Cuentos vikingos de Jennie Hall

Harald ha nacido en Noruega, va a convertirse en un rey vikingo cuando tenga la edad para ello. A su cargo ponen a un ladrón que le enseñará a vivir y también como llegó a hasta él, además de contarle historias sobre él y de que forma las vivió.
Pasará el tiempo y el pequeño se convertirá en adulto cuando menos se lo esperaba, de ello se da cuenta cuando se cruza con un lobo, el cual hará frente con valentía y luchará por sobrevivirle, ahí empezaran los mitos y leyendas de Harald en su conquista de Noruega. En la lucha de sus batallas le conocerán de cerca otros reyes que no dudan en enfrentarse a él por su edad, pues es un niño, pero este no se rendirá y luchará hasta convertirse en un gran rey.
Jennie narra los mitos y leyendas de este rey noruego tan conocido en la cultura nórdica de una forma cercana, sincera y fantástica. Debido a ello se convirtió en un libro divulgativo muy utilizado en los colegios. Todos los cuentos están relacionados con la vida de Harald y su vida a lo largo y ancho del país. Las historias están contadas de una forma que motiva la imaginación de pequeños y grandes, las historias que cuenta están basadas en los antiguos cantares. La autora lo expresa así en el preámbulo: «Tales historias no estaban escritas. Poca gente escribía o leía por aquellos días. Los escaldos aprendían de memorias las canciones al oírlas cantar. Al final, la gente comenzó a escribir con más facilidad. Entonces dijeron: «Estas canciones son demasiado preciosas para perderse. Debemos ponerlas por escrito para salvarlas del olvido»».
Recomendado para todos aquellos a los que les guste los cuentos o relatos, en este libro encontraran pequeños y hermosos como Los hogares de Islandia o La lucha en el mar. También para los adictos a la fantasía, aquí encontraran una magia especial y fresca. Y por último para aquellos que necesiten saber de que forma llegaron los vikingos a las costas de Noruega y sus islas.
Extractos:
–¡Es voluntad de Odín que partamos! –dijo–. Ha enviado a su cuervo para indicárnoslo. Ya veis que vuela hacia Islandia. Los hombres dieron gritos de alegría; luego, colgaron parte de la carne de los caballos en un árbol cercano al templo. –Para los cuervos de Odín –dijero. Ingolf, por su parte, llevó el caldero de sangre al interior del templo. Se dirigió a través de la nave principal hasta una pequeña estancia en la parte posterior. Ahí se hallaban unas estatuas de madera de los dioses, puestas en semicírculo. Ante ellas había un altar de piedra. Ingolf tomó un pequeño cepillo hecho de ramas, lo sumergió en la sangre y roció las estatuas diciendo: «Gustad así de nuestro sacrificio. Miradnos con condescendía desde vuestros felices sitiales en Asgard».
Únicamente el desolado mar se extendía a su alrededor. A veces la travesía era apacible y soleada, pero a menudo se veía alterada por los vientos, un cielo gris se cernía sobre ella y los viajeros acababan empapados por la lluvia. En una ocasión, se vieron rodeados por una espesa niebla: durante tres días y tres noches no pudieron ver el sol ni las estrellas para guiarse. No sabían dónde estaba el norte. Cuando, a los tres días, se levantó la niebla, se dieron cuenta de que habían ido en dirección equivocada, y debieron dar media vuelta y navegar de nuevo todo el largo camino. Pero, finalmente, una tarde vieron una nube blanca a lo lejos reposando sobre el agua. A medida que se acercaban, iba convirtiéndose en grandes extensiones de tierra negra, una accidentada costa, y una montaña de hielo azul que se levantaba detrás. El sol se ponía tras esa montaña, y largas líneas rosadas o de color verde brillante, junto a grandes sombras purpuras, veteaban el azul. Editorial: Erasmus Ediciones Autor: Jennie Hall
Páginas:  178
Precio:19 euros