Revista Opinión

Cuento navideño sobre la envidia

Publicado el 24 diciembre 2019 por Carlosgu82

En un hermoso pueblo en medio de un colorido y frondoso bosque vivían unos entrañables animales que con la llegada del invierno, en las fiestas navideñas, hacían una reunió alrededor del gran árbol milenario para organizar el programa navideño. Al conjunto de animales, todos muy graciosos y alegres, les gustaba realizar concursos durante las fechas de Navidad. Ese año, sin embargo, fue diferente. Decidieron hacer entre todos una obra de teatro. El señor Búho era el director de la obra y así habló a todos los participantes:
- Queridos amigos, este año celebraremos la Nochebuena con una obra de teatro. De entre todas las obras recibidas, la que más a gustado al jurado e interpretaremos, ha sido la obra del señor conejo titulada "Salvemos el bosque". Les pido un aplauso.

La obra trataba sobre un guardabosques enfrentado a un vil malechor: un leñador que pretendía arrasar con todo el bosque cortando todos los árboles. Pero el bondadoso guardabosques, con ayuda de un girasol y un lirio, consigue vencerle.

Los papeles quedaron repartidos de la siguiente manera:

  • El señor Oso haría de guardabosques.
  • Castor sería el malvado leñador.
  • La señora Para interpretaría al girasol.
  • La señora Lince representaría al Lirio.

Todos estaban muy emocionados y contentos. Bailando e interpretando sus papeles se divertían y se sentían más cercanos y amigables que el resto del año.

Pero, de pronto, una sombra tenebrosa oscureció todo el panorama. La envidia hizo su aparición. Entonces, de repente, el señor Conejo dijo;

- Creo que el personaje de Castor, el vil leñador, da mucho juego. Está lleno de peculiaridades y se podrían hacer unos efectos especiales perfectos que asombraría a todos los espectadores.

El señor Búho estuvo de acuerdo, incluso habló sobre un juego de luces que podrían preparar cada vez que saliera el personaje del leñador.

Castor se puso muy contento pero Oso, con rabia, pensaba que así le robaba todo el protagonismo y que no había derecho porque su papel era igual de importante. O acaso Castor era mejor que él?

Al día siguiente el ensayo resultó nefasto. Los animales interpretaron de una manera muy sosa, como sin ganas y Oso se negó a colaborar. Castor se dio cuenta y se puso muy arisco. Para colmo de males el vestuario también dio problemas. La señora Para decía que el vestido de la señora Lince era mucho más bonito y llamativo que el suyo y que tendrían que haberlo echado a suertes. La tensión era inconmensurable y la gota que colmó el vaso fue la escena final, en la cual todos empezaron a empujarse enfadados hasta romper el escenario.

Búho quedó muy sorprendido. No entendía tan estúpido comportamiento por parte de sus actores y si no hubiera sido un ensayo hubiera echado a todos de la obra.

Al día siguiente ocurrió algo terrible. Todos los animales fueron testigos de que la nieve se había disipado y las estrellas se negaban a salir dejando todo en sombras de oscuridad.

El espíritu de la Navidad se había marchado y todos los animales sintieron miedo.

- Qué podemos hacer? - Preguntó la señora Ardilla.

- Estamos ante una catástrofe natural surgida por los sentimientos de envidia que os han atacado y nuestra obra peligra. - Aclaró el señor Buho.

Oso, sabía que él había sido el desencadenante de toda la situación y se encontraba avergonzado tras un árbol, sin atreverse a salir. Pero le echó valor y se presentó delante de todos para ofrecerles sus disculpas, realmente estaba arrepentido.

- No tienes por qué echarte a ti toda la culpa. Yo también me he comportado mal con mis compañeros y les pido perdón. - Dijo Castor.

- Siento mucho lo del vestido - empezó doña Pata dirigiéndose a la señora Lince - Valoró mucho más tu amistad.

- Mirad, vuelve a nevar!- Gritó alguien.

- Las estrellas han vuelto al Universo y brillan otra vez. Ha vuelto el espíritu de la Navidad!- Se oyó decir a lo lejos.

Entonces todos decidieron poner un cártel en el árbol milenario que dijera: " nunca debemos perder de vista el valor de la amistad y, mucho menos en Navidad, puesto que es el tesoro más grande que tenemos"


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