Cuentos para ir al Baño "La vida en Marte"

Uno de los cuentos de este libro

La vida en Marte

- ¿Leíste el diario... - Sí... algo. - Lo de Marte te digo... - ¿El qué... lo del agua?- No, no; lo del objeto extraño... Encontraron algo... te dije. - ¿Qué... - Una arandela... increíble! La Nasa encontró una arandela en Marte. Se ve en la foto, está media enterrada.
-Y...- Y, es groso... ¿no te parece?- Medio raro... - Es un chiste, un gran chiste. Yo si fuese la NASAme callo la boca, ni lo digo. - Bueno pero... - Pero... nada; encontrar una arandela es corno encontrar un fósforo, un martillo; ¿de que época es la arandela, de ahora o de mil quinientos años atrás ¿Es de una carreta marciana, de un auto, de qué mierda es la arandela... de un avión, una nave?. Es lo peor... encontrar una arandela... da pie para muchas cosas. - Y sí, podría ser hasta de un equipo de música... ¿cierto?. ¿Cómo que va a ser de un equipo de música?... es ridículo... - Bueno, qué sé yo... te digo por decir algo. - Sí, pero tampoco es cuestión de empezar a imaginar cualquier pelotudez. Hay que tener algo de lógica... Por ejemplo… un bugui, podría ser tranquilamente de un bugui, en Marte esta lleno de médanos de arena... las fotos muestran eso, ¿ves?... hay que usar un poco la cabeza. - Sí, no se me había ocurrido. - Claro... pero no estoy seguro todavía. - Pensá, pensá un poquito. Si hay una arandela... no muy lejos tiene que haber una tuerca. -¡Claro... que boludo, no me había dado cuenta. ¡Es más… la tuerca está atrás... en relación a la trayectoria que seguía el bugui... ¿cuánto... a cuántos metros se puede haber salido la tuerca... -Y... depende del suelo. -Bien... bien, así, sí; así se resuelven los grandes misterios. Pero ojo, no estamos hablando de grandes pozos... dunas, algunos saltos, nada más... Tiene que andar por ahí... una o dos dunas atrás. - Y sí, seguro... y cuando... - Para... para, estoy pensando en algo... - No, yo lo que te iba a decir es... - Dejame pensar... es un segundo. - Si... - Yo calculo que... a lo sumo... en un radio de un kilómetro, está la tuerca. - ¿Te parece... - No me parece... es lógico. - Podría ser... - No “podría ser”... es, ¡es! date cuenta. - Y sí, todo parece bastante obvio siguiendo tu teoría. - ¿Mi teoría? Mi teoría... me parece que lo que planteo es... Acá estamos hablando de fuerza de gravedad, es simple. No digas que yo estoy... como si digiera algo raro... Vos no me podés decir que... - No, yo... - Por otro lado... no me sorprendería que a unos kilómetros... - Sí... el bugui tiene que andar por ahí no más. -No seas ¡boludo!, la tuerca puede ser de un accesorio... que no hace al funcionamiento integral de la máquina... puede ser... por ejemplo, del espejo. Se le cae el espejo y el bugui sigue... ¿me seguís?-Sí, sí, el jeep siguió... ni hablar, tranquilamente puede...
-No, no... no. Ningún jeep, el jeep es un vehículo pesado... y es lógico que una civilización como la marciana... criada en grandes desiertos, hubiese desarrollado areneros ...“livianos” para reducir el consumo de petróleo... o el combustible que sea. Imaginate que la evolución marciana, en parte, giró en torno al desierto. -Ah... claro. - Buguis... imaginate que Marte estuvo siempre lleno de buguis. - Que bueno... y algunos cuatri, o fourtrax… seguramente.

- Sí, sí, pero no creo que hubiese muchos. - ¿Por... - No sé, no la veo. -Y pero también es lógico... - Sí, lógico es... pero el cuatri es algo... es un vehículo para la diversión; se construyó como instrumento de recreación terrícola... Y los marcianos vivieron sus desiertos de una forma muy distinta. El desierto para ellos era... era, nada; fue su medio, su entorno natural... no había nada de divertido en las dunas, para ellos era territorio… cotidiano ¿me entendés? La diversión, quizá... no digo que así sea, es sólo una probabilidad, la encontraban en los polos, en el hielo marciano... - Ah... motos de nieve... - Exacto.

