Ayer las agencias difundieron una noticia sobre la muerte de al menos seis niños tras suministrárseles una vacuna contra la hepatitis B fabricada por una farmacéutica china. Curiosa paradoja en estos días de navidad-nativitas-nacimiento que una vacuna que en España se pone en torno al segundo día del nacimiento de los bebés acabe con la vida de algunos. Comentaremos otro día, convendréis conmigo que hoy es más apropiado aconsejar la lectura de este particular cuento de navidad de Rafa Cofiño.
Narra Cofiño, jefe de sección en la Dirección General de Salud Pública del Principado de Asturias, en torno a la idea de que el código postal es más importante para la salud que el código genético.
Es cierto, donde nacemos, el tipo de vida que llevemos desde entonces, las condiciones sociales en las que nos desenvolvamos, la educación que recibamos, condicionan de por vida nuestra salud.
En una acertada parábola, el asturiano nos cuenta cómo fue el nacimiento y el ámbito en el que se crió Jesús de Nazaret, del que los cristianos esta noche celebran su nacimiento:
sin entrar en consideraciones religiosas, el pequeño fue un elegido. Elegido a sobrevivir después de pasar unas primeras condiciones de vida dificultosas para la vida donde muchos otros críos y crías pasaban a formar parte de las estadísticas de mortalidad de la época. Elegido también porque el pequeño logra sobrevivir a ciertos actos violentos posteriores: la matanza de los inocentes orquestada por Herodes“.
El autor nos invita a aprender de la historia y ofrece diez conclusiones. Leed el cuento entero y pensad en estas conclusiones.
De todas ellas la número 10 es determinante:
El crío estaría pasmado observando como algunos dirigentes de los Estados, de nuestro Estado, practicantes de una religión que probablemente él no tenía ningún interés en fundar, son ahora los patrocinadores de iniciativas (punto 1 al 9) que atentan contra los principios que a él le llevaron a morir de muerte violenta a los 33 años”.
Creyentes o no, que tengáis unas buenas y reflexivas fiestas y que cojáis fuerza para un próximo año, 2014, que será decisivo en nuestras vidas (como todos). Salud.