Revista Cultura y Ocio

Cuentos Pacientes

Publicado el 28 septiembre 2012 por María A. Ayuso @MariaysuMundo
No sabéis la ilusión que me hace escribir esta reseña. Hace más de una semana os comenté que acaba de empezar a leer 'Cuentos pacientes', el primer libro de Goizeder Lamariano Martín. He tenido la gran suerte de ser partícipe, desde el principio, del proceso de creación de esta colección de relatos, al menos en el proceso de publicación. 
Como os comentaba, 'Cuentos pacientes' recoge veintitrés relatos que hablan de la infancia, del amor, de la pasión, de la enfermedad y de la muerte. Goizeder ha hecho un gran trabajo de introspección y de sabiduría al narrar, en pequeños actos, un gran libro compuesto de pequeñas historias que llegan al alma. 
Cuentos Pacientes


'Cuentos pacientes' está dividido en seis partes, igual de importantes y necesarias todas. En "Cuentos de la infancia" nos encontramos con unos niños que están aprendiendo lo que significa la vida y empiezan a comprender que el mundo se mueve a su alrededor, con sus cosas buenas y sus cosas malas. Caramelos de menta, El escondite, El fuerte de mi abuelo y La resaca de Jaime, componen esta parte de la obra, parte en la que arranca todo, no solo en el libro, también en la vida de cada uno de nosotros.  
La segunda parte del libro es "Cuentos pacientes" y es la que da título al libro. Estas historias se desarrollan en un hospital, entre enfermedad y máquinas de café del malo. Hay médicos, enfermeras y largos pasillos pero, por encima de todo, hay unos personajes extraordinarios y cargados de simbolismo y emotividad. El portero del hospital es un relato increíblemente bello pese a la crudeza con la que se narra una historia dura y que parte el alma. Francisco y Angelines son dos personajes entrañables, que conquistan al lector y que sorprenden al final de la narración. El regalo y La foto de la mesilla son las historias que completan esta segunda parte del libro. 
Con "Cuentos eternos" llegamos a una parte fundamental del libro y a la que es mi parte favorita. Goizeder representa la Muerte como una persona viva, a la que podemos ver y tratar de tú. Merece la pena asomarse más de una vez a estos cuentos que impactan  por su naturalidad y por la elegancia con la que los personajes se marchan. Noticias, Sin Esperanza, El último despertar, Las tijeras, Oscuridad y Sin tinta en las venas, componen la tercera tanda de relatos. 
Como os comentaba más arriba, el amor también es un ingrediente fundamental en estos 'Cuentos pacientes'. En Cuéntate la vida tuvimos la oportunidad de leer La inglesita, aunque tengo que reconocer que mi favorito (también por el título) es Y que todo lo demás desaparezca. El examen y Seiscientos meses completan los "Cuentos queridos". 
Poco a poco vamos llegando al final, a los "Cuentos de Alemania", a una historia muy especial titulada El profesor de español y que seguro también recordáis. Josefina, Carmen y Ramón son personajes que se hacen indispensables en una historia, la más larga del libro y la única que conforma esta parte. Un relato que habla de amistad, de memoria histórica y de un tema tan actual como es la emigración. 
Por último, Goizeder nos regala los "Cuentos apasionados", los más divertidos, sorprendentes y sexuales. Así nos encontramos con Encadenados, Licor de café, El mamón y El sujetador. Estas historias son apasionadas y gamberras, ideales para poner punto final a un libro que merece la pena leer. 
Después de diseccionar 'Cuentos pacientes', paso a contaros las sensaciones que a mí me ha transmitido... 
Dejando a un lado el cariño que le tengo a Goizeder, tengo que confesar que es un libro que me ha encantado y que he devorado en apenas un par de días.  A través de los protagonistas de los relatos, de las propias historias que dan vida a esta antología, el lector es testigo de situaciones que seguro le resultan conocidas en alguno de los pasajes ya que una de las características de esta obra, es la cercanía que se desprende cuando la autora nos habla de la vida, de los pequeños momentos de felicidad y de dolor y el miedo  que sentimos cuando la enfermedad o la muerte acechan. Además del contenido, hay que destacar el estilo directo, sencillo y "de la calle" con el que Goizeder escribe (y nos cuenta) estos pequeños retales de vida. Sin grandes metáforas y de manera coloquial, es capaz de trasladarnos a los lugares en los que las situaciones transcurren: el hospital, un autobús, una playa de Ibiza... Es un estilo limpio, simple (en el mejor sentido de la palabra) y cargado de guiños a un lector urbano y del siglo XXI. Eso se agradece. 
'Cuentos pacientes' es un libro hecho desde el corazón y eso se nota en el estilo, en lo que transmiten estas pequeñas historias que son dulces y crueles a partes iguales. Imprescindible para los amantes de los buenos relatos. Si tengo alguna pega, es que es demasiado corto. 9/10. 


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