Revista Cultura y Ocio

“Cuentos tradicionales de Japón”, de Richard Gordon Smith

Por Guillermo Guillermo Lorén González @GuillermoLorn

«Un libro imprescindible para cualquier persona interesada en la cultura japonesa»

Cubierta de Cuentos tradicionales de Japón

Cubierta de: Cuentos tradicionales de Japón

“Las historias contenidas en este libro han sido transcritas de los voluminosos diarios ilustrados recopilados por mí durante veinte años de viajes por diversos países”.

Con esta frase comienza el prefacio de Cuentos tradicionales de Japón, y en ella está implícito uno de sus libros más importantes: Travels in the Land of the Gods: The Japan Diaries. Richard Gordon Smith vivió la época considerada más importante de la moderna historia de Japón, ya que Japón salía de la Edad Media, la tierra del Shogun, entrando de golpe en el siglo XX. Su labor como  divulgador de la cultura japonesa le valió la concesión de la Orden del Sol Naciente de Cuarto Grado. Lástima que ya hubiera fallecido.

Jogen contempla el templo encantado

Jogen contempla el templo encantado

Después de dieciocho años el matrimonio se hizo insoportable para él, y partió hacia los lugares más apartados de su Inglaterra natal: el Lejano Oriente. Viajar no le era desconocido pues visitó Francia, Noruega y Canadá en sus primeros años.
En esta época comenzó a escribir los diarios, en total escribió ocho, y están llenos de observaciones de las cosas que encontró, sus impresiones de Japón en el cambio de siglo, la guerra ruso-japonesa y la vida cotidiana de las personas. Se incluyen ilustraciones y recuerdos de todo el mundo. En su viaje al Lejano Oriente, visitó Ceilán y Birmania antes de llegar a Japón en la Nochebuena de 1897. Allí permaneció hasta febrero 1900, cuando partió para regresar a Inglaterra vía Nueva Guinea y Fiji. Sin embargo,  enfermó y abandonó el viaje, y regreso a Japón. En 1903 y de nuevo en 1905  viajó a Inglaterra, visitando China, Singapur y Ceilán en su camino. Regresó a Kyoto a finales de 1905, donde continuó la transcripción de los cuentos populares y los mitos y llenando sus diarios con sus observaciones. También, en esa época recoge los animales y plantas que envió al Museo Británico. Muchas de ellas eran nuevas para la ciencia y fueron nombrados en su honor, en total hay treinta y cinco especies vinculadas a nuestro amigo Smith.

Mamikiko prueba el sake blanco

Mamikiko prueba el sake blanco

¡Vaya rollo que os he soltado!, pero me parecía importante para conocer la trascendencia de este libro. En los cincuenta y siete cuentos que lo componen vamos a encontrar los puntos básicos de la cultura japonesa. A través de sus páginas recorreremos el Japón mágico: fantasmas y espectros; reinos submarinos, amores no correspondidos; árboles y ríos habitados por los dioses sintoístas de la naturaleza; cuentos inspirados en el estricto código del honor samurái o relatos nutridos por las enseñanzas budistas y el espíritu zen. Cuentos procedentes de las más dispares fuentes pescadores, campesinos, sacerdotes, médicos, niños, etc.

O-Ai-san continúa sus oraciones bajo la cascada

O-Ai-san continúa sus oraciones bajo la cascada

La edición es fantástica en todos los sentidos, e incluye 62 ilustraciones de Mo-no-yuki que enriquecen enormemente la edición. Reproduzco algunas de ellas.

El autor:
Richard Gordon Smith (1858-1918) fue un naturalista inglés que recorrió el Lejano Oriente huyendo de un matrimonio insufrible. A lo largo de su prolongado periplo viajero se dedicó a recopilar y catalogar muestras de animales y plantas para enviar al Museo Británico al tiempo que escribía una serie de diarios recogiendo observaciones e impresiones de sus viajes. Llegó a Japón en 1897 y quedó fascinado por la riqueza y el exotismo de su folclore. Tres años después tuvo que volver a Inglaterra pero cayó gravemente enfermo en Fiyi y se vio obligado a regresar a Japón. En 1905 viaja por última vez a su Inglaterra natal pero decide volver a Japón, donde se establece definitivamente. En 1908 publica «Cuentos tradicionales de Japón». Ya enfermo, la última entrada en su diario es de septiembre de 1915. Tras su muerte, en 1918, el gobierno japonés le concedió la Orden del Sol Naciente de Cuarto Grado por su labor como divulgador de la cultura japonesa.
Siento no haber encontrado ninguna fotografía del autor.

El libro:
Cuentos tradicionales de Japón (título original: Ancient Tales and Folklore of Japan, 1908) ha sido publicado por la Editorial Satori en su Colección Mitología. Traducido del inglés por Fernando Álvarez. Encuadernado en rústica con solapas, tiene 349 páginas.

Cómpralo a través de este enlace con Casa del Libro.

Como complemento voy a reproducir una página de su diario. Donde se puede comprobar como afecta a un ciudadano victoriano, la decoración minimalista japonesa. Está fechado el 3 de enero de 1989.
«A continuación fui al Arce Club, un lugar en sí mismo, que desafía toda descripción. El lugar es un club, pero tal es su belleza que a los visitantes se les permite el privilegio de ir sobre ella quitándose las botas y el pago de diez centavos. la casa es muy grande para un japonés, pero sin duda hay muchos miembros. Todas las habitaciones son para el té o cenas u otros entretenimientos de orden japones… No hay nada que ver y sin embargo es para verlo todo. Tan limpio y tan absolutamente artístico en todos los detalles que te quedas maravillado y te preguntas, ¿es que la civilizada Inglaterra, es muy civilizada? ¿Cuál es la casa o el club que se puede comparar con esto? El conjunto se ve como si se pasara por debajo de una caja de cristal … No hay apenas adornos, y los que hay, son tan simples como artísticos. Ya sea un cerezo enano o un árbol de ciruelo, dos pies de altura, con una apariencia estética salvaje, o una sola rama de la misma puesta en un vaso. ¡Cuánto mejor esto que lo que llamamos un ramo – A partir de ahora me reiré cuando vea un ramo».


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