Hace poco, con motivo de mi cumpleaños unos buenos amigos me regalaron este libro recopilatorio de Cuentos tradicionales japoneses, ya que saben de mi gran afición a todo lo asiático.
El libro está súper bien editado por la editorial Satori y encima se acompaña de ilustraciones de cada cuento, todo al estilo japonés claro está. El autor de realizar tan árdua tarea es Richard Gordon Smith (1858- 1918), un naturalista inglés que recorrió el Lejano Oriente recopilando y catalogando muestras de animales y plantas para enviar al Museo Británico, al tiempo que escribía una serie de diarios sobre sus impresiones y observaciones de sus exóticos viajes.
Cuentos tradicionales de Japón se publica en 1908 y diez años más tarde, tras su muerte, el gobierno japonés le concedió la Orden del Sol Naciente de Cuarto Grado por su labor como divulgador de la cultura japonesa.
En este libro nos encontramos con 52 cuentos, los cuales fueron contados al autor por parte de pescadores, gentes humildes así como amigos íntimos de cierta cultura. En ellos nos encontramos con toda la esencia de Japón, es decir, elementos tales como el famoso código del bushido (propio de los samuráis), la fiel lealtad que sentían los vasallos hacia sus daimios o señores feudales, los verdaderos y puros amores imposibles acabados en suicidios, los espíritus que personas ya fallecidas que no encuentran descanso perturbando la vida de los vivos, espíritus de árboles (generalmente son sauces o cerezos), o viejos ermitaños con poderes curativos.
A mí particularmente, los cuentos que más me gustan son aquellos en los que aparecen el espíritu de un gran árbol sagrado, generalmente en forma de mujer, y dichos árboles son cuidados con meticulosidad por gentes de buen corazón frente algún señor de cierta posición que quiere comprar o talar dicho árbol.
Otro cuento que me gustó mucho, es aquél en que un señor casi derrotado en una batalla, ve a una abeja que no puede escapar de una tela de araña. Dicho señor se apiada de la abeja porque se siente identificado con ella y la libera. Para su sorpresa, una noche la abeja se le presenta en un misterioso sueño y le dice que le ayudará a ganar la batalla si hace exactamente lo que le indicará. Así pues, el señor cumplirá fielmente las instrucciones dadas por la abeja, reclutará a todos los soldados que pueda y hará una muralla con vasijas de miel, de donde saldrán en su momento millones de abejas que le ayudarán a atacar a su enemigo. De esta forma, este señor ganó una batalla que de antemano estaba perdida, pero la piedad que tuvo con la abeja fue recompensada con creces. Este cuento con elementos budistas es de los que más me gustó, ya que nos enseña que cualquier ser vivo merece nuestra ayuda y respeto, por muy minúsculo que sea.
Para todos los amantes de la cultura japonesa, les recomiendo la lectura de estos cuentos que encima son muy cortitos y fáciles de leer.