Revista Cultura y Ocio

"Cuentos clásicos para chicas modernas", de Lucía Etxebarria y Allegra R.: apostando por un mundo diferente

Publicado el 14 enero 2014 por Lidiacasado

Ficha técnica: 

Título: Cuentos clásicos para chicas modernas                Autoras: Lucía Etxebarria y Allegra R.          Editorial: Noguer    Género: literatura infantil/juvenil   Páginas: 128   Publicación:  8/10/2013              ISBN:  978-84-279-0154-4

Sinopsis (editorial):

  Cenicienta punk, Caperucita negra, Sapos y culebras, los siete emonitos… una revisitación muy cañera y actualizada de los cuentos clásicos sin pizca de ñoñería y con mucho ritmo y humor de la mano de la acerada escritura de Lucía Etxebarria y su hija de nueve años, Allegra, y con divertidas y jugosas ilustraciones de Olga de Dios.  Caperucita, Blancanieves, la Bella Durmiente, la Princesa y el Guisante… y muchas más heroínas de cuento están cansadas de vestir de rosa, hartas de esperar príncipes azules para acabar besando a sapos, y ¡dispuestas a todo! Las nuevas heroínas de estos cuentos clásicos para chicas modernas de nueve a noventa y nueve años son inteligentes, valientes, decididas y, sobre todo, muy divertidas.
   Leyendo este libro me he dado cuenta de qué curioso es el mundo de la ideología, del mensaje que transmiten los productos culturales. Estamos tan acostumbrados a recibir el mismo tipo de mensajes que ya ni los asumimos como ideología (es lo que llaman la "ideología invisible") pero en cuanto llega algo que rompe esa uniformidad, en seguida percibimos que hay una idea diferente que nos quieren inculcar, que nos quieren comer el coco, que algo raro pasa. Si lees las versiones clásicas de La Bella Durmiente, de Blancanieves o de la Princesa y el guisante tienes la sensación de que todo está bien, de que es lo que debería ser. Pero cuando lees las versiones que proponen Lucía Etxebarria y su hija te das cuenta de que no es así, de que también inculcan una ideología, totalmente opuesta, claro está, a la que proponen las dos autoras de este libro. Y ahí radica su valor más destacable. 
   He dicho lo de comer el coco porque me he imaginado a mi padre leyendo este libro. Estoy segura de lo que hubiera dicho: "a esta se le ve el plumero", "ya está metiéndonos sus ideas con calzador", "esta lo que quiere es lavarnos el coco". Y no es que mi padre sea especialmente machista pero sí es fiel a la ideología dominante y, sobre todo, a que no le cambien su forma de entender el mundo, por muy equivoca (o no) que esté. O sea, como muchos otros. Por eso, creo que habrá muchos que rechacen de plano este libro pero estoy convencida de que todo el mundo debería leerlo. Aunque solo sea para darse cuenta, por contraste, por lo que este libro te hace sentir y pensar y no lo hacen otros, de la ideología invisible que engullimos cada día.
   Porque estos Cuentos clásicos para chicas modernas están plagados de chicas inteligentes, poco preocupadas por la belleza (o que siguen un canon de belleza digamos... discutible) y por cazar marido (nótese la oposición respecto al modelo clásico: protagonista de belleza increíble que acaba, sin remedio, felizmente casada), valientes, seguras de sí mismas y con un profundo interés por la literatura y la música (no mayoritaria). A su lado (y no delante ni detrás) aparecen chicos que valoran precisamente eso: una conversación inteligente, el coraje de luchar por lo que uno cree y la belleza que reside en el interior de todos y cada uno de nosotros. Está claro que este planteamiento hará chirriar los dientes a más de uno pero ¿por qué no inculcar este modelo más igualitario en vez del de la princesita que se queda esperando en su castillo a que el príncipe le solucione los problemas?
   Es verdad que la maniquea oposición entre pijos y góticos (constante en la obra) acaba cansando un poco pero no es menos verdad que en no pocas ocasiones te hace soltar alguna que otra carcajada (como esa madrastra que pretende castigar a Blancanieves transformándola en pija y comprándole un collar de perlas o asesinarla a base de peróxido que aclare su negrísimo pelo) y que las oposiciones entre buenos (guapos y ricos) y malos (feos y no tan ricos) están en todos los cuentos clásicos.
   Y es que el humor es otra de las características principales de esta obra, conseguido a través de la oposición respecto al modelo clásico que todos tenemos en la cabeza o a través de las propias peripecias de las protagonistas. En otras ocasiones, el humor está más enfocado hacia los adultos que lean estos cuentos, puesto que las autoras introducen guiños a la actualidad que suponen una doble lectura no exenta de crítica ni de ironía.
   En definitiva, un volumen de cuentos que propone un modelo social y de género diferente, que quizá llama demasiado la atención por oponerse de un modo tan radical al paradigma clásico pero que, precisamente por eso, tiene el doble mérito de cuestionar una realidad y proponer otra alternativa. Y hacerlo sin pensar en las críticas que le pueden llover por mostrar una ideología tan diferente de una forma tan clara ni en las pocas o muchas ventas que un libro así puede acumular.      Nos seguimos leyendo.
  Agradezco a Noguer el envío de este ejemplar.

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