Los Gentle Music Men son uno de mis últimos descubrimientos, uno de esos grupos a los que llego tarde y es que, ya sabéis, quien mucho abarca poco aprieta. Resulta que Maika Makovski -qué mujer- se acercó a Logroño hace algo menos de un mes para presentarnos su último álbum, Desaparecer, y además de regalarnos un concierto de auténtico lujo se hizo acompañar de Dani Poveda para que se encargara de abrir fuego en el Biribay Jazz Club. Reconozco que el hecho de no conocer al telonero hizo que me inclinara por ir a comer un poco antes del show de la mallorquina, pero me dio tiempo de escuchar un par de canciones suyas y, salí tan sumamente hipnotizado que volví a casa con su disco bajo el brazo. Le he dado muchas, muchísimas vueltas a Cuentos Modernos estas últimas semanas, un trabajo de bellísima factura con el que me he adentrado en el mágico y misterioso mundo de los Gentle Music Men, un detallado mapa sonoro que me ha llevado por laberintos de estribillos y senderos instrumentales de los que no he conseguido desviarme de un tiempo a esta parte. El grupo actualmente está ultimando los detalles de su próximo disco, pero me parecería un crimen no hacer una parada y detenernos en el tema que da nombre y apellidos a su anterior trabajo, Cuentos Modernos, un tema que representa a la perfección ese halo mágico del que os hablo y que me ha hecho convertirme al gentlemusicmenismo de manera inmediata.