiera hacer en la madrugada...Luego debe deshacerse de su cabeza de sobra y ponerla en un lugar seguro, donde nadie vaya a lastimarla o a jugarle una broma. Viene ahora la parte más difícil, decidir cuál sombrero de su colección de 1001 sombreros, va a ponerse esta noche. En eso se le va buena parte de la noche, hasta que cansado de probarse uno a uno cada sombrero y de mirarse al espejo con hastío, termina quedándose dormido.
Cuando se despierta o cree despertarse (en la tarde ha visto la película “El origen”) lo primero que hace es mirarse al espejo: sólo ve una cabeza. Grita de terror. Lo que he dicho es literal, “sólo ve una cabeza”. Uno de sus cuerpos con su respectiva cabeza ha desaparecido. Ve sobre su escritorio una carta. La abre lentamente. Ve una hoja firmada con una K. Allí está dibujada una mujer embarazada sin rostro que alberga un niño alojado en posición de aterrizaje forzoso.... No se detiene a hacer interpretaciones y sale corriendo para la fiesta. Cuando llega al Gran Salón, ya casi todos se han ido. Sobre el escenario, Veriowitz está haciendo el retrato del ganador del concurso: un hombre/mujer con dos cabezas y dos cuerpos; el hombre lleva una soga al cuello y la mujer está embarazada. Uno de ellos lleva una carta en la mano...
Cuando finalmente nuestro personaje se despierta, lo único que hace es quemar las dos cartas...(¿o eran tres?)...