- Y cómo pensás que se extinguió la vida allá, Negro? - El tema... es ¿qué pasó con el bugui? Si respondemos esa pregunta lo demás viene solo; no te impacientes... vamos a llegar a ese punto, pero... ¿Sabés cuál es la historia? La Nasa se la complica; siempre. Vos a un tipo de la NASAle planteás un problema sencillo… y lo cagás. Un acertijo boludo... que sé yo, el de: "el tipo con el palito en la mano, desnudo en el desierto"; o el de "las tres llaves de luz"... Cosas así los tipos no te las pueden resolver... tienen la cabeza llena de fórmulas, cosas raras, pero para estas cosas... con un tipo de la NASA no podés contar; estás listo. A un científico de la Nasale das un juego didáctico para pibes, y no sabe armarlo. - ¿Vos decís que... - Por ahora tenemos una arandela... una tuerca a no más de un kilómetro. Y de la tuerca a la arandela podemos trazar, con seguridad, una línea imaginaria indicándonos la trayectoria del bugui; esto, lamentablemente, no indica una constante, pero por lo menos ya sabemos más que los boludos de la Nasa. - Pudo haber doblado? -Sí... tranquilamente. Tenemos que remitimos a los hechos... lo concreto, la arandela, la tuerca... buguis, buguis... y algunos fourtrax, quizá... - Quizá unos cuatriciclos, sí... la gente pobre usaba cuatri. En Marte nunca hubo muchos pobres, pero los pocos que habitaron en suelo marciano se movilizaban en cuatri, para mí. - ¿Y por qué decís... “pocos pobres” Te digo más... en Marte no había cuatri. El cuatri o fourtrax consume mucha nafta... jamás podría haber sido un vehículo de la clase baja marciana... de última si hubo cuatri fue un vehículo de ricos. - ¿Y la clase baja que usaba? - Camellos, posiblemente... - Está bien, pero... digamos la clase media. - La clase media usó seguramente un vehículo muy similar, sino igual, a un Citroen 3CV, o 2CV. Vehículo liviano, económico... feo... ideal para desplazarse en arena. La única diferencia habrá sido... - El rodado... - Sí, más ancho. - Que bárbaro... después de todo no hay muchas diferencias entre Marte y la tierra. - El problema de vivir en Marte era... - ¿Qué... - Esperá, dejame pensar... Claro... mirá, en Marte había muchos accidentes... moría la gente en choques. ¿Entendés? - Sí... choqués de buguis...
- Buguis y Citroen... El problema que tuvieron en Marte fue por la arena. No podían hacer caminos.., la arena se mueve.., es un suelo muy inestable… peleaban contra el viento, continuamente. Y ha llegado el momento en que dejaron de construirse rutas, caminos… cada uno iba por donde se le antojaba... - Muy anárquico todo... ¿no? - Sí, los últimos siglos. - ¿Pero... porqué no buscaron otra opción?. - Es que... en realidad ha sido una sociedad muy madura. Pensá que la decisión de dejar de construir caminos ha sido una elección de toda la sociedad marciana... ha llegado un momento en que los impuestos se han ido al carajo; básicamente iba todo destinado a la construcción de caminos. Año tras año, década tras década... hasta que dijeron basta. Imaginate que pasaron miles de gobiernos y ninguno podía resolver el tema de las rutas.
Corrupción, tranzas, nuevos proyectos para detener la arena... - Sí, y era todo al pedo... - Obvio. Hasta que llegó un momento en que la sociedad asumió la realidad; no era un problema de políticas... estaban luchando contra la naturaleza. - Qué bárbaro... - Entonces ahí, la sociedad marciana entendió que tenían que tomar el toro por las astas, que la vida en el planeta rojo no era fácil y que desde ese momento empezarían a vivir en un planeta sin rutas, sin caminos, ni carteles. Por un lado eso, por otro lado hubo una especie de liberación social producto de la nueva economía que ostentaban los marcianos, sin impuestos que pagar, la plata en Marte sobraba. Y los marcianos iban de acá para allá, gastaban en ésto, en aquello. Fue un período próspero. - Que linda vida, che. - Sí, pero miré lo que les pasa después. Se les hace rutina… pasa a ser algo normal... no advertían la buena vida que tenían... y, pronto dieron cuenta.. te estoy hablando a nivel inconsciente... -Sí, sí... - ...que fueran a donde fueran, sólo había medanos, dunas, desierto y más desierto. Y yo creo que ahí empezó la gran depresión marciana. - ¿Y qué paso... - Y... la gente se empezó a sentir frustrada, pasaban los kilómetros... norte, sur... todo era lo mismo: desierto. Conducían como zombis... - Qué feo, che. -Sí... y tal vez... - ¿Qué... - Miré, no digo que así haya sido, pero tal vez, a raíz de la ansiedad por encontrar algo, o bien por una apatía terrible que debe haber sentido, la sociedad marciana en determinado momento ha dejado de lado el compromiso que había asumido... - ¿Qué compromiso... - El respeto por la vida de los demás, ¿entendés? sabiendo que no hay caminos, cruces señalizados… nada. En Marte no había nada de lo que ves acá... Los marcianos han sido conductores expertos, tenían los cinco sentidos en el volante... al principio. Por eso te digo que debe haber sido una sociedad muy avanzada, madura; se enfrentaron con dos problemas ellos: la naturaleza uno, y el otro la conciencia por la vida de sus semejantes. Los marcianos tenían que conducir sin errores... ¿entendés? Y lo hicieron, y lo hicieron muy bien... Después, cuando llega la monotonía, la decadencia... - Ahhh, sí, entonces es ahí donde... - ¡Ahí...! comienzan los grandes accidentes, eran demasiados buguis... miles, millones; trillones de buguis rojos, azules, plateados, moviéndose sobre el traicionero desierto marciano. Viento, arena; el sol por momentos quedaba oculto tras las densas nubes, y poco se veía. Comenzó la fatalidad, la muerte reinaba en Marte. - Y esa arandela se ha desajustado en algún choque... - ¡Noooo… los choques eran terribles, no quedaba nada. Familias enteras morían. - Ahh... hubiesen encontrado toda la chatarra... - Sí... ha sido un desperfecto de fábrica, seguramente. - Pero... ¿por qué murieron los marcianos? O sea, imaginate que quedaban dos familias... es imposible que se choquen. - ¡No hay nada imposible! - Sí, la verdad... - Pero no, la vida en Marte en realidad se extinguió por otra cosa... - ¿Por qué, che... - No sé… la verdad... es algo que jamás pude determinarlo con exactitud… no te quiero formar un concepto errado de cómo sucedieron las cosas. Sin embargo…            - ¿Qué… qué…?                                         - No… no, olvidate…
Amazon: Cuentos para ir al Baño...