«Cuentos macabros (vol. II)» de Edgar Allan Poe

Editorial: Edelvives (2018)

Formato: Tapa dura

Precio: 31,25 €

Terminada la lectura -y visualización- de mi segundo volumen recopilatorio de cuentos macabros -Historias Extraordinarias- de mi admirado Poe, la bella e interesante versión de Edelvives sobre la traducción de Julio Cortázar aderezada con las ilustraciones de Benjamin Lacombe, me encuentro en situación de afirmar, sin género de dudas, de que se trata de un libro MARAVILLOSO.

Verán... Me encanta Poe. Admiro su obra y hasta la he intentado imitar en diversas ocasiones. Colecciono su obra, no me importa repetir libro si el continente y contenido lo merecen. Pero esta versión cuenta con todo mi afecto. Es un tesoro, y los tesoros hay que cuidarlos.

Podría decir que se trata de un libro de coleccionista y no estaría errando. Lo es. Pero el leerlo produce tal sensación de gratitud para quienes lo han hecho posible, que la reseña probablemente se quedará corta, sensación que confirmarán quienes se asomen a sus páginas y, sobre todo, quienes se suban al barco de la lectura y su análisis mientras que los hijos de Lacombe nos vigilan de cerca...

Se trata de dos volúmenes, dos almas gemelas, y me siento huérfano por no poseer el primero, el cual espero que caiga en mis redes en breve.

En esta ocasión se han seleccionado los siguientes relatos:

Pero no terminarán ahí las sorpresas. Las "nuevas notas sobre Poe", la biografía y la bibliografía me parecen lo suficientemente interesantes como para ponerlas de manifiesto.

Desconozco si estas historias en concreto son el fruto de Delirium Tremens tal como se suele afirmar al evocar la figura del escritor que dio el pistoletazo de salida a esto de escribir relatos de policías -no estaba allí para comprobar sus borracheras-, pero de lo que no hay dudas es que al autor encontró la fórmula para tomar las riendas de la imaginación del lector y hacerse dueño de ella durante el tiempo que dura la lectura. Se presiente la tragedia, se desconoce el desenlace, se teme, se juega a la anticipación, y nadie abandona la partida, porque quiere conocer el final.

Las ilustraciones de Lacombe son especiales, cargadas de personalidad y calzan a la perfección en historias que parecen haber sido confeccionadas a su medida. Al final, la obra, gana valor, en contra de lo que les ocurre a muchos libros que desde su nacimiento están abocados al olvido.

No. No es un libro de niños. Poe es lo suficientemente complejo como para que incluso algunos adultos deban hacer un esfuerzo para saciar por completo su sed. Otra cosa es entregarse al difícil y al mismo tiempo estimulador arte y oficio de ir traduciendo el relato a las necesidades del niño, juego que recomiendo pues ganan ambos contendientes a tan especial duelo.

Y si tienen dudas, aventúrense en la lectura, que los dominios de los nobles alemanes, la descorazonadora e interesante conversación con una momia demasiado culta, el mensaje que el cristal custodia, los oscuros secretos de un memorable autómata que sabe jugar al ajedrez a las mil maravillas o bien las conclusiones de conocer al Rey Peste y a su séquito, bien podrán hacerle pensar y, en el peor de los casos, entretenerle, que tampoco es mala fortuna.

Edelvives vuelve a conseguirlo, razón por la que seguiré trayendo a estas páginas unos ejemplares que constituyen una gran idea de regalo, y fíjense las fechas en las que estamos. Ahí lo dejo.

Buena lectura

Reseñado por Francisco Javier Torres Gómez