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Cuentos Guanacasticos...

Publicado el 29 mayo 2012 por Lacoleccionistadeespejos

… o cuando trina la canaria…

  En la naturaleza; solo el macho de la especie canta para llamar a la hembra.

  En la naturaleza; cuando canta es que una profecía va a cumplirse…  

  Pues bien, han pasado más del tiempo necesario para reconocer que Zúñiga y Grüther en verdad tenían razón cuando hablaban de este libro, en aquel lejano tiempo del Café Cultural; pues si alguien siempre tuvo una visión extraordinaria para reconocer a un escritor, bajo la costra que fuera era Francisco ZúñiganDíaz (Ya no siento tanta sorpresa como antes, porque me ha tocado ver que tenía razón en más de una cosa...); y al margen agrego que él (Zúñiga) y Porras tenian algo que no es fácil de encontrar y que, por azahares de la vida comparto con Porras y es saber que los mejores amigos lo son porque se permiten reconocer el uno en el otro; un apoyo solidario que les dio oportunidad de aceptar(se) los méritos personales de cada uno sin imposiciones de ningún tipo ni querer demostrarle nada a nadie: ese aunque parezca no es brote tierno de guayacan. le dijo a uno de los insicuervidos por un jalón de orejas por insidente que Santiago conoce bien, picoteen que a ese ustedes no lo acaban así no más y cuando ustedes si es que llegan pasen por donde creen que merecen ha rato les habrá ganado la carrera porque a ustedes les falta esa misma humildad...   En particular, me gusta más el primer libro.  El amarillo con los soles en negro, quizás porque Zúñiga me hizo ver un referente muy especial:

 

  Francisco Zúñiga y Virginia Grüther, también fueron buenos amigos y muchas veces hablaban sobre los hijos putativos (los que llegábamos al taller) porque a ella y a él, les gustaba hablar de poesía pero más de escritores.  Creo no necesario decir que tengo el registro de cada uno de sus apreciaciones y cada vez más, me sorprende lo formidablemente lúdico y vidente que fue con muchas cosas y personas; insisto, pero lo que más recuerdo es que siempre me (nos) dijo que la ciencia del lector es ser lector de todo lo que pase a su vere, aunque suene redundante, pero sobre todo ser lector de su tiempo, su patria y de sus condiciones: quién pierde tiempo renegando de lo que no le ha dado la patria es precisamente quién no tendrá más fruto que el deseo de reconocimiento a través de publicaciones estatales y de premios para ser reconocido. Más no puede hacer…  Hace pocos días, Santiago me renovó uno de esos recuerdos; Cuentos Guanacasticos;  un libro que el MAESTRO NUESTRO, celebró con gran admiración porque era sencillo, como un calzón de manta; igual que el libro, dijo, vuelve a dar un nuevo canto. 
No recuerdo el tiempo antes de su muerte; pero fue antes de que doña Virginia saliera de los escenarios culturales por esa puerta chiquita de los ataques y la problemática personal. Sé que había muerto un amigo común y por eso hablaban; en el taller, en la salida de luces le decían ellos que estaba antes de donde tallereabámos, de este texto propiedad de uno de los chiquillos taller; para variar.  De tantas veces que los vi juntos, aprendí que Ellos, tenían una teoría (que yo uní porque nunca lo dijeron así) que ahora, conforme pasa el tiempo comprendo más y mejor: escribir es juego, decía el primero, pero aprender a hacerlo con el corazón libre y sin nudos de coyol es lo más difícil porque siempre hay uno que nos jala la cuerda para que nos jalemos un jocote, y dejemos la cosa que a ellos les estorba que hagamos, decía la segunda

 

  En eso, coincido: el escritor tiene un mundo aparte.  Lo que escribe, su forma de expresión, la forma en que incluso camina determina su condición dentro del medio, que de por si es violento y agreste, porque en ningún otro espacio es tan evidente y precisa la teoría de la selección natural…

 

  (…) existe Virginia, una visión interna de cada uno de nosotros y más dentro de los escritores. Una suerte de comunión entre lo que vivimos y podemos plantear que no es solo de sentarse a creer que lo sabe uno todo de lo que hay detrás de lo que lleva cualquiera en un atado de pensamientos… el escritor de verdad, Chico, es como este muchacho: sencillo, y así hubiese querido escribir muchas de mis cosas; ojalá se me hubiese dado y no se pierda en el camino como ha pasado con muchos otros…   Los que lo conocimos sabemos que Chico Zúñiga tenía un modito de entonar la voz y decir ciertas cosas con seguridad... Llegó aquí creyéndose poeta y lo aplomaron: otro hubiese perdido interés porque habría asumido que no tenia nada nuevo que decir; yo sé desde entonces que este esta hecho para ser escritor y aguantará lo que el tiempo le haga y ese mismo tiempo me dará la razón…

 

   El tiempo ha echado efectivamente su patina sobre Cuentos Guanacasticos, y casi en el mismo mes en que ellos hablaron.  El mismo en que murió Zúñiga, vuelve Santiago Porras a recordarme las últimas palabras de la Grüther:ojalá los hubiese escrito yo... Efectivamente trinó la canaria con el bello y maravilloso anuncio de que las profecías son verdad cuando despunta el alba del tiempo evolutivo de autores como este…Tosecilla, (Bien Santiago, nada más hay que pedirle al libro y ojalá

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