Revista Cultura y Ocio
Los cuentos reunidos de Malamud son una obra maestra. Y es difícil que yo hable así de una compilación, porque en este tipo de libros siempre hay textos que flojean más que otros. No es el caso, sin embargo, de esta edición que El Aleph publica por primera vez en España.
Malamud, como es bien sabido, es uno de los grandes autores americanos del s.XX. Pero sobre todo es un excepcional cuentista. Uno de los mejores que he leído. Su capacidad para manejar el tempo narrativo y la ligereza de su prosa hacen que el interés no decaiga en ningún momento. El hecho de que los protagonistas de sus relatos sean gente muy humilde: emigrantes, pequeños comerciantes, trabajadores asalariados, dota sus relatos de una cercanía que cualquier lector puede sentir.
No podemos entender la literatura de Malamud sin lo yiddish, lo judío. Pero tampoco sin lo propiamente americano. De hecho, algunas de sus historias siguen de actualidad en el globalizado mundo de hoy, como la del magnífico cuento “El coste de la vida”, donde un pequeño comerciante se ve obligado a cerrar su negocio y abandonar el barrio cuando una cadena de alimentación alquila el local contiguo.
La tristeza y la desolación son una constante en esta obra. Aunque podríamos incluir también la resignación. Pues en muchos finales los personajes acaban aceptando su destino. En este sentido, me recuerda a Carver en su forma de exprimir lo cotidiano.
Otra constante es el orígen judío, que, más que una característica religiosa, se convierte en una especie de estigma que atormenta al autor. Da la impresión que, como judío, se siente siempre exiliado incluso aun siendo americano, y esa carga étnica le genera melancolía. Una melancolía que abandona al lector en todo el libro.
Cuentos runidos, Bernard Malamud. [Traducción de Damiá Alou]. El Aleph, 2011